Construyamos una sociedad, es complicado con la forma de pensar que nuestra mente ve, seguramente habría que dar un cambio a los hábitos de vida, encontrar la fórmula que se pueda ir implantando durante los próximos mil años, seguramente nos encontremos en crísis produndas desde las cuales podamos reestructurar la organización que hay que planificar.
Hasta ahora, desde que el ser humano ha pisado la tierra, se ha transformado paso a paso la forma de convivir, los lugares desde donde la población se comparte, las reglas que han de regir la libertad de cada uno y la de todos, la esencia que la relación pueda aglutinar diversos aspectos y posibilidades de que todos contribuyan a un bien común.
Ahora lo llamamos bien común, es digamos en bienestar de todos los habitantes, quizás más adelante se denomine con otras palabras, seguramente con la experiencia de encontrar fórmulas en otros pensamientos, el amor sería una buena forma de construir las relaciones, de potenciar que las personas hablen con el corazón y dejen a un lado un ego que lleva miles de años dominando la personalidad que construímos.
Se que esto es una labor difícil, pero no imposible, pues si no nos ponemos a salirnos de la zona de confort, nunca podremos saber hasta donde somos capaces de llegar, y además es seguro que entre todos, con muchas reuniones y crisis, el horizonte se puede dignificar, la ética de nuestro interior puede salir a la superficie y cambiar los paradigmas que ya no sirven.
Os dejo aquí esta reflexión, seguro que no cae en vacío, no importa que nos hagan falta otros miles de años, pero la subsistencia y la sociabilidad es algo que seguro nos hace ser mucho más fuertes y sencillos, adelante pues con esa creación que será la base sobre la que sujetar los muros de un cambio en el pensamiento humano.
Miguel José Carbajosa Gómez
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