Dejamos de vernos entre las sábanas porque mis labios se quedaron mudos. Comenzó desde mi sinceridad la tormenta que no parece llegar a su fin, esa tormenta que surgió de aquel viaje que descubriste en el mar hace muchos años y que tus encuentros fueron un principio para mí y un final para ti. Descubriendo el tiempo que habías pasado esperando volver y escuchando a mi ego desatar todo aquello que me pudría dentro de mis sentimientos. Siempre estuve a tu lado, aunque mi ego pensara en otras, pero el miedo me hacía buscarte como madre, esa madre que parece no estuvo, para protegerme de todo lo que mi ego me reprocha, esos pensamientos que me hacen empequeñecer y desbordarme como los ríos por el gran caudal de agua no potable. Ahora y siempre has sido y serás libre para hacer lo que te plazca, para caer al vacío o subirte a las nubes, para que te sigan justificando o para lo que te dé la gana, y seguiré a tu lado en el lugar que el Camino me sitúe, muy cerca de nuestro amor compartido sabiendo que sigues con tus discursos sinceros para tu ego con todo lo que llevas dentro junto al amor y cariño que te hace ser una buena madre y una mejor amiga. Me pregunto las razones por las que dejé todo aquello, y es que realmente fui el que lo dejó, aunque siga pareciendo lo contrario, pues la liberación de no sé qué, se hizo presente dentro de mis entrañas por lo que nuestros caminos han dejado de ser paralelos y estoy en el horizonte desde donde te escribo estas palabras, tan cerca de este presente. Y ahora ya no te espero, sino que te encuentro cada vez que me necesitas pues es tu camino el que te descubre a ti misma, y que lo mío me pertenece volviendo a mis manos de nuevo para que el cielo y la tierra, el Sol y la Luna no busquen en esta mirada la intención de hacerte ningún daño en tu contra. Salgo de donde me escondía y vuelvo a seguir mi camino porque no quiero juzgarte ni hacerte culpable de lo que realmente era una forma de actuar por mi parte y si quererte por aquellos montones de momentos en los que encontramos la mirada en el mismo lugar que nos hizo encontrarnos y enamorarnos. Las gracias por los miedos que me hacías guardar y por lo que yo también te entregaba, pero ahora son solo tuyos y son solo míos. Tu para donde elijas y yo para donde quiero, justo antes, ahora en historias diferentes. En pensamientos que escuchan aquellos momentos en que sentíamos casi lo mismo y nos seguíamos encantados de habernos encontrado. Gracias por todo y por el gran regalo que supuso nuestro tesoro. Y me hablas de que nada es permanente porque te vas descubriendo y te escucho porque te entiendo junto a lo que voy viendo y callando y seguimos levantando un pequeño polvo dentro del camino de arena que nos lleva a casas diferentes a cambiarnos de maleta y equipaje. Cómo me siento después de tus palabras, pues me siento mejor porque mi diálogo empieza a sentir que estamos en el mismo rumbo, que a los dos nos gusta vivir y disfrutar, que a tu vida llegué y encontrarte en la mía sentidos que ahora te hacen más libre y a mí más tranquilo de haber vivido maravillas en cada uno de nuestros encuentros. Y es que a mi vida te subiste y a la tuya yo también para seguir la aventura del amor, ese amor que aún no encuentro dentro de mí y que ahora busco dentro de este agradecido cuerpo, y que no tenía, aunque te ofrecí lo mejor de mí y tu entregaste lo mejor de ti. Unos momentos en que aquello era nuestro camino juntos En cada instante la vida sigue alimentándonos con un nuevo guion, un nuevo pensamiento, un pequeño empujón o una sonrisa que abre o cierra algo que no podemos evitar, y en ese no evitar está la prolongación de nuestros meses y días para seguir adelante con esta firme determinación que nos hace seguir buscando la verdad, nuestra verdad para en algunos encuentros volver a compartirla. Ahora mis ojos caminan en sentido contrario a como lo hacen mis pies, y ese algo que no puedo explicar está en otro lugar que en algún momento encontraré y descubriré cual era el siguiente paso que tenía que dar, verdad es que existe y llega a romper las barreras, dejar escritos sin sentido, o esconder abrazos dentro de unos besos que aparecen en estos distintos labios. Porque voy a seguir en mi alegría estando solo en la vida, porque el presente es el pasado que habrá dejado tu huella en mis archivos y los sillones te hablarán de aquellas manos que paseaban por tu cuerpo cuando te dejabas querer por el amor que cada uno compartía en las llegadas y partidas de cada nuevo encuentro. No quiero perderme en palabras que nunca darán la vuelta a lo que pasó o pasará, sino darte las gracias por un día más de ti, y sentir que en este instante tus sueños juegan junto a los míos en el lecho rojo que nos duerme en el lecho blanco desde donde marché para seguir en el centro de mi vida, centro que siempre me estará esperando para seguir despertando, que la vida, que mis células se encargan de construir. Un beso en las gracias por encontrar palabras para no entender nada y seguir con firme determinación de despertar a la verdad. MIGUEL JOSE CARBAJOSA GÓMEZ
|