Enero del 2014
MI DESPERTAR - 31.1.2014
Amanecías entre mis dedos, era la mañana en que el Sol había girado muchos grados, veía que las horas no correspondían con la fuerza de su calor, que tu figura no tenía ningún parecido en el cerebro, que era imposible poder definirte porque tus contornos no estaban recogidos en el programa que codifica las experiencias.
Te enredo en una tela de araña para que desfiles en ese horizonte que dibujo después de escuchar voces que se entremezclan en las ramas que se mueven lentamente al intentar penetrar en la campiña que nos desliza, una tela de araña que te atrapa y te envuelve lentamente para dejarme ese calor que escucho en este segundo.
Naciste libre para poder viajar por los pensamientos, para descubrir esa verdad que todos llevamos guardada, para iluminar los campos de algodón, de la suavidad con que tus cabellos inundan los milagros que cada día los niños encuentran debajo de sus pinturas.
Llamamos fuerza cuando la potencia aumenta, aunque la fuerza realmente no se mide, tampoco se escucha porque las palabras que la encunan pueden deshacer el calor que ahora siento entre mis dedos, fuerza que contiene el milagro de haber concebido la vida después de encontrar en la muerte el punto de salida.
Un punto y final nos graban de pequeños para conocer que vamos a un valle imposible de poder retornar, pero que en ese valle es donde al Ave Fénix recuperó sus fuerzas para volar aún más alto que, un volver a comenzar desde la profundidad de este recuerdo en el que siempre estoy despierto.
Son las maneras en que mis palabras van componiendo el recinto dentro del cual puedo comunicar el inconsciente, palabras que viajan escondidas dentro de un dolor, un dolor que no existe pero que atrae unos minutos de pensamiento, una emoción que recuerda aquellas imágenes que se grabaron con la misma cámara, una cámara en la cual la fragilidad hacía que todo se coloreara de los mismos matices, de las mismas palabras, de repetir un día y otro el mensaje que se tiene dentro de la enseñanza prehistórica.
Nacemos de una madre, necesitamos un padre para completar el ciclo, podemos avanzar siempre que lo deseamos, encender la luz que se esconde entre tinieblas, salir de la cáscara de unas mentiras que se pasean lentamente por los encuentros con esta mente desde la que el corazón se asoma y se esconde.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 31 de Enero, 2014, 8:22
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MI DESPERTAR - 30.1.2014
Como llegar a nuestros pensamientos desde un lugar privilegiado, como reconocer el inconsciente, esa máquina que tenemos dentro sin saber que podemos convertirla en la parte más inteligente que nos pueda llevar al infinito de la creación, entenderlo sería poner la primera piedra en el despertar humano, convertir esa paz y el amor que contenemos en lo cotidiano, en las relaciones que encontramos en este camino tan maravilloso.
Aunque todo parezca que nos lleve a terminar, aunque la escucha sea ciega, aunque toda mirada pueda convertirnos en angustia, dentro tenemos la clave, no compuesta por letras ni números sino encontrarnos con las palabras de un corazón que habla mucho más que calla, que todos los días nos bombea la vida a través de sus canales, unas venas que nos atraviesan y que contienen la información suficiente para que tu y yo estemos ahora mismo sintiendo las mismas sensaciones.
Cuando entramos en el silencio parece que todo se dispara, entra en acción el miedo donde la mente nos lleva a cualquier pequeño sonido, a cualquier imagen que seguro es inventada por la acción que desde pequeños nos inunda, y dejamos que los pensamientos se paseen lentamente para inundarnos de ese quehacer de todos los días, para dejar la escucha fuera de nuestras fronteras que componen el cuerpo en su totalidad.
Dentro del silencio hay varios niveles en los que poder encontrarnos, uno de ellos sería aquel en el que empezamos a familiarizarnos con no pensar en nada, dejando que los pensamientos pasen y se acomoden para desaparecer, después encontramos el sueño y a continuación siguiendo en la escucha dentro del silencio se van marchando los miedos, la angustia se aburre y nos aleja de pensamientos que nos puedan atrapar.
Llegando a no entender porqué no pasa nada, en esa nada es cuando van apareciendo algo nuevo, diferente que no contiene palabras, que no entiende de pensamientos, que nos hace encontrarnos en la mirada de saber que no somos nuestros problemas, que no somos el miedo ni la angustia, que el amor nos va inundando lentamente y comenzamos a despertar, ese despertar que llevamos guardado dentro desde que la bolsa donde nos guardaba nuestra madre se rompió y comenzó la maravilla de vivir.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 30 de Enero, 2014, 8:22
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MI DESPERTAR - 29.1.2014
Vuelvo a la escena después de