Octubre del 2021
MI DESPERTAR - 27.10.2021
Enamorarme
de la vida es respirar al despertar, es encontrar el silencio en medio del
gentío, es descubrir que todo es un regalo, agradecer desde lo más pequeño
hasta reconocer que alguien o algo guía el camino que recorremos, algo nos
acerca a encontrarnos en los caos que se producen dentro de nosotros, en esos
momentos en que todo se derrumba y descubrimos que en el interior de este
cuerpo, en esas entrañas que no sabemos dónde están, hay un aliento que nos da
la vida, una fuerza que sale como la lava de los volcanes, como el agua de los geiseres
que descubrimos al mirar al fondo de nuestra experiencia.
Me
levanto con la alegría de encontrar la mañana, de ver cómo las tinieblas, esas
oscuridades que agranda la noche desaparecen, cómo la ventana nos enseña que
hay formas y vegetación que al acostarnos parecían que habían desaparecido, ese
silencio que descubre la noche es alegría en la mañana donde circulamos con la
sangre despierta, con los azules de un cielo que se tiñe de rojo para recibir
ese círculo dorado que nos impide ver la carretera, que nos da el primer calor
después de despedirnos de la almohada y de una sábanas que han compartido la
tranquilidad de recargar nuestro cuerpo.
Son
miradas que se agradecen desde el interior de ese enamoramiento, la vida es
algo que descubre la realidad de una verdad que aparece desde los músculos al
levantarnos, de encontrar cómo las venas siguen su transporte que no dejan en
ningún momento y cuando el corazón nos indica que sigue en la fuerza desde que
éramos embriones, escuchando el corazón de la mujer que nos hizo engendrar la
vida desde un par de células tan pequeñas como invisibles a nuestros ojos.
Aún
recuerdo una pequeña pipeta en la que me comentaban que de ahí surgiría un ser
humano y ahora viendo su rostro, compartiendo su vida, encontrando los abrazos
más sinceros comprendo que la vida, el universo es pequeño y casi imperceptible
para nuestro pensar, es sencillamente el amor que hace entrar por una puerta
que no conseguimos encontrar pero cuando nos adentramos en la profundidad de
esos pensamientos, de ese sentarnos tranquilamente a dejarnos llevar por la
paciencia nos enciende lentamente algo que no sabemos ponerle nombre pero sí
que descubrimos que es el zenit que nos abre algo maravilloso.
Seguramente
cada uno de vosotros puede ponerle palabras a lo que degusto en este momento
como es enamorarme de la vida, seguramente cada uno lo siente desde su
experiencia en esos segundos en que descubre la frase, en el instante en que su
emoción nace y describe con esa verdad que nos inunda, que nos espera y que
siempre es la nuestra hace de este momento y de esos pequeños momentos como los
gestos que encienden la luz, esa luz que nos ilumina y que muchos no entienden,
pero que saben entender pues las palabras son meros instrumentos que nos hacen
llegar o incluso nos hacen desviarnos para que al caminar lo hagamos siempre en
la misma dirección.
Gracias
a la vida por esos pequeños momentos en los que puedo pararme y descubrir que
una simple mirada, un abrazo, un beso o simplemente una palmada en la espalda
encienden, descubren y abren la puerta que nos hace vivir, esa vida que es un
maravilloso regalo desde no sé dónde ni quién puede obrar tal milagro, pero
vivir es seguir adelante en estas palabras que quería compartir en este momento
en la sobremesa que ahora es mi aquí y ahora.
Gracias.
MIGUEL JOSÉ CARBAJOSA GÓMEZ
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Publicado por MIGUEL JOSE el 27 de Octubre, 2021, 18:52
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MI DESPERTAR - 19.10.2010
Ver la palabra, la vives, la sientes, la encuentras dentro, la escuchas, la degustas, la palabra que nos deja un mensaje, la palabra que vuelve de nuevo para encender un nuevo pensamiento, una nueva aventura de la mente en pasear tranquilamente por un vocabulario que nos hace experimentar el calor, el frío de la noche, la nieve de la madrugada, los rayos de ese Sol que nos despierta por la ventana de la habitación, por el espejo en donde se mira, por los brillos que aparecen en los picaportes, en las bombillas que hacen escuchar que los sueños se acaban de guardar sus vestidos y sus paisajes para dejarte salir por esa puerta que nos parece infinita e in existente. Todo se enciende lentamente con levantarnos de la cama y caminar, con ver lo que alrededor de nosotros se va moviendo y seguimos en ese movimiento, en esa palabra que ahora se comparte y desde donde vuelve con otra palabra, dentro de una mirada y con una emoción que se añade para descubrir que hay un diálogo, una conversación en la que sucede todo aquello que podemos imaginar, pero que al vivirlo nos transforma en saber, en descubrir, en conocer, en seguir dando razones para seguir caminando, para seguir escuchando esas palabras que nos hacen entregarnos al silencio. Porque el silencio también tiene palabras, también se expresa sin escuchar ni pronunciar, solamente es un momento en que nos traspasan esos sonidos que pasean por la vida como el volar de unas aves, el sonido que el viento produce en una ventana sin cerrar, las caricias de ese calor que nos desprende la luz, esa luz que aparece en el centro del cielo y que se va moviendo lentamente para completar nuestra piel, esa piel que acariciamos cuando sentimos que estamos dentro, cuando descubrimos que queremos amarnos y escuchar cómo desde dentro nos acarician con esos movimientos que nos hacen agradecer y agradecer en este sentimiento que nace y se queda atrapado en el mismo corazón. Llega un momento que te encuentras perdido, es como si la historia que estabas repasando se perdiera y no tuvieras el recambio exacto