Marzo del 2021
MI DESPERTAR - 23.03.2021
Quiero verte y no me dejas, escondes tu rostro entre tus manos para impedir que vuelva a ver tu sonrisa, aquellos momentos en que no me conocías y descubrías que nadie te observaba, unos sonidos que ahora produces por el sentimiento de querer salir de este lugar, de esta palabras que no dejas escuchar, de los presentes que pasean lentamente por tus pensamientos y que desisten de salir por la pantalla de tu garganta, ese lugar por el que siempre llenaba el amor aquellos besos que ahora no dejas digerir.
Fue un abrazo lo primero que sentía cuando tus ojos encontraron mi rostro, un momento que pasó a esa historia que ahora quieres borrar de tu cuento, de tantos días jugando con las risas y las caricias, de estos instantes en que corrías sin tus piernas para caer en los brazos, en el pecho que siempre sujetaba tu cariño, tus palabras sin sonido, tus besos en el aire que finalizaban en los dedos de tu cabeza, en los oídos por los que seguías la oscuridad de aquellas historias que ahora no puedes repetir.
No es una despedida pues el adiós espera todavía un tiempo que aún no ha comenzado, no es lo mismo eso que dices sentir a lo que tu rostro deja grabado en esta frase, son varias letras que aún no han nacido en el fondo de tu mente, un corazón que sigue bombeando la fuerza que sientes al llegar hasta este precipicio, como el agua al llegar a desbordar el vaso medio vacío, el vaso medio lleno.
Espero tranquilamente a que tu ropa descanse en el sillón, en medio de un salón que hace de teatro, delante de un televisor durmiendo, de una lámpara que quiere iluminar la oscuridad de las paredes, de unos cuadros que esperan la escena en el silencio de sus pinturas, de sus acuarelas coloreadas siempre en la misma sonrisa, con los mismos detalles de las frutas que se juntan en un lugar recogido para esperan en esa mesa acondicionada unas manos que las atenacen hasta sus labios.
Es una fuerza desconocida, escondida bajo tus manos, bajo tu rostro, bajo la tormenta que llevas esperando sin necesidad de que tus nubes sean oscuras, sin que el viento empuje todo el arsenal que estás preparando como si quisieras ganar la guerra, una guerra que no existe pues no tienes enemigo, somos amigos de suerte, de encontrarnos en las nieblas por donde pudimos avanzar sin estrellarnos, por donde caminamos durante muchos años sin salirnos de aquellas rotondas que nos hicieron sujetarnos fuertemente.
Hablo mucho de fuerza, pues es la presión la que ha sido muy potente como si nos quiera explotar, como si quisiera lanzarnos en trocitos hacia las paredes que ahora nos cierran la frontera, ese horizonte que solo vemos cuando caminamos por las montañas, por esos valles que nos hacen descender sonriendo, ascender con esfuerzo en la respiración, en las palabras que se guardan en lo bolsillos para recuperarlas después de sentarnos delante de un aperitivo.
Es la hora de empezar, de ver cómo la ropa no nos impide acercarnos, de sentir tu piel desnuda como esos pensamientos que pasean nerviosos por tu mente, idas y venidas por el mismo lado de la habitación, de un salón que nos espera de nuevo, de la cocina a la que llegaste para llenarte de agua, para respirar la relajación de la espera, la sencillez de esos recuerdos que ahora dejas colgados de una pequeña hoja con la que pretendes desarrollar una conversación que tanto nos hace seguir naciendo y muriendo,
Gracias por seguir este camino sin dejarnos caer ni subirnos a las nubes, por este lugar pasar y vuelve a pasar mirando el escenario como lo dejamos en la otra vida, en la otra existencia por la que ahora seguimos naciendo, seguimos sintiendo el inmenso amor de nuestra reencarnación.
MIGUEL JOSE CARBAJOSA GÓMEZ
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Publicado por MIGUEL JOSE el 23 de Marzo, 2021, 11:41
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MI DESPERTAR - 21.03.2021
Es un
sueño poder entrar en el infinito, caminar sobre lo imposible, llorar en los
confines del mundo, escuchar el viento nacer desde el horizonte, saborear el
tiempo interminable de unos pasos, de unos días en los que el Camino ha
extendido sus brazos, los lazos que encuentran la mirada dispersa de aquellos
que esperan escuchar lo que nos dice lo posible, lo que se accede desde la
espera, lo que espera tranquilamente a degustar el fino silencio que nos apaga.
Son
las duras horas que pasean delante de los hielos, de esas nubes que esperan
ligueras para descargar su algodón hinchado, su porción de humedad que
contienen después de esperar a que el mar haya llenado sus depósitos, a que esa
niebla que rodea las rocas del mediterráneo pueda terminar construyendo una
tormenta, una rueda que va de un lado para el otro ocasionando la lluvia, la
nieve en los lugares altos de las montañas.
