Y si
fuera una fábrica de almas, un lugar que encierra el misterio que jamás nos han
contado, eso que se dice nos borran la mente como si de un cuentakilómetros
fuera, algo que se hace con el montaje de materiales que no existen en estos
lugares, una tecnología que nos llega desde un lugar muy lejano o simplemente
está en otro plano desde el que nos pueden construir, máquinas que no se ven
ante nuestros ojos, programas que dibujan todo lo que compone el alma humana,
digamos que es algo que nadie puede ver, sabemos que la tenemos pero no existe
científicamente nada que nos diga donde se encuentra y qué es lo que realmente
nos da la vida.
Suponiendo
que esa luz que muchos nos cuentan cuando alguno regresa después de haber
estado un pequeño tiempo sin la vida pueda ser la entrada de un recinto, de
unas cuevas o simplemente una puerta al otro lado, suponiendo que ese otro lado
tiene relación con este plano desde donde creemos que todo lo que vivimos es
real, suponiendo que podemos vernos cuando nos hemos muerto en este mundo y
descubrimos que nos podemos ver, una visualidad muy diferente a lo que creemos,
a lo que pensamos, pues es un inmenso lugar en donde se puede viajar y vernos
como una burbuja, como esos globitos pequeños que aparecen o aparecían en aquellas
cámaras de fotos antes de que salieran los móviles, bolitas blancas que
llenaban los espacios oscuros rodeados de personas en grupo.
Es
mucho suponer sin tener evidencias pero hay momentos en mi vida y por
comentarios parece que les sucede a varias personas que nos parece que no
estamos solos, que un pequeño mueble de la casa hace un ruido en algunas
ocasiones en las que no parece que nada ni nadie lo toque, en esos momentos en
que sientes un frío por el cuerpo al sentarte en un sillón y descubres que algo
o alguien te ha traspasado, cuando caminas en solitario y descubres que algo
está frente a ti y no ves nada con tus ojos pero entiendes que hay algo o
alguien.
Últimamente
me sucede que en determinados momentos veo por el rabillo del ojo como que alguien
o algo acaba de pasar, ese instante en que ves que desaparece rápidamente, en
momentos en que te sientes muy tranquilo en la soledad de un silencio y
escuchas como unos pasos, como unos movimientos muy cercanos, como si alguien
estuviera sentado frente a ti, esos segundos en los que descubres que hay una
energía más fuerte y potente que te está abrazando, que se sienta a tu lado y
notas como el sillón se hunde un poco a tu lado, miedo en muchas ocasiones y
también en otras que sabes que no estás solo, que estamos juntos todos los que
la vida nos completa.
Cuantas
veces me parece haber hecho alguna cosa, como si me fuera familiar y realmente
es la primera vez que la realizo, de pequeño tenía ese sentimiento de entender
que todo o parte de muchos todos eran repeticiones de otras vidas, de otros
lugares quizás lejanos en donde también encendía la nevera, destapaba una
cortina, veía un jardín que me hacía recordar el cariño dentro del corazón, en
esas caricias que noto en algunas ocasiones y que me hacen dar las gracias a
todos los seres o entidades o bolitas de luz que rodean mi aura, que se cuelan
dentro de mi cuerpo para saber que hay un amor infinito que se extiende dentro
de ese programa que nos fabrica, que hay una sustancia que entra dentro de cada
uno y que nos hace nacer en un cuerpo, nos hace ser los descendientes de dos
células que se unen, que comienzan a desarrollar un programa maravilloso al que
ponemos el nombre de vida.
Lo
curioso es que si somos máquinas, por supuesto que no de hierro ni cartón, lo
curioso, digo, es que nos ponen una fecha de caducidad que no tiene fecha,
simplemente son un desarrollar cada uno el programa que tiene guardado en una
pila o batería que pueden llamar ADN y desde ahí protagonizar el papel que nos
han dejado, incluso algunos hablar que somos nosotros mismos los que lo
creamos, para llegar hasta este momento en que nadie sabe quién o para qué
estamos aquí, para mirar al universo y ver que no están tan lejos los
creadores, y para descubrir que la luna y las estrellas es un espacio creado
para que podamos jugar en el mundo real de la tierra como paraíso y sentir,
mirar, abrazar, escuchar y degustar todos los manjares y emociones que vienen
como elementos adicionales para entrar y salir de esa luz que nos hace comenzar
y marcharnos.
Gracias
por todo, gracias por haber creado ese programa pues el regalo es inmenso y
maravilloso, no pongas en duda que algo o alguien está por encima de todo esto
y que seguramente nos enteraremos cuando ya no podamos volver a este plano.
MIGUEL JOSE CARBAJOSA GÓMEZ
|