Marzo del 2018
MI DESPERTAR - 22.3.2018
Estoy
detrás de la cortina, fuera de la imagen que tu cerebro conquista cada vez que
intentas buscar las palabras que nunca llegan, sabes que desde la conciencia
suben los ascensores por el pequeño hueco que dejabas en la juventud, esos años
en que nos vamos perdiendo por caminos transitados, por lugares fuera de
contexto, por imágenes imposibles de reconocer cuando sigues despierto después
de los cincuenta.
Salgo
corriendo después de auto convencerme de que todo tiene que ser como la
aventura de encontrar a ese que siempre busco, recogiendo un equipaje que me
dura poco tiempo, unas maletas que están repletas de esas cosas que ya no
sirven, de vestidos o zapatos que fueron en su tiempo el rostro de los primeros
pasos, de los lugares por donde pisaron dejando la huella que recorre todos los
registros guardados dentro de una mente prodigiosa, esa mente que nos recoge
todo aquello que pasó y que es un pasado adorable.
O
bastante duro como dirían otros, seguramente todos recorremos los emblemas que
nos acompañan después delante de nuestros hermanos, en palabras que dejaron de
ser cuando salieron de las gargantas, de mensajes que colocábamos en las
amistades que surgieron y que ahora algunas quedan, otras cambian y muchas se
olvidan, se dejan guardadas en las postales que escribí delante de muchas
lunas, en medio de tertulias en los bares, en el silencio de una pequeña
montaña.
Me paro
en estas palabras, miro el vaso que coloca el agua delante de mis ojos, y
escucho el sonido que entra por mi garganta, el frío que recorre toda la
tráquea hasta sentir en mi estómago una pausa para encontrar junto a la
digestión este momento desde el que quiero recordar y dejar este pasado
guardado sin candados ni rencores, solo exponerlo a la luz para que ilumine el
camino que muchos llegan a pisar y que desde el conocimiento se puede alumbrar
muchas historias diferentes que ayuden a seguir viviendo en la misma vida que
nos hace seres vivos.
Vuelven
las imágenes que no pueden mejorar los portátiles, ni siquiera las cámara de
fotos, ni estos móviles que hacen de todo además de llamar y enviar mensajes,
vuelven cargadas de una emoción, no valoro si son buenas o malas, todos son
secuencias de un pasado cargados de regalos para seguir escuchando en el
silencio esa voz que está con nosotros incluso desde antes de haber nacido en
el vientre de una madre, esa voz que nos conduce a entregarnos a un discurso
que volvemos de nuevo a vivir, a sentir, como sus besos después de salir de su
cuerpo, aunque pequeños pero unas criaturas maravillosas.
Me
escuchas y no puedo hablar más despacio, no quiero que te encuentras tumbado en
una silla de la que no puedes doblar con tu espalda, no quiero que me mires en
una lástima que no tiene ningún objeto, se que quieres seguir con el café entre
tus manos mientras escuchas dentro de tus venas la sangre como circula
transportando el alimento de esas células que nos construyeron como cuerpo, de
todo el contenido que dentro de la piel nos hace escuchar y hablar, reír y
llorar, y tantas y tantas situaciones, incluso la muerte solo puede dejarnos
fuera de este cuerpo, pero el alma descubre que es la voz que tantas veces
canta con nosotros la canción con la que fuimos bautizados en la vida.
Tu vida,
mi vida, la vida que nos rodea, la vida que nos ilumina, esa vida que nos
contiene como un río a todas las gotas de un agua pura y cristalina, un agua
que camina hacia los horizontes que descienden con fuerza para llegar a un mar
de calma, a unas aguas inmensas en las que seguir disfrutando de esa vida que
sigue cada día despertando entre nosotros y con todos nosotros, con las flores,
las remolachas y patatas que siguen comiendo de ese agua que las va regando
lentamente para continuar su proceso, nuestro proceso que un día escribimos y
que ahora dejo entre las líneas de este nuevo grito.