Paseo
de nuevo por los caminos encharcados, por las acequias que siguen distribuyendo
el líquido elemento que arrastra las piedras, los pequeños trozos de esas ramas
que los árboles dejan marchar para seguir creciendo hasta la profundidad de los
cielos, a las aguas que ahora siguen corriendo para llegar cuanto antes a los
desfiladeros, a los manantiales desde los que saltar unas pruebas que no tienen
trofeo, unas redondeces desde las que arrancan los laterales de caminos que
desaparecen escondidos bajo sus riadas.
Son
muchos los que escuchan la fuerza de unas aguas que arrancan en lo alto de las
montañas, en las laderas por donde regatean las rocas y arbustos, los rincones
de aquellos escaladores que siguieron las rutas por donde ahora solamente
pasean los torrentes, los cambios de altura desde los que se puede ver la
oscuridad de unos rayos que apagan el día y encienden la noche, esos momentos
en que el trueno nos despierta para encontrar en el sueño una nueva aventura
que dibujar con nuestros pensamientos.
Pienso
momentos en que las gotas taladran mi ropa, en que mis pantalones se envuelven
en el frío de los vientos, en la fuerza de esos mares que vienen por los cielos
rellenando los espacios por donde intenta asomarse el Sol, esos claros que
encuentran el color azul de un universo que despierta sin luz, que ilumina en
la noche los sonidos de un silencio en el que puedo volver a encontrar la
humedad de los charcos, las gotitas que siguen cayendo desde los tejados, los
pequeños pajarillos que aún no han escondido sus alas antes de esperar que de
nuevo el día los pueda volver a escuchar su maravilloso cantos.
Una
letra envuelta en amanecer, en despertar tranquilamente con los hombres y
mujeres que acompañan la ciudad desde sus ventanas, desde los monumentos que
enfrían las calles, en los nuevos saludos que aplauden aquellos que vuelven de
la noche, los nuevos inquilinos que cada madrugada pasean en el silencio de las
aceras, de los bancos que recogen unos pequeños calores envueltos en cartones
dejados en los rincones, en los abrazos de aquellos que sienten su cuerpo
envuelto en la soledad, en los recuerdos que guardan en sus miradas.
Escucha
el viento pasear por los jardines, por esos parques que ahora dejan sus caminos
desiertos, por las pequeñas fuentes que se cierran para mantener las palabras
que cayeron en sus orillas, los besos y abrazos que pasearon por sus arbustos,
por los verdes prados que dejaron las pisadas grabadas en el amor y desamor que
acompañan a quienes se pierden detrás de los robles, delante de las papeleras,
encima de los bordillos que vuelve a separar aquellos momentos en que nos
conocimos, en que nos despedimos, en que nos volvimos a ver delante de nuestro
propio espejo.
MIGUEL JOSE CARBAJOSA GÓMEZ
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Publicado por MIGUEL JOSE el 21 de Marzo, 2021, 20:02
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MI DESPERTAR - 16.3.2021
Eres de madera pulida con diferentes
tintes, sigues empeñado en unir la importancia de dos, de unos comensales que
siguen unidos por tu enjambre de piezas, logras que todo esto siga por el
Camino y nos muestras un horizonte a donde podemos llegar, unos días desde los
que seguir trabajando en las palabras, los hechos y los mensajes, esos diálogos
que muchas veces suenan a ruptura, como si todo se fuera a romper como el
cristal, como la porcelana que ya llega rota al suelo por su finura en el
trabajo de nacer.
Fue en una feria en donde te conocimos, nos
llegó mucho el trabajo de quien nos lo ofreció para dejarte un hueco en nuestro
lugar, cogimos una pieza que se separó de todo el conjunto y hasta que no
llegara el momento seguirían en nuestro poder, era como una contraseña que
faltaba del mismo para entender que abría unión, que nuestras vidas se
juntarían y que conseguiríamos volverte a ver entero.
Hace poco tiempo que tuve que ayudarte a
permanecer sujeto porque los pocos traslados y la poca consistencia que tiene
tu base hacía que se derramara por encima del mueble, no podíamos muchas veces
encontrar todas las piezas y es verdad que conseguíamos que volvieras a estar
entero, con todos tus huecos llenos de esa madera noble que consigue seguir con
fuerza la vista tan bonita que descubres cada vez que la mirada te hace
completo.
