Abril del 2016
MI DESPERTAR - 30.4.2016
Siento que mis dedos están dormidos,
que las yemas esperan los rayos del Sol para comenzar de nuevo con otra
historia, los primeros momentos del día han despertado los cantos de
pajarillos que siguen llegando al huerto para degustar los frutos que van madurando
lentamente entre el silencio de la noche, esa noche que parece querer volver de
nuevo a mis sueños y dejarme llegar a un abismo que tarde o temprano anunciarán
los cielos.
Cargados de nubes se pasean por estos
lugares donde las casitas siguen su marcha en la unidad de todo un pueblo,
vienen y van por encima de los tejados en los que siguen desnudos los
habitantes que duermen todavía a pesar de los muchos sonidos que comienzan a
despertar las calles, los primeros coches que salen de los garajes para
incorporarse a una mañana de un sábado en los momentos en que mis piernas se
posan sobre el suelo.
Duermen mis niñas en ese sueño que aún
sigue marcando la respiración, sus cuerpos siguen descansando en la misma cama
para esperar que sus ojos vuelvan a mirar en esa oscuridad que lentamente se
irá abriendo para volver a la realidad que creemos estar despiertos, un
amanecer que me gusta cada día pues en ese momento estamos juntos con abrazos y
sonrisas, desayunando un amor precioso que todo ser humano lleva incorporado de
serie en la construcción de la vida.
Espero que durante estos días en que no
estaba con vosotros no me hayáis echado mucho de menos, que vuestros desayunos
hayan jugado a sentir el calor de ese café penetrando por vuestro cuerpo para
mirar de nuevo por la ventana de la vida y escuchar el sonido de los
maravillosos pajarillos que nos inundan con sus preciosos trinos, volando de
rama en rama para acercarse de nuevo a nosotros y degustar un bonito coro.
Seguro que cada uno espera el momento
de salir de casa, abrir la puerta que cerraba por la noche para vivir la
aventura de un nuevo paseo, de una compra pendiente para regalar, de completar
ese momento en que el aire nos penetra por el rostro y dejarse llevar por unos
segundos de nueva esencia, de nuevos pensamientos que esperan ser realizados
durante estas horas que comienzan desde el instante en que sentimos nuestro
cuerpo nacer de esta bonita ciudad.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 30 de Abril, 2016, 9:08
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MI DESPERTAR - 19.4.2016
Podéis ver dentro de mis venas una sangre que calienta todo el cuerpo, que construye inmensos túneles por los que da vida a una organización perfectamente ensamblada en la que sigue despierto el aliento de la vida que entre por cada respiración, que se cuela lentamente cuando dormimos y que sigue dándonos esas imágenes cuando realmente creemos que estamos en otros pensamientos.
Pensar es algo humano pero en lo positivo nacen diferentes cuerdas que atan muchas de las situaciones que pasaran en los días que siguen a la imaginación, los niños abren cada mañana los ojos y comienzan a guardar todo aquello que saben es nuevo para ellos, repiten actuaciones de días anteriores pero se quedan en cada momento con todo aquello que después podrán recordar, aunque en la mente se archiven escenas que nunca volverán pero que el cerebro deja en la retina guardados para cualquier ocasión que sea perfecta para regresar a esos momentos.
Sentir la respiración dentro de cada silencio me hace deshacer los enigmas que suben y bajan todos los días por las arterias, por las válvulas de un corazón que nos da la vida a cada segundo, que sigue con su fuerza a pesar de que los años puedan dañarlo, que sabe lo que tiene que hacer sin necesidad de mirar todas las mañanas la lista de tareas pendiente que le quedan para seguir funcionando.
Los sueños en los que sigues anclado cuando una situación no sobrepasa tu miedo, cuando entras dentro de los márgenes que la envidia puede abrir tus brazos, que la rabia hace cerrar tus puños, que la angustia te hace cerrar las ventanas de tus ojos y aislarte de quiénes quieren estar cerca de ti, mucho más de los que desean ayudarte con sus fórmulas que sabes no te funcionan y tampoco las quieres aplicar.
