Enero del 2016
MI DESPERTAR - 25.1.2016
Llegamos a la cercanía de una realidad que componemos con los
pensamientos, todo lo que se escapa de ellos desaparece al no tener la solidez
de una forma, entendiendo por forma la imaginación que nuestra mente construye
lentamente ante la pantalla que solo vemos en la oscuridad de nuestro cerebro,
así podemos llegar a entender que todo lo que nos va ocurriendo es porque lo
vamos creando en la ligereza de poder elegir.
Siento desde las palabras no poder llegar a definir lo que
ocurre dentro de mi cuerpo, pero si puedo escuchar en la mirada interior que
descubro cuando mis manos recorren la piel en la velocidad de un pequeño
masaje, direccionando hacia la superficie lo que dentro de las venas cantan las
células al caminar hacia su próxima aventura.
Descubro que en un momento la pasión que aparece entre mis
labios puedo degustarla dentro de los dedos, en cada uno de ellos transmito el
mensaje que luego cambia la velocidad, la temperatura y muchas de las funciones
que los sentidos descubren al encender de nuevo la experiencia, allí esperaba
tus noticias al verte llegar al otro lado de un cristal que descubrió estaba
transparente.
Es la hora en que comienzan los siete minutos, un pequeño
espacio de tiempo por el que transitar con los sentidos, esperando que la
llamada me imprima de nuevo el folio donde escribiré tus melodías, aquí vuelvo
a encender de nuevo la conexión para encontrarme perdido dentro de la gran máquina
que nos regala la vida, ese plano desde el que puedo verte y sentirte después
de haber aterrizado sin ningún paracaídas.
Me esperas dentro de un día, un completo recorrido por las horas
para destaparme del frío de tus ojos, del calor de una ropa que desaparece al
encender un fuego, en ocasiones ajeno a lo que estamos hablando, pero que vemos
como las palabras se oscurecen y llegan a perder vocales para entretener este
espacio que los dos congelamos antes de la noche.
Esa noche eterna donde el Sol no existe ni tampoco los planetas
que dejaron su espacio para nosotros, para la realidad que asoma dentro de la
misma bombilla hasta que los hilos se deshacen en la eternidad de unos seres
que seremos diferentes cuando la forma y el espacio dejen su lugar a la nueva
llamada de todo el equilibrio espacial.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 25 de Enero, 2016, 13:23
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MI DESPERTAR - 21.1.2016
Te escribo a ti que hasta ahora no he podido contestar pues quizás estos momentos me hacen ser descuidado alegando que no tengo tiempo para nada, y es verdad que estas tareas que aparecen en mi vida son diferentes a las que antes vivía, pero tengo que ser sincero con estas palabras que escribo pues en realidad eres mi amigo que siento haber dejado las palabras que tenía para ti escondidas en el tintero que ahora destapo.
Hace tiempo que no nos vemos y descubro el drama que para ti es estar en esta nueva situación, digamos que parece un guión escrito que vamos pasado primero el uno y luego el otro, pero seguramente es un patrón que se repite para dejarnos una enseñanza, algo que nos haga despertar en este sueño del que no sabemos salir para que un día el fuego que tenemos escondido se vuelva a destapar y dejar que el humo desaparezca y las llamas salgan victoriosas de lo que muchas veces creemos son guerras.
El ser humano se repite por miedos, porque nos acechan desde que llegamos y no sabemos escucharlos, quizás porque nos enseñan de diferente forma a este momento en que lo vemos repetido, seguramente porque no tenemos la información necesaria cuando las cosas comienzas a ponerse oscuras, o en otras palabras, cuando las personas no saben salir de las situaciones nuevas y siguen los mismos guisados que antes sus padre hacían en aquellos diferentes épocas.
No es sencillo tener que aprender a vivir con todo esto revuelto, pero si que es necesario que entendamos al otro, quizás comenzando a perdonarnos a nosotros mismos puede que vuelve de nuevo la cordura a este momento, eso si, no incluyamos al otro que tiene que vivirlo en su propia salsa para aprender, nadie creo puede hacer al otro diferente si no es a través de una manipulación, con lo cual ya no es ayuda sino realmente hacerle caminar por un camino diferente al que tiene que hacer.
Las horas duelen en la soledad al ver como aquellos pequeños chiquillos ya no te reconocen, no se acuerdan de todo aquello que vivieron entre tus brazos, pero también es una mentira, ellos si descubren ese pasado como cierto, pero su presente es diferente y caminan en su edad para llegar a tomar el camino de su vida, necesitan equivocarse para logar entrar en el mundo de la adolescencia y después de algunos años entender que hay que pasar otra etapa más para llegar a tu lado de nuevo.
