MI DESPERTAR - 10.4.2015
Sabes mirarme cuando encuentras el espacio desde el que personarte, subes las escaleras hacia esas nubes que nos acompañan en las tormentas, sacas de los cajones los rayos que iluminan el cielo en la noche, enciendes la humedad que se descuelga de estos abrazos en lo alto de la humanidad, ese cielo que redondea el espacio de una tierra que nos acoge como la gran madre después de habernos parido.
Una tierra que tuvo muchos dolores de contracciones, de sujetar su interior con fuerza para que naciera un espacio verde, unas aguas que regaran las cortezas y un Sol que nos iluminara con más fuerza que ese Sol del cielo, todo ello como el lugar inesperado para que la vida naciera tranquilamente entre un Universo poblado de mucho amor.
Amor que no vemos con la mente hablando en voz alta, un Universo que se mantiene unido porque realmente es uno, todo lo que contiene ha surgido de una inteligencia muy superior, quizás inimaginable por este ego que surge dentro para diferenciarnos y vivir la experiencia que hemos decidido conocer, juntos y confiando en la realidad que nuestros sentidos van dejando como camino sin especificar cual es la finalidad que al llegar esa muerte que nos alumbra pueda escribir después.
Se que no puedo acercarme con las palabras a recrear lo que muchas veces el silencio me hace disfrutar, unos viajes que no hacen que mi cuerpo se marche, sino que en ese estado puedo ver que hay muchas cosas que no puedo ver porque mis ojos no están preparados para ello, pero si escuchar en la tranquilidad que mi cuerpo encuentra justo antes de seguir la mirada oculta.
Se que algún día podré encontrar en las puertas abiertas que todos volvemos a cambiar de personaje, que somos los mismos, muchas chispitas de luz que brillan en la oscuridad y que conforman el puzzle donde no falta ninguno, diamantes creados a imagen y semejanza de una esencia pura, de una alta gama como los coches en donde nos perdemos con un lujo sin fronteras.
Somos lo más maravillo del Universo como lo son cada una de las flores que nos rodean, como lo son las hormigas que construyen los hormigueros en los jardines, como los elefantes que caminan por la selva descubriendo nuevos charcos donde saciar su sed, somos con las abejas los que dejamos la miel en la vida, los que saciamos con los besos ese cariño que descubres al tocar la piel de un bebé, al recordarte que así fuiste un día en que llegabas sin ropita ni cuenta bancaria, solo entre los brazos de aquellas dos maravillosas personas que serían hasta tu muerte los papis a los que regalaste esa experiencia.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 10 de Abril, 2015, 16:07
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