Miguel
José Carbajosa Gómez
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Publicado por MIGUEL JOSE el 22 de Marzo, 2018, 18:27
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MI DESPERTAR - 11.3.2018
¿Porqué los niños?, los adorables constructores del futuro de la humanidad, esos diminutos personajes que van creciendo cada día con el amor que llevan en su corta estatura, en las pequeñas manos que nos atrapan de por vida y que concluyen con la alegría que en todo momento podemos descubrir dentro de nuestros niños hechos mayores, esas imágenes de una evolución que con las décadas de unos años maravillosos pueden remover las entrañas de la tierra, las miradas que nos cautivan aunque nada en ese momento pueda devolverles de nuevo a los brazos de quienes no entienden nada.
¿Porqué los niños? si cuando llegan a nuestra vida nos aceleran el corazón en las diversas imágenes que guardamos de ellos en unas fotos que no dejamos de acariciar, de entregarnos a sus juegos sabiendo que un día también lo fuimos y descubrimos de seguimos siéndolo aunque actuemos en los papeles de tío, de padre o de abuelo, de madre, yaya o mamá, esos papeles que por las noches nos hacen encontrar la felicidad por verlos en los sueños recogidos entre sus propios brazos en un descanso que nos sirve para aprovechar la nueva aventura del día siguiente.
¿Porqué los niños? saltan en las noticias como víctimas de unos mayores que dejaron atrás su alegría y comenzaron los caminos del odio o de la rabia, de las peleas que descubren haciendo sufrir con su propio dolor esos telediarios que nos hacen retroceder en los tiempos, noticias que se van encadenando semana tras semana para encontrar los rostros de quiénes no han sabido encontrar en los límites de la humanidad esos valores que parecen haber desaparecido, alegando diversas razones que son imposibles de poder respetar.
¿Porqué los niños? que poco respeto tenemos por nosotros mismos cuando encontramos las palabras de quiénes han sido capaces de matar a su propia camada, a niños de corta edad, de mediana edad, esos parvularios que corretean por los colegios riendo y llorando en ese presente que es el ahora, lugar donde viven hasta que les llega el momento de subirse al despertar de ser una persona mayor, esas palabras que con dos o tres años ahora te dicen que ya son mayores, pero es que los que nos creemos mayores teneños derecho a lesionar y arañarles las vidas cobardemente tenemos más razón en nuestros propios nichos abiertos antes de morir.
¿Porqué los niños? nos dejan un dolor que es imposible de poder soportar, de volver a mirar sus caritas inocentes y descubrir que en la inocencia se encuentra el amor de verdad, ese amor de quien solo sabe jugar, juegos que muchas veces truncamos antes de que la guillotina pueda dejarnos sin manos, antes de que el pensamiento pueda reconocer que se les quita la vida y en las razones encuentran la verdad de su destino, el destierro de quienes siglos atrás componían para dejar fuera de las sociedades a quiénes no debían continuar en ellas.
Porqué los niños no pueden defenderse, porque no entienden de odio ni de rabias, porque en verdad su mirada contiene un corazón indefenso ante las mentiras, los engaños y las oscuridades que muchos creen recordar cuando tenían esa edad les da un derecho inexistente a corregir, a destruir el destino, y siguen en su obstinación por subordinar el amor que todos los hombres y mujeres encontramos en esos pequeños a estados imposibles de poder reconocer en esta sociedad que como todas tienen sus aciertos y sus fracasos, pequeños fracasos globalmente, pero realmente muy dolorosos, muy, muy dolorosos pescaito.
Descansa en paz que durante estos ocho años has llevado la insignia de ser el mejor hijo del que cualquiera pudiera sentirse orgulloso como de todos y cada uno de tus compañeros. Besos a vosotros dos que nunca entenderéis como alguien que vivía debajo del mismo techo puede ser capaz de tan salvaje asesinato, de tan vil canallada, de tan, tan........
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por MIGUEL JOSE el 11 de Marzo, 2018, 17:55
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MI DESPERTAR - 8.3.2018
Sabes? encuentro entre mis pensamientos aquellos momentos en que no pude hacer otra cosa, en que vivía como quería dentro de unos parámetros que llevaba guardados dentro de mi estuche, los lápices con los que aprendía a escribir las palabras que componía con las letras, casando las vocales con las consonantes de este idioma castellano, de una forma que venía impuesta por el sistema de estudios, por los antecedentes que cada legislación construía para converger las ideas que posteriormente los de mi generación interpretaban libremente.
