Apareces
y desapareces en el infinito del Camino, unas veces me preguntas, otras
intentas llegar hasta mis pensamientos, en otros casos solo me dejas unas
palabras y ahora vuelves de nuevo después de unos años en que desaparecido de
la capital entiendes que quieres verme en las palabras que te responden después
de una década en este pueblo, en esta pequeña ciudad que me hace desarrollarme
lentamente en su luz y oscuridad, un oasis como dice su publicidad.
No
tengo palabras para agradecerte todo lo que vivimos juntos, comenzamos sin
entender qué sentía al abrazarte en aquel teatro donde una obra nos dejó en
silencio, antes pudimos comprobar que mis brazos dejaban tu cuerpo tranquilo,
eran tiempos revueltos en tu intimidad, unos momentos en que sentía que quería
estar a tu lado, no sé por qué, pero siento en este instante que una luz ha
vuelto de nuevo a encender esa emoción.
Mi
vida transcurre por los caminos que se abrieron después de salir de la gente
que me inundaba sin conocerla, por aquellos barrios y calles abarrotadas de
tanto ruido y sin el silencio de unas calles que por la noche están vacías
donde ahora discurre mi devenir, es un lugar desde el que siento vivir lo que
escucho en las madrugadas, aunque en las fiestas encuentro en los sonidos de
los petardos la gran aventura que es vivir desde el encuentro y la fiesta.
Tenía
ganas de escribirte después que estos años me han hecho conocer diferentes
emociones nuevas, disfrutar de una pareja que tiene todo lo necesario para
viajar en los tiempos diferentes, de mirar dentro de un silencio los problemas
y las maravillas de sentirte querido y amado, además de descubrir nuevos retos
que me van haciendo despertar y encontrar el mismo camino que siempre me ha
estado buscando.
Quería
darte las gracias por haber estado tanto tiempo a tu lado, por los besos y
abrazos que sentimos juntos y que fueron el principio y final de algo que quedó
guardado en nuestros corazones, justo al lado de tu pecho y de mis recuerdos,
no tengo muchas ganas de volver a verte pero si de dejarte este agradecimiento
por haber pasado por mi vida, quizás el futuro haga de nuevo de las suyas y
volvamos a vernos y quién sabe si dejarnos algún beso que todavía sigue perdido
en nuestros recuerdos.
Eres
preciosa, una mujer luchadora y fuerte en tus convicciones, que sabe vivir lo
que quiere y que desprendes mucho amor, ese amor que no tiene que ver con el
sexo, sino con el sentimiento de quien un día te dijo que quería volar para ser
libre, entiendo que sigues enamorada de algo que nos dejó guardado en un
pequeño cajón lo que sientes y que yo sigo entendiendo que quiero volver a
verte para decirte simplemente ¡hola!
Está
bien estas palabras, quizás me gustaría
que me dijeras algo tú, pero siempre he sentido que eres parca en palabras, que
lo que sientes solo lo dejas escapar a pequeñas dosis, que como el veneno,
dejas kao a quien se posa a tu lado y que seguramente sigues buscando ese amor
que te acompañe durante el proceso de seguir disfrutando de la vida, una vida
que siempre me ha parecido maravillosa solo con encontrar los tiques con los
que recortas tus comidas y cenas, así desde esta ciudad ilicitana quería darte
muchos besos en esas mejillas que siguen despiertas noche y día.
Y por
supuesto que estas palabras quedarán perdidas en los archivos akásticos de los
que nadie tiene copia y en los que sentimos que siguen dando vueltas a un Universo
que nos hace ser libres y sencillos en el beso que te entrego con estas
palabras. Disfruta brujita...……
Miguel José Carbajosa Gómez
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