Noviembre del 2015
MI DESPERTAR - 29.11.2015
Entramos de lleno en la Navidad, son las primeras luces de un domingo que se convertirá en el principio de muchos cambios, de personas que se alejan de las vacaciones para llegar a primero de mes, de cambiar de traje para ponerse los pantalones de subir montañas, de escalar entre los precios que suben hasta el lugar que le corresponde en estos momentos.
Alguien ha inventado una nueva forma de gastar dinero, de que los comercios se llenen de quiénes tienen el deseo de comprar, de que las tarjetas puedan calentarse hasta llegar al límite establecido por los bancos, por los que se avisan en los móviles para no quedarse en números rojos, incluso aquellos que no quieren dejar pasar las gangas que pasan por un mismo día y llevarse tantas cosas que no necesitan para entender que han sido comidos por el consumismo.
Todos queremos enriquecernos dentro de un orden, pero los órdenes se van olvidando, nuevas formas asaltan los comercios en un mismo viernes, en un fin de semana donde los descuentos hacen que se enfurezcan aquellos que no tienen el mismo lujo que otros, incluso para los que no tienen esa disponibilidad de unos doscientos euros que dicen es la media que cada uno se gastaré en este día.
Salí a la calle y vi mucha gente escuchando música antes de salir por los pasillos y devorar las compras, algunos tomaban una copa de un champán que sonaba como a fiesta, aunque la fiesta es para llenar las cajas registradoras y dejar en su cuenta las transferencias de los miles de tarjetas que en esos momentos cambiaban de lugar sus números.
Es la hora dicen para hacer cuentas, para dejarnos llevar por otros lugares en los que estas cosas son lo moderno, lo actual y lo que se vive, pero realmente cuando necesito comprar ropa voy en un par de horas y elijo lo que me gusta, lo compro y no tengo que esperar a que no haya talla, a que los demás dejen la ropa tirada por los pasillos y que no pueda aparcar ni circular por el caos en que nos colocan.
Somos personas que nos gusta disfrutar de la vida, pero hay muchos que pretenden meternos en una jaula y decidir cuando tenemos que salir a comprar, a gastar, incluso a ir al cine porque la entrada es más barata, es algo que debemos pensar no con la razón pues aquí nos entrampan, sino con este corazón desde el que siempre sabemos cuando es el momento oportuno de hacer lo que la libertad de decidir nos da la vida.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 29 de Noviembre, 2015, 18:25
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MI DESPERTAR - 25.11.2015
Somos parte de
tu Universo, esos labios que contienen toda la información que precisas para
irte introduciendo en un mar de experiencias, las más bonitas que puedas
recordar pues vives el presente, miras a todo lo que se mueve, tu expresión en
el rostro hace entender hasta cuando puedes volver a dar tu versión, siempre en
la manera en que vas preparando el disco duro que se irá posando lentamente
hasta que puedas darle nombres y entren en una rutina que se archivará en colores
o imágenes.
Estás con tu
mirada en todos los lados, las fotos que vas consiguiendo hacen que podamos
comprobar la imagen que tenía muchas ganas de ver, entender esos rasgos que te
harán ser persona, una más en el entramado de todo este gran puzzle del que
formarás parte para la humanidad, esa manera de ver las cosas en colores, en un
blanco y negro que descubrirás con el paso de tus presentes, los días que hacen
ser cortos para todo lo que todavía te queda por aprender.
Ahora solo
vives centrada en la distancia de los sonidos, en las manos que acercan todo lo
que puedes a tus labios, unas manos que aún no miden ni tampoco sujetan con la
maestría que te darán en adelante, pero sientes que tus pies están ahí para que
juegues a todo aquello que sale del universo que te rodea en el mismo día que
nacías a la vida que te colocó en un registro, que hizo que fueras ciudadana de
un país al que ahora no conoces, y que mucho tiempo pasará para que tus
recuerdos desaparezcan.
Al levantarme
veo como las cosas han cambiado, la felicidad que supone llegar hasta esta
nueva orilla, ver el mar que pasamos en la niebla que fue sucediendo, la
alegría que supone entregarse de nuevo a la fragilidad que el aliento de vida
va convirtiendo en realidad, en una forma que ahora toma cuerpo creciendo en
las medidas que todo lo contiene y sabiendo que estarás siempre en los
corazones, como el tuyo estará también dedicado a conocer y sentir.
Es la hora de
volver a las palabras, de salir de las emociones que me embarcan cuando veo tus
ojos tiernos, esos grandes ventanales por donde se ve salir el amor, la sonrisa
que acontece cuando nos encontramos o dejamos un hueco hasta el próximo momento
en que volvemos a cruzarnos, en esos juegos que acaricias con las fuerzas que
van encontrando dentro de tus músculos, de saber que todo esto es un juego que
nos dejan disfrutar para llegar a volver de nuevo a nuestra esencia.
