Despierta
de los sentidos dejándolos dormir, acaricia una flor en la mirada lejana,
comienza a desnudar la vida en cada silencio, en cada pausa de este presente
que es vivir. Susurrar sin palabras la verdad que cada uno elije en los
desiertos sin arena, en los mares sin agua, en los espacios donde no existe el
aire, ni tampoco el cielo ni la tierra: Sigue escuchando al tesoro que
escondemos al nacer, a las presencias que nos acompañan durante toda la
existencia dentro de cada cuerpo, en el inmenso Universo que se crea en células
construyendo los edificios que nos hacen descubrir el sentido sin sentido que
nos llevará a volver a empezar de nuevo, a despertar en los cielos inmensos de
cada mundo, de cada ser, de cada milagro.
Miguel José Carbajosa Gómez
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