Nadie sabe que con un pequeño pegamento en
su parte posterior se conseguiría mucha más fuerza para que sigas mirándonos y
viendo cómo conseguimos estar y seguir, cómo hacemos que el día a día sea la
rutina que nos da la vida, mirar dentro de este lugar en donde cada una de tus
trocitos tienen un significado profundo a pesar de que nuestros pensamientos,
nuestras divergencias se coloquen por delante de tu figura.
Sigues siendo la fuerza de estos momentos,
seguramente acabarás en las manos de quien aún no sabe nada de ti, de quién lo
guardará para quererlo cómo nosotros te queremos en estos momentos, es un gran
recuerdo de algo que siempre está y estará compuesto de muchos diálogos, abrazos,
sonrisas, lágrimas, encuentros y desencuentros, viajes de día y vuelta de
noche, risas entre estos mundos que se unieron con el trabajo de sus viajeros.
Hay veces que no recordamos que sigues ahí,
detrás de unos montones de papeles, que nos miras por las pequeñas rendijas que
dejan los papeles y que nos escuchas en todo momento las palabras que
completamos en esta familia, eres un producto de nosotros, sigues dentro de
nuestras vidas y en lo más alto de la habitación, aunque nunca nos has dejado
tu pensamiento, y aunque seas madera eres un miembro más de nosotros.
Quiero darle las gracias a la persona que
lo construyó por el trabajo tan bonito que resultó de ello, la paciencia para
dibujarlo y después trabajarlo lentamente para que todas sus piezas quedaran
enlazadas, es un pequeño puzle que seguramente otros intentarán ordenar, juntas
y colocar lentamente para que no se caiga, para que no se separen, para que den
esa tranquilidad de que todo puede seguir con la fuerza del creador para que el
milagro de la vida, ese nacer en pequeños trocitos genere una grandeza inmensa
al poder escucharlo con la mirada.
Gracias,
MIGUEL JOSE CARBAJOSA GÓMEZ
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Publicado por MIGUEL JOSE el 16 de Marzo, 2021, 19:25
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MI DESPERTAR - 14.3.2021
Yo realizo, cierro los ojos y espero lentamente a escuchar el sonido, las letras dibujando una escena, la imagen que conquisto para colocarme justo a su lado, un motivo para descubrir algo que encenderá una luz, una señal que seguirá indicando por aquí, el camino que se despeja para caminar en este nuevo desvío que me hace despertar, solamente alejarme de mi mente y esperar tranquilamente a ese tiempo de mi maestro, de esa plenitud que se abre de nuevo ante mis ojos, esos ojos que vuelvo a encontrar en el silencio de un espacio en el que colocarlo.
Siento muchas cosas cuando suenan mis palabras, son las letras las que van circulando junto a las células de todo mi cuerpo, cuando llegan al corazón y salen por los canales que recorren tantas distancias, por los órganos que se abren y cierran para dejarnos entrar y salir, por los músculos donde nos sumergimos en sus moléculas, por todos los rincones que llegan hasta el lugar donde la piel impide que nada salga, que todo esté encerrado para saber que esta dentro de este mismo espacio.
Yo, vuelvo a pronunciarlo solo y me da mucha confianza, me enciende sensaciones diferentes según vaya pasando por los pulmones, esperando llegar al cerebro y guardarse ligeramente hasta que la mente vuelva a resonar, hasta que entienda que no todo es razón, no todo es realidad, sino escuchar mucho más allá de los sentidos, más allá del olfato y el sabor, más lejos de la vista y sobre todo del oído, pues el espacio que se produce al dejarlo caminar es lo mejor que siento en estos momentos.
Realizo, comienzo a dar los primeros pasos en un desconocimiento que todo revuelve lo anterior, es como revolver con los dedos un líquido que estaba descansando, como ver con los ojos del alma que es la fuerza que se imprime en el cerebro, en el centro director, de comenzar una tarea, de llevar a cabo lo que el pensamiento puede dibujar, lo que la voluntad espera para edificar el proyecto, ese proyecto que tiene una finalidad, que hace empezar a moverte, a dar motivos, a insuflar los materiales necesarios para dar las primeras pinceladas a una nueva aventura, a un nuevo ingenio en la imaginación que colorea toda la creación.
Crear desde lo más profundo, encontrar los bocetos que se hallaban esparcidos por los proyectos, por los pensamientos que amanecieron antes de despertar, ante que ninguna voz ni mente pueda describir lo que ahora está sucediendo, lo que se está amasando para que el pastel pueda encenderse sobre la mesa, sobre el tiempo que hace desglosar todos sus conocimientos para registrar el resultado que siempre he tenido en el centro de mi corazón.