No tengas prisa, solamente dales tiempo aunque sea mucho, pues en esas horas de tiempo estás tú, la importancia de vivirte es esencial y dejar de lado muchas veces los pensamientos te puede hacer encontrar tu oscuridad, tus anhelos que desde pequeño dejaste a un lado para seguir otro camino, pregúntate muchas veces que quieres realmente, que es lo que te apasiona para descubrirte dentro de ello.
Verás como los colores vuelven a inundar tu blanco y negro, tus figuras que crees tan grandes para descubrir una fuerza que no creías tener, no has de hacer una guerra con el otro por un mercadeo de cariños y abrazos, ni tampoco dejarte llevar por la ira o rabia que estas situaciones provocan por no ver el regalo que contiene dentro, simplemente tienes que aprender a aprenderte, a verte en esa desnudez desde la que comienza una nueva serie de ti, una película que hará historia siempre en esta nueva aventura que tienes que vivir junto a tu ser, al amor que llevas tan dentro que se esconde en los bolsillos y en los sueños que no dejas llegar para imaginarte.
Siempre estamos en contacto, aunque muchas veces parece que me he ido tan lejos que es imposible volver a saber de mí, en esta eternidad donde no hay tiempo ni lugar, solo amor y buena voluntad.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 21 de Enero, 2016, 19:07
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MI DESPERTAR - 20.1.2016
Llegamos dentro de un Sol radiante, de unas tardes en las que el silencio inundaba todo el salón, las habitaciones y las cocinas, dentro hacía un frío húmedo, fuera estaba el calor repartido por entre los árboles y las losetas después de un día en que llegamos de una lejanía cercana para aposentarnos en este nuevo horizonte que descargar, así nos quedamos en una tranquilidad que deseamos muchas veces poder emborracharnos en ellas.
Somos una familia dentro de otra familia, nos dejamos encontrar en todos los caminos, andamos por las mismas riberas y no nos aburrimos como muchos otros, en cambio nos desatamos cuando descubrimos más cosas de nosotros mismos, compartimos esos momentos y llegamos a descubrirnos en el calor de un simple beso, en el abrazo que un paseo hacia el salón nos acerca aún más para reírnos y recordarnos todo este trabajo tan secreto.
Los tres nos comprendemos en todos los aspectos en donde nos vamos conociendo, sentados en el sillón podemos escuchar el sueño de la pequeña que siente nuestra presencia y sabe estar tranquila esperando oír nuestros pasos llegar a ella, sabemos que nuestros rostros la encienden al despertar y la descubren esa felicidad que sabe existe en el corazón que sobresale de cada uno de nuestros pechos.
Es una novela escrita durante el día y pensada durante las noches, todos los guiones son nuestros y a la vez de los tres, los mismos que descubren que entre estas paredes se escribe una historia que solo nosotros sabemos existe, que los personajes escuchan muchas veces el mismo discurso, en otras en cambio sabemos descubrir el dolor y los miedos que nos enganchan, pero todo se incluye en el personaje del día, en los lugares por donde pasamos y descubrimos que el día es un regalo perfecto donde vivir.
La noche nos deja el otro lado, una oscuridad en la que podemos escucharnos, en la que reponer las fuerzas para que al día siguiente podamos continuar el viaje, una noche en la que siempre esperamos al otro a nuestro lado, ahora con la pequeña entre nuestros pensamientos durmiendo a pleno estiramiento en una cama que compartimos y que se nos queda chica por los lugares que recorre durante sus sueños.
Muchas veces me vuelvo a mirar en el espejo y creo haber nacido para otra vida, encontrarme de nuevo en ese lugar que llaman padre para desde ahí seguir aquellos caminos que me trajeron hasta este punto, ahora cerca del mar, entre las estrellas que la noche me va dejando contar escondido en las sábanas que todos los sueños encuentra al levantarme, una almohada en la que poder recostarme para descubrir la belleza de una luna que crece para menguar y llegar a dejar el cielo oscuro durante alguna horas.
Estas palabras me vuelven de colores para pintar historias en lo alto de unos cimientos que me harán casa, que construirán nuevos paradigmas en los que esconder tanta vida, de silencios en los que descubrir que tenía que llegar hasta este lugar para seguir caminando, de encender las luces que de nuevo descubrirán al hombre maravilloso que llevo toda la vida dentro, a ese compañero que ahora siente el amor dentro de muchos lugares por lo que ha pasado y por los que pasará, pues la vida están tan llena de regalos que es imposible no abrir uno distinto en cualquier momento de sus horas.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 20 de Enero, 2016, 19:05
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MI DESPERTAR - 19.1.2016
Hace años que hablamos junto a unos árboles, nos dimos
cuenta que nos escuchaban por eso supimos que estábamos conectados, que había
una iluminación propia de los seres del universo, así nos contamos aquellos
historias que laten en nuestras vidas, intimidades que pasean por nuestros
pensamientos y salen a la luz cuando una energía se acerca con las mismas
vibraciones que encontramos en la mirada de los ojos.