No recuerdo machismos, ni tampoco feminismos, pero si recuerdo las palabras de mi madre cuando no me dejaba fregar para que no fuera mariquita como el vecino, de ahí en adelante todo estaba preparado para encontrar en la pareja la forma de compartir las enseñanzas, todo aquello que me hizo equivocarme, que me hizo construir una vida llena de experiencias, de un querer hacer y ayudar cuando realmente es hacer, no solo estar sino también descubrir que la igualdad es la base para que en el futuro en las escuelas se llegue a enseñar lo que ahora solamente son acosos y vejaciones hacia los demás.
Dentro de esta mente se que hay muchas cosas que no he sabido hacer, pero eso lo se ahora, en estos momentos en que descubro que aquello era manipulación, como lo hacen desde hace treinta años en Cataluña, como están dibujando en las escuelas de la Comunidad Valenciana, como se hace desde el poder de cada momento para encontrar el servilismo que pueda llevarnos hacia el lugar predestinado por unos políticos de mierda, por unos seres que solamente escuchan el materialismo, la oportunidad para su discurso y la fuerza de que los demás crean en las miserables palabras del engaño.
Todos son de izquierdas o de derechas para llegar al final de las encuestas a gobernar, para influir en la profundidad de una sociedad que degeneran con actuaciones desde la sombra, desde el desconocimiento de aquellos que simplemente quieren vivir, disfrutar de sus momentos de gloria y de los descansos que la vida nos regala permanentemente, no sin antes encontrar en nuestra responsabilidad las cosas que hay que hacer para seguir descubriendo que todo presente es un verdadero regalo.
Hoy entiendo que los errores me hicieron manipular a personas que siempre tendré en mi corazón, a mi pareja en la que colocaba todos aquellos miedos e inseguridades que después fueron apareciendo en los silencios que las noches y los días me dejaban conocer, por eso el cambio me llegó sin buscarlo, eso no quita que haya personas heridas por todo aquello que sigo escuchando, por esos abrazos que ahora mismo son imposibles de recibir, por esa escucha que algunos han borrado el apellido por entender que su padre no existe ahora, por descubrir que las ausencias no tienen explicación, por el gran dolor que supone el que te ignoren en el tiempo, y este corazón ahora dolido por tanto recuerdo solamente quiere seguir en afianzar esa mejor persona, ese descubrimiento de que soy humano y en la equivocación está toda la respuesta.
No entro en los juegos de ser mejor, sino solamente ser normal, ser como mi corazón siente ser una persona sincera y cariñosa, descubriendo que todo lo que está escrito es la historia, que nadie la va a cambiar ni yo tampoco espero ese perdón que hace acabar tantos relatos, simplemente con estas palabras puedo dar luz a todo una escucha en el que siento tantas emociones, tantos dolores, tantos miedos de no haber tenido la información que ahora tengo, donde quiero llorar al ver a tantas mujeres saliendo a la calle para reivindicar esas noches en las que se acuestan marginadas, ofendidas, despreciadas, ignoradas, secuestradas, con dolores en su cuerpo de alguna paliza e incluso violadas sin piedad por quiénes solamente demuestran cobardías y miedos, miedos que les hacen matar hasta sus propios hijos para llegar a quitarse la vida o hacerse los dueños de un mundo al que hacen mucho daño.
Un mundo en donde estas mujeres, incluso aquellas que no entienden porque una persona deja de quererlas un día, hasta las que reciben esas palizas de la sociedad en todas sus formas, son verdaderamente las protagonistas, no como aquellas que hacían del matriarcado la potencia de sus sociedades, sino las que todos los días de su vida dedican su esfuerzo, horas y entrega hacia sus hijos, esos niños y niñas que al cabo de los años son los que componen la sociedad, esta sociedad moderna que tiene que cambiar, que tiene que encontrar su referencia en todo este esfuerzo que hoy todas vosotras hacéis para que personas como yo puedan descubrir sus errores y seguir en el trabajo de ser un igual con vosotras.
Gracias por compartir nuestra vida y por ser las referentes silenciosas que empujan los límites hacia su justo lugar.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por MIGUEL JOSE el 8 de Marzo, 2018, 16:02
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