Has llegado
con mucha alegría, estás dentro de un grupo que sabe mirarte y reírse en esos
labios que dejan correr la saliva sin que se esconda los lugares donde los
dientes abrirán de nuevo los mundos entre los que iras conociendo sabores,
pestañas que salen desde el centro hasta los lados para configurar los ajustes
necesarios que te irán haciendo ser mucho más tú misma, esos lugares por lo que
sabrán que llegabas dentro de un lugar que acontecías hace varios años sin
entender que tú eras ese presente.
Pasaron muchos
lugares hasta llegar al oportuno, ahora solamente es llegar al día siguiente de
cada día, a la siguiente hora de las horas que los días nos van regalando y
siempre estaremos en este lado que nos hace diferentes a cuando nos encontramos
en la gran nube, ese lugar al que muchos dejan de mirar por quizás tener que
jugar más de lo necesario en este parque que nos está diciendo todos los días
que nuestro lugar está aquí mismo.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 25 de Noviembre, 2015, 16:33
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MI DESPERTAR - 18.11.2015
Vives a mi lado todas las aventuras que aparecen,
sientes que puedo verte en las ocasiones en que no puedo contenerme pero no es
verdad, hay algo que me impide poder escucharte, leer en tus labios esa lección
que intentas acercarme, la relajación que me pides cuando la mente se dispara y
asume obligaciones imposibles de poder aclarar el agua turbia que se convierte
en remolinos a mi alrededor, siempre apareces en lo más alto de la mesa pero
realmente no puedo conquistar la pirámide que veo en los colores rojos.
Es increíble poder hablar contigo de lo que me pasa
antes que hacerlo conmigo mismo, incluso hay cosas que salen al dejar escapar
las palabras que han quedado atrapadas, esas frases que me iluminan muchas
veces sin entender porque teniendo las cosas enfrente de las narices no he sido
capaz de encontrarlas, porque muchas veces veo siluetas que no son de verdad,
alucinaciones que aparecen en los momentos de rabia o de ira que se entrecruzan
con experiencias que siento volverlas a recoger entre mis pensamientos.
Es importante poder escribir estas palabras ahora
que ya no estoy candente, que el fuego se pasó quemando unos minutos de vida,
esa vida que me hace falta para relajarme y aprender que estoy en el camino
correcto, pues el camino me sigue, me encuentra y escucha que pueda verlo,
acceder a él siempre que dejo la mente fría, que pongo la consciencia en los
pies, alejada de la cabeza donde toda la imaginaria se pone a trabajar para
conquistar batallas perdidas, esas batallas que no existen en el presente, pues
realmente son construcciones de experiencias pasadas que el cerebro las vuelve
de nuevo a recrear.
Soy consciente de que tengo la tendencia del no, no
puedo, no se, no se hacerlo, está muy arraigado de experiencias en las que fueron
tiempos pasados, era otra época en la que aprendía a que la culpa la tienen los
demás que se acercan a molestarme, que no me dejan seguir tranquilo, y desde
allí aparecen para torpedear este trabajo que nunca parará, un trabajo que
siento vida, vida que me llena y me encuentra abierto ante todo el espacio que
reservo de la oscuridad.
Gracias a estos momentos puedo sacar a la luz las
cosas que yacen dormidas hasta que una chispa de prisa, de rapidez me colocan
ante un nuevo reto, que no es un reto como obligación sino ante una situación
en la que tengo que completarme como persona, eso que escucho de ser mejor
persona que compone el tapiz que llevo dentro, lo que sale de un corazón que
cada día enciende una luz más fuerte para que los barcos que se acercan a mi
costa puedan ver el peligro y descubrir que hay otras rutas por las que seguir
navegando.
Aquí estoy esperando un nuevo episodio, pero a tu
lado, ese lado en donde cada uno camina en su propio camino pero paralelo,
avanzando tranquilamente porque la presencia que me envuelve está en mí, y la
presencia que te envuelve está en tí, así podemos adelantarnos a las cosas que
en muchas ocasiones pueden deshacer los lazos que dos personas pueden
conquistar simplemente con una mirada o con esos momentos en que nuestros ojos
de abren en la oscuridad de tantas experiencias.
Gracias,
Miguel José Carbajosa
Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 18 de Noviembre, 2015, 19:05
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MI DESPERTAR - 17.11.2015
Hola bomboncito, llamé por los hilos que escuchan las palabras de tu mesilla y estabas durmiendo en uno de los sueños que dibujas en tus novelas, mis palabras se quedaron esperando a que pudieras despertar para entender que había una comunicación pendiente entre nosotros, en la antesala de aquella mañana que pudimos encontrarnos de nuevo en el jardín que colorean tus flores, en las macetas desde las que llueven de nuevo semillas infinitas para acoger la belleza de tanta sabiduría.
Puedo esperar a siempre para dejarme llevar por la pasión de encontrarte, de sentir como tus manos pueden acariciar la nobleza de tus labios, la sencillez con que colocas tu ropa rodeando la piel desnuda que tus sueños conocen, imágenes que rodean tus sábanas en la noche que se adentra dentro de tus ojos, esos párpados cerrados en el exterior que descubren un interior cerrado hasta el amanecer.