para volverla a recuperar, es el descubrimiento de que todo lo que está a nuestro alrededor nos está hablando, es la quietud la que les ofrece el momento exacto, ese descubrir que al quedarnos quietos no se para la vida, sigue despierta y apareciendo en todo, esos sonidos que muchas veces parecen despertarnos, esas voces que llegar desde lejos, desde la otra ventana, desde las calles, esos sonidos de canciones que mueven tu cuerpo para despegarte del sillón, de encontrar en las palabras de la música esa experiencia que tuviste o que deseas encontrar. Palabras que nacen y mueren, que dan la vida y que te la quitan, que se enredan y que sacan más palabras que estaban detrás de ella, palabras que nos dan el alimento, palabras que nos hacen sentirnos diferentes, esas palabras que nos quieren regalar en su desprecio y que sabemos que no son nuestras, que no deseamos seguir por ese lenguaje, por esas miradas que surgen después de haber escuchado aquello que sabemos no nos resuena. Es verdad que todo se incluye en el paquete que nos dio el camino, los momentos en que aprendimos a dibujar la palabra y que fue la que nos abre y cierra las puertas, las ventanas, los sentimientos, los momentos en que puedo disfrutar de una charla con un ser que encuentro en estos momentos y las palabras que se han juntado en estos párrafos para unirnos en unos minutos a un monólogo que seguramente puede ser el monólogo de todos y cada uno de los seres humanos que vivimos en este mundo. MIGUEL JOSE CARBAJOSA GÓMEZ
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Publicado por MIGUEL JOSE el 19 de Octubre, 2021, 10:53
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MI DESPERTAR - 5.10.2021
Esperas
la noche para dormir tus sueños, para jugar en los viajes que la mente prepara
para salir de este cuerpo en donde habitas desde que naciste, desde que tus
padres comenzaron a conocerse y declararse su amor, en los pensamientos que
nacieron para construir lo que ahora quieres dejar por unos minutos, incluso
durante toda la noche, en esa mirada que crees imaginar cuando tus ojos corren
las cortinas de los párpados y la oscuridad comienza a desnudar de nuevo tu
inconsciente.
En el
descanso de unos minutos comienzas a mirar la imagen que sigue sobre la
almohada, expandida en el colchón que unos minutos antes te esperaba para
abrazarte y darte ese calor de buenas noches, de saber que durante todo el
tiempo que te marchas cuidará de que la piel y los pequeños movimientos de tu
cuerpo no alteren el descanso, y escuchando dentro de tu cuerpo el ir y venir
de las células, de los órganos haciendo su trabajo para que la energía vuelva a
enchufarte de nuevo al despertar.
En mi
caso no sé, incluso no puedo descubrir y tampoco me importa, el comienzo de los
sueños, cuando empiezan, como si estuviera en una pantalla de cine que ha
comenzado a desenvolver las imágenes para continuar con el relato, con ese
protagonista que muchas veces desconoces pero que en realidad eres tú mismo. Te
ves muchas veces exagerando las cosas que te pasan en el día, en situaciones
que se alargan como en mi caso cuando veo el autobús que no me espera y se
marcha antes de mi llegada, lo largo que se hace el camino hasta llegar al
punto de encuentro, lo grande que se hacen las calles y los mares por los que
me ahogo lentamente envuelto en muchas manos que me intentan salvar.
Hay
veces que cuando despierto antes de despertar, no quiero salir del sueño, en
ocasiones parece que me sigue sujetando para que no me despierte del todo,
sigue empujando la almohada para que me siga sujetando a las personas que
siguen en la imagen, para que no me baje de ese coche que no tiene ruedas pero
vuela en lo más profundo de la oscuridad, de unos túneles que se conectan como
si fueran alcantarillas por las que correr y correr delante de algo que muchas
veces parece ser el miedo, el dolor de unas palabras, la imagen que no tiene
rostro porque no sé quién me empuja al vacío, quien me sujeta para que no me
caiga del avión que sigue cayendo al vacío.
Veo
las aceras de las calles desde muchas posiciones, personas que se cruzan y que
me miran con unos ojos de colores, con unos pensamientos que se hacen realidad
en ese volar que descubro ante más de miles de peces que me van protegiendo de
unos ataques imposibles de volver a encontrar en la realidad, parecen imágenes
que siguen tras mis pasos de la película que estaba disfrutando antes de irme a
la cama, de las palabras de quien me invita a dejar la escena para seguir un camino
que no quiero seguir, de escuchar cómo el odio de muchos años puede ir
fraseando relatos que me hacen continuar dando vueltas en ese gran valle que se
abre ante mis pies después de haber subido unas escaleras o de haber salido de
un pequeño bar con amigos desconocidos.
Cuando
todo parece que no tiene fin, que no tiene sentido alguno al despertar, que me
encuentro con una mano en la mesilla tocando el reloj que se empeña en que me
levante, con ese pequeño rayo que cruza la habitación y se esconde detrás de la
lámpara para darme los buenos días al mover el rostro, es el momento de
escuchar a mi ego decirme que es un nuevo día y comienza de nuevo a recordarme
el calendario del siguiente paso, de sentir que todo está bien de nuevo y miro
los números que hacen bajar mis piernas de este lugar para encontrar en el baño
el primer masaje de un agua que esperaba mi cuerpo para volver a jugar con él.
Gracias
a Dios, a Buda, al Universo, a la Vida, a quién nos haya creó, por regalarme un
día más de vida.
MIGUEL JOSÉ CARBAJOSA GÓMEZ
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Publicado por MIGUEL JOSE el 5 de Octubre, 2021, 21:00
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