Me levanto de la silla y espero tu respuesta, muchas veces
no son palabras, en otras ocasiones las palabras aparecen con tus manos, con la
piel que se entretiene en sentir el calor, en despertar entre el frío que la
mañana nos regala para esperar al Sol en su camino hacia los mares, hacia
aquellas montañas que le protegen y arropan cuando ya está a punto de marcharse
a dormir.
Te veo de nuevo en una imagen que aparece ante mis colores,
dibujas los sentimientos con esos hilos que dejaste sueltos antes de marcharte,
solamente un abrazo fue suficiente para concretar lo que tenemos durante años,
esas palabras que no podemos escuchar pero que si sentimos en todos los
despertares por donde te pierdes sin llamarme.
La angustia hacia que las noches pudieran rellenarse de
oscuridad, que los ruidos pequeños que aparecen junto a nosotros me acariciaban
para mostrarme los miedos con los que viajo, los dolores que se acercan junto a
mi cama para seguir mirando hacia otros lados, las maniobras para sujetar el
cuerpo entre mis manos y pedirle que me acompañe junto a tus encuentros.
Viajamos por entre las ramas de los árboles como los
pajarillos que escuchan conversaciones indescifrables, sonidos que sujetan las hojas
por donde podemos escondernos mirando hacia los lados esperando que otros se
sitúen dentro de nuestro entorno y así escuchar el sonido de la respiración, la
mirada de sus sentidos y las palabras que no desciframos por estar caducadas
antes de encontrar el traductor que esta mañana se fue antes del amanecer.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 19 de Enero, 2016, 8:58
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MI DESPERTAR - 18.1.2016
Busco la profundidad de la personalidad, una
construcción que protagoniza la vida de cada persona, un sujeto que se enciende
al respirar la fuerza de una mirada entre los preciosos valores que se preparan
dentro de las sociedades donde confluye la garantía de que no estamos solos, un
esfuerzo que no entendemos pero que nos educan para que así volvamos a
descubrir algo precioso que se queda guardado al tomar la forma que vamos
viendo cada día al otro lado del espejo.
Salimos de la distribución que nos va colocando en
parejas hasta llegar al final de una fila en la que todos empiezan a caminar,
imaginar entre estos paréntesis algo inerte que se encuentra en el universo,
fuera de la vista de los sentidos, fuera del alcance de tantos pensamientos en
los que dejamos morir los conocimientos por encontrarlos junto a la razón, a
los procedimientos que nos fueron educando para encontrar una lógica dentro de
una vida sinrazón.
Aquí estamos descansando después del viaje que desde
las nubes de nuestra ceguera podemos recuperar para colocarle los colores que
unos lápices pueden imitar a semejanza de los montones de ingenios en los que
intentamos dejar al libre albedrío, a los sentimientos que nuestro cuerpo
interpreta cada vez que miramos a los cielos que nos descubren los sueños, esos
cielos que no tienen colocar ni muchas veces calor pues solamente se asientan
en nuestro descanso corporal.
Vienes a mi lado para recordar pasados en los que
tenías que mirar a todos los lados, pero el recuerdo es algo que desaparece al
formalizar una nueva etapa, al llegar a encontrarte con esos problemas que ya
tenías escritos para dirigir el cambio de tantas preguntas sin respuesta, de
tantos axiomas que se quedan atascados para distraernos durante el tiempo que
nos deja atrapados en una orientación de la cual no somos conscientes.
Es ahora cuando te veo después que los sentidos se
duermen, después que el tacto ya no es indispensable para sentirte, de que mis
manos no son necesarias para sujetar, para abrazar ni tampoco para escribir
pues dentro de lo que llamamos interior hay otras formas de comunicarnos, de
llamarnos los unos a los otros en una energía que se desborda como los ríos que
no paran de recibir afluentes, de sujetar con sus márgenes la cantidad de
líquido que llegaba hasta cada desembocadura en donde el mar esperaba la
cantidad de gotas necesarias para seguir bañando con sus olas la piel de una
tierra desnuda, de unas playas en las que ahora mismo puedo dormir y cantar
entre los poemas que surgen de un corazón tranquilo por haber llegado hasta
esta nueva orilla.
Miguel José Carbajosa
Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 18 de Enero, 2016, 18:02
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