Siéntate bajo la mirada del cielo y la sonrisa de las estrellas en una de las noches que el viento te relaja dulcemente tras la llegada del sentimiento que traspasó el lugar oscuro donde la luz puede escribir con lápices blancos las memorias que siempre estuvieron guardadas bajo la atenta mirada de tu espíritu, de tu ser, de todo aquello que representa lo que nadie puede encontrar sin el silencio como pintura y la atención como el lienzo donde enmarcarlo después en tu recuerdo.
Miguel José Carbajosa Gómez
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