Vienes a mis labios porque entiendes las palabras, seguramente también hablas desde el corazón, que tus pulmones pueden captar las caricias que tu piel descubre en cada aliento que entra por la nariz, ese aire que te penetra hasta lo más profundo y sigue perforando todo lo que siempre has sentido sin necesidad de mirarlo, imaginar cómo se produce todo este milagro es la ciencia que me hace despertar cada mañana en los sudores de la noche.
Gracias Luna por hablarme a través de la misma ventana por la que me ves dormido, por la que iluminas como haces a todos los que te siguen en algún momento de la noche, pues me abriste el sentido que ahora camina ligero para descubrirme que tengo algo que decir y mucho que escuchar.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 19 de Abril, 2016, 20:39
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MI DESPERTAR -18.4.2016
Vuelvo
después de unas semanas para encontrar las palabras a colocar en las noches
oscuras que han paseado por esta piel, unas frases que en muchas ocasiones no
pueden dibujar la escena en la que me encontraba cada vez que pasaban las
horas, en los sueños donde las luces ardían en una mente diferente, en una
pantalla imposible de acceder a ella con el mando a distancia.
Hay
momentos en la vida en que no entendemos que las cosas que suceden lo hacen
para despertarnos de situaciones incómodas, de un cierto protagonismo que ha
desencadenado en un yo egoísta, de un ser que se pasea sin tener la mirada en
ese interior que después puedo mirar tranquilamente a pesar de la angustia que
ha subido y bajado por todo mi cuerpo.
Un
cuerpo que se abre difícilmente a sensaciones que cuestan mucho asumir
después de muchos años actuando de una determinada educación, de unos modales
que en otro tiempo y en diferentes lugares se preparaba para construir una
personalidad sobre la que vivir en el mundo que nos rodea, en la relación que
situamos junto a los demás para sentirnos parte de la sociedad.
Miro a
las horas del reloj sin manillas que llevaba puesto cuando sucedieron los
hechos que disfruto mucho encontrando las imágenes imposibles de colorear, eran
diferentes en la soledad que supone vivir la noche desde el otro lado, desde la
mirada abierta en esos momentos que no puedes dormir y tranquilizar tu cuerpo,
en las horas tan grandes que hacen de los minutos días y de los segundos días,
todo desde el principio de haber mirado difícilmente hacia mi alrededor.
Tienes
la sensación de haber salido por un túnel pequeño de las tremendas imposibilidades
que tu mente abre, de los mensajes negativos que alardean de llegar para
contradecirte, de la niebla que descubre la fragilidad de tu confianza, de deja
entre los segundos esa ingesta de imágenes de las que cumplen la función de
hacerte más pequeño, de entregarte a los miedos que esperan tranquilamente a
sentarse a tu lado y empujarte a las paredes que cierran tus sentimientos.
Mueres
dentro de algo que no se abre, sigues pensando que estás ahí porque equivocaste
tu camino, que algo malo hiciste cuando abrías la puerta que encontraba todo
este arsenal sin metralla ni balas capaz de destruir lo más grande que todos
llevamos dentro, por eso sabía que tarde o temprano el desierto oscuro que
seguía dentro de mis pasos me alzaría a una mañana que acaba de abrir de nuevo
estas palabras.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 18 de Abril, 2016, 20:26
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MI DESPERTAR - 6.4.2016
Bajas
al fondo del mar para encontrar la brisa que desapareció en tu despedida,
saliste a navegar en una playa sin arena, dentro de las piedras donde se
ajustaba aquella cintura que se deshacía entre las olas que esperaban degustar
tu cuerpo, una piel que descubre las escamas que todos los peces llevan para
caminar entre las corrientes que después de las olas escapan de las miradas que
fueron tus perseguidoras.
Estábamos
en aquellas palabras que no querías escuchar, en aquellos labios que cerraste
dejando entrar y salir una respiración que me impedía poderte mirar a la cara,
los cabellos se movían nerviosos hasta que dejaron de tapar los ojos que me
indicaron te alejabas, hacías camino entre los dos para seguir la ruta que
ahora te encuentra bajo los arrecifes que tejieron unos colores diferentes en
las imágenes que sigues persiguiendo sin esperar esa respuesta que nos haga
entendernos.