Al salir el Sol alimentas tu sonrisa dentro de los pensamientos que renacen después de la calma, pareces que estás colocando todo en su sitio dentro de la sensibilidad con que tus ojos pasean por la habitación, por las paredes iluminadas de un brillo de oro que porta las persianas subidas por la madrugada, un Sol que quiere verte dentro de la funda que colocas para resguardarte del frío de la oscuridad.
Ahora me pides que pueda volverte a llamar, es verdad que no hace falta comunicación para saber lo que sientes en cada momento, pero es que algo nos une sin entender que pueda ser sin cables, sin contactos que nos hagan estar unidos, pues algo dentro de cada uno está preparado para que en cada distancia nos haga la llamada que nunca tendrá sonido, ni tampoco imagen, solo el amor que escucha los corazones dentro de la misma intensidad.
Eres la fuente que emana del cielo, ese cielo que descubres al corres las cortinas de tus ventanas, esos paños que dejan pasar tu sombra por los cristales transparentes que me indican como esperas llegar al otro lado, ese lado desde el que llegamos al mismo tiempo y en el que siempre estamos unidos a él, a la intuición que dicen es un lenguaje más profundo, intenso diría yo, pues no lleva de una forma de mano inimaginable que existe en el lugar de donde siempre hemos nacido.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 17 de Noviembre, 2015, 18:14
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MI DESPERTAR - 16.11.2015
Descubro cada
día que somos polvo, somos nada, simplemente vivimos en un presente lleno de
regalos que escuchamos a cada pensamiento, en cada mirada, en los árboles que
la naturaleza completa dentro de las instantáneas que aparecen ante nuestros
sentidos, las flores que nacen para seguir un pequeño hueco en la tierra y
morir después de dar sus frutos, así es la vida que siento como polvo, todo lo
que se nos va de las manos nunca es nuestro, simplemente cambia de lugar a cada
segundo para seguir el camino.
Dificilmente
puedo escuchar las canciones de los artistas mudos, los que hablan con palabras
que se esconden dentro de los sonidos, así veo como cuando me miro al infinito
puedo ver eso que escondemos en lo más dentro, en las células que nos hablan a
cada presente para seguir su curso trabajando en lo que saben hacer, así
nacemos por el trabajo de unos millones de ellas que siguen un patrón
determinado para llenarnos de vida.
Vida que nos
rodea en cada ocasión, en todo momento estamos trabajando en seguir viviendo,
aunque dentro de los pensamientos sucedan cosas diferentes, por eso tenemos que
tener conectados la mente, el espíritu y nuestro cuerpo pues son los pilares en
los que siguen despiertos nuestros sentidos, en la forma que toma en este plano
el espíritu que aparece en un interior difícil de descubrir, solo en el
silencio de las palabras, de los pensamientos y de todo lo que nos rodea a cada
instante puede encendernos la oscuridad que vamos creando desde el nacimiento a
la vida.
Todo lo que
nos importa es del color que elegimos para cuestionar la verdad, millones de
verdades que aparecen a cada semilla que plantamos, a cada escucha que
recibimos, a los mensajes que descubrimos dormidos en nuestro centro para
seguir con el ritmo del aliento de la vida, de respirar el oxígeno que nos
alimenta y descargar lo que ya no nos sirve, esos discursos que siguieron
presentes durante las oraciones que completaron los antepasados, las religiones
que aparecieron para descubrir el miedo.
Un miedo que
nos ayuda a identificarnos, a salir de las montañas para bajar a los montes y
encender la luz de las tinieblas, rozar con nuestras manos las nubes que se
pasean en las mañanas de niebla junto a toda la naturaleza que completa su
escenario, encontrando dentro de los miedos esos momentos en que podemos
avanzar saliendo de las armaduras y olvidando los colores que consiguen
esconder la pureza de nuestras virtudes.
Gracias a la
vida por funcionar de una manera infinita, de dar tantas vueltas para llegar al
mismo punto de partida, para entender que hay un ciclo de la vida que nos sigue
desde que llegamos al última vez, desde que partimos por vez primera hacia esa
nebulosa que se nos descarga en los sueños, en las almohadas calentitas que nos
acompañan por todo el universo de sensaciones, de sentimientos, de emociones
encendiendo y apagando la luz infinita, siendo todo ello el preludio de un
nuevo principio.
La locura de
las palabras se enroca dentro de un mismo sonido, de unas mismas teclas que se
vuelcan sobre el papel en blanco para dejarnos libres de tanto pensamiento que
nos roba los segundos precisos para ver nuestro brillo, nuestra alegría que
inunda el corazón lleno de una sangre que circula por todo el cuerpo humano,
por la maravilla de una obra maestra que nos hace recorrer de nuevo la
distancia que nos separa de las nuevas aventuras, de las experiencias que el
camino nos deja en la nebulosa que supone el futuro de cada uno de nosotros.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 16 de Noviembre, 2015, 16:55
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