MI DESPERTAR - 9.4.2015
Llamo con el miedo entre mis labios, voy pulsando los números que me encienden con la conversación que mi mente me da vueltas y vueltas, es la sensación de reencontrarme con los pensamientos que me diluyen como alma y me reconvierten como humano en las decisiones de dar prioridad a la angustia antes que a la tranquilidad, una farsa que tengo que experimentar para adelantarme a esa muerte que me hace descubrir la vida de nuevo.
Como segundos que van pasando en una eternidad sin fronteras, los labios parecen querer adelantar la conversación, pero mi mente se encierra en la confrontación, en querer terminar pronto sin emplear las palabras que nos puedan encender de nuevo los sentimientos, se que unos sentimientos donde dejar desbordar la fuerza que llevamos cubierta por la oscuridad, pero al fin y al cabo es amor intentando expresarse entre unos paréntesis que hemos creados en la conciencia terrenal.
Esa conciencia donde el ego tiene una gran presencia, donde la mente construye esos castillos que nos defienden de las guerras que en la imaginación cada mente va inmortalizando en unos vídeos llenos de rabia, incluso de miedo por la pérdida o quizás por la incomprensión de meternos en los zapatos del otro, de caminar el tramo pasado con la mirada puesta en ese cariño que quizás siga muy encendido en el corazón.
Digo quizás porque no se cómo la otra parte puede esconderlo, yo se que lo hago con mucha facilidad, por eso nacen los miedos a volver a escuchar la conversación, de estar preparado para defenderme sin entender que no soy atacado, que no hay una guerra sino una desconexión, de saber que cuando no se habla es muy difícil entenderse, que cuando alguien se acerca con su daño, lo más normal es estar en guardia como aquellos miedos que nacen de la nada.
Nada en definitiva es la verdad que surge después del conflicto, nada es la forma que toma esa rabia que se funde en un abrazo, nada es ver cómo el amor sigue vivo y con más fuerza después de haber pasado por la tortura personal de cada experiencia, nada es realmente el fondo sobre el que dejamos las imágenes que no hemos podido compartir por esos términos que nos ayudan a escoger entre la libertad y el sometimiento.
Quiero sentir aquello que se me escapa, quiero volver a recordar la voz y el sentimiento que surge de la conversación, quiero recordar que sigo siendo el mismo pero con otra forma de encender los días, quiero veros lo más cerca posible de este corazón que está entre vosotros, que sigue dentro de esas venas donde la misma sangre riega espacios diferentes, pero con las manos igual de unidas que cuando surgió la vida en nosotros.
Un beso,
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 9 de Abril, 2015, 14:15
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