Se que
puedo ser culpable, solamente de mis actos porque entiendo el dolor que supone
perderte, la lluvia que me desfigura entre la espera imposible de recuperarte,
y bajar a un fondo donde puedes esconderte sin dejarme llegar a encontrarte,
ahora sigo delante de la esfera luminosa que me hizo aprender a escucharte sin
tenerte delante, a quererte sin que tu imagen vuelva a dejarme el calor que nos
cubrió en todos los momentos en que nos conocimos.
Viajas
en las burbujas que imagino nacen después de una muerte corporal, la forma en
como te colocabas, la piel que te acomodaba hacía de tus manos la principal
fuente de cariño, un corazón que salía muchas veces a esperarme llegar, unos
labios que besaron tantas palabras de nuestro silencio, de nuestras noches en
que las estrellas escuchaban a oscuras el calor de un amor que estuvo
presente en los días y semanas que pudieron dejarse llevar por el mismo viento
que ahora me empuja a cambiar de camino.
Estarás
presente siempre dentro de estas palabras pero morirás cuando el recuerdo se
instale dentro de una esperanza que muere día tras día, pues sin entenderme ni
entenderte no podías volver ni tampoco podía volver a dejarnos mojar por la
misma lluvia, por las mismas escenas en las que dejaron videos de nuestras
formas entendiendo aquellos motivos que nos llevaron a llegar hasta este
momento, así es desde donde puedo escribirte sin esperar que tus labios me
lleven a una muerte definitiva.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 6 de Abril, 2016, 9:14
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MI DESPERTAR - 4.4.2016
Ahora soy un tren
que acelera al salir de las curvas para encontrar el camino que sigue sin
escuchar los motivos que me quieren explicar para llegar a la próxima estación,
dentro de este valle que sigue mirando el humo que dejo después de encender más
leña en el pequeño cuarto donde el fuego se acelera y sin mirar a los lados
puede encontrar las vías mucho más despiertas.
Ahora soy un coche que
sigue detrás de un camión esperando el próximo adelantamiento para ser el
primero, aunque muchas veces no sabemos cual es el número que hacemos en la
vida, a pesar de que en cada segundo podemos ser primeros y últimos, todo es
cuestión de ver delante para dibujar en la carretera las líneas que nos indican
por donde hemos de emprender la marcha.
Ahora soy un avión que
se esconde entre las nubes, que gira de marcha para seguir una estela
imaginaria y dejar detrás de sí un cordón blanco en donde ver la respiración
que contiene dentro de la cabina, unos mandos que pueden subir y bajar en
cuestión de poco tiempo para encontrar la tierra o dormirse en los cielos
surcando esos mares por los que pequeños barcos pueden escuchar su rumbo.
Ahora soy una cárcel,
con las ventanas encerradas puedo escuchar las historias de quiénes perdieron
su libertad, de aquellos que saben contar los días dentro de los meses para ver
entre los años aquellos hechos que fueron el motivo de privarse de libertad,
encontrar las llaves dentro de un corazón de piedra sin ver los regalos que en
cada situación puede derivar en la misma espera cuyo milagro supone entender la
causa.
Ahora soy una llave y
puedo abrir muchas puertas, cerraduras que esperan el momento en que sus piezas
se ensamblan y llaman a dejar libre el paso de aquellos moradores de casas, de
coches de lugares en los que siempre se cierra para marchar de nuevo, esa llave
que también puede abrir los corazones aunque esos corazones no tengan las
piezas que dejan oxidadas el metal con el que fueron creadas, corazón que
siempre escucha la palabra que has entendido sin necesidad de Ser.
Ahora soy una palabra y
la dejo dentro de este mensaje para que la descubras cuando llames de nuevo al
mismo despertar, sabes que estás dentro de estos mismos lugares porque al
dejarte venir abrías de nuevo la página en la que escuchas tantos sentimientos,
incluso el día a día de alguien que no sabe mucho de poesía ni de prosa pero si
de amor y ese amor lo compartimos juntos cuando dejas que la frase complete
este final.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 4 de Abril, 2016, 22:12
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