Ser consciente es profundizar en la fuerza interior, en la fe de seguir adelante a pesar de los espacios vacíos, a pesar de aquellos que intentan dejar caer en la oscuridad lo que ahora empieza a subir hacia lo alto, en ver cómo la imaginación se plasma en la realidad aunque muchos hablen de que la realidad está en otro plano, pero es esta la realidad que podemos tocar y sujetar, la que podemos encontrar delante de los cuerpos, encima de aquellos papeles que sirven de nacimiento a lo que está por llegar a terminar en su cima.
Vuelvo de nuevo a repetir el Yo resuelvo para adelantarme al final, para seguir dejando los renglones en su justa medida, las palabras en los hechos que la realidad de mis ojos, estos ojos que ahora sienten cansancio, han sido capaces de ver donde no había nada y de mirar de frente a lo que ahora si está en un lugar, en un escenario, en un bloque de equilibrios que nos hacen descubrir que hay vida dentro y fuera de todo y de todos.
Gracias por todo, no tengo quejas de nada…..
MIGUEL JOSE CARBAJOSA GÓMEZ
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Publicado por MIGUEL JOSE el 14 de Marzo, 2021, 19:43
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MI DESPERTAR - 5.3.2021
Miedo enciende un pensamiento que se despide,
un sentimiento que aparece y se envuelve en mi mente ante la fragilidad de este
momento, es cerrar los ojos y ver secuencias que son imposibles de cambiar,
pues en el interior de una oscuridad queda enquistado en alguna de las paredes
lejanas que cierran el espacio, la cajita donde se van envolviendo para
rescatarlos en alguno de los silencios que suceden como en este lugar acaba de
ocurrir.
Es la frase que sigue a los segundos que dura
en un tiempo imposible de hacer retroceder, una mirada que degusta en unos
segundos el inconsciente gravado en alguna de las experiencias que en otra
época encerraba alguna palabra o gesto, sensación o encuentro, mirada o
expresión, todo ello en la carrera que ahora vuelvo a emprender para ajustar
todo aquello que ya no me sirve, todo lo que considero un lastre que arrojar al
viento, ese viento que eleva al infinito lo que se pudo convertir en finito.
Quieres que te escriba pero no puedo porque
estabas durmiendo de día, unos horas antes de tu llamada no podía encontrarte
para desearte todo lo que me hace acercarme a ti, escuchar tu silencio, hablar
en tu oscuridad, beber de tus angustias y andar con todo aquello que te dedicas
simplemente por ser tú mismo, y ahora pretendes que vuelva de nuevo a describir
la memoria que encierras en unas palabras que solamente entiendes cuando tu
corazón se abre al amor.
El amor que siempre ha existido en tu vida, en
tus mensajes, en las noches despierta que abrías para encontrarme, para dejarme
tus caricias con esos dedos incrustados en el ordenador, con esas caricias
envueltas en besos y abrazos que no podía atrapar en la pantalla donde
descubría que no estabas a mi lado, sino en la distancia de unos cables que se
extienden por toda nuestra huella.
Huella que encuentro en cada llegada a esta
casa, cuando descubro tu piel junto al ascensor, cuando abres la puerta con la
fuerza de tu cariño y con el empuje de tu sentimiento, es este momento lo que
hace diferente escucharte sin tus manos, oírte fuera del ordenador, descubrir
que te has vestido con la desnudez que descubro en tus besos, en esos abrazos
que encierras este cuerpo que ahora se sienta a
tu lado y te espera a que empieces la historia que sabes en la aventura
de haber llegado de nuevo a este hogar.
Quiero dejarte hablar lo justo y necesario para
cerrar tus labios con los besos que fui guardando cada noche, con el perfume
que ahora descubro y que podía escucharlo cuando me despedías para dormir en la
habitación desde la que sueñas, unos sueños que ahora quiero descubrir, entrar
en las mismas sábanas que nos escucharan durante toda la noche, incluso durante
la mañana que con su luz impregnada en las ventanas nos abre de nuevo estos
ojos con los que ahora puedo sentirte, estos ojos que siguen despacio el
recorrido por un rostro que calcula la risa y la espera.
Esperas que estos labios dejen de mirarte para
sentir el mensaje que ahora no tengo que escribirte, esas palabras que ahora se
van a quedar dormidas, el encuentro que tanto deseamos se ha sentado a nuestro
lado y nos va empujando hacia el mismo lugar desde donde podemos sentir la
respiración y los besos, las palabras bajitas agrandando un corazón que bombea
más deprisa el calor que se va produciendo entre nuestros cuerpos, en el
interior de nuestras gargantas, en lo más dentro de este amanecer que en el
final del día puedo descubrir de nuevo a tu lado.
MIGUEL JOSE CARBAJOSA GÓMEZ
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Publicado por MIGUEL JOSE el 5 de Marzo, 2021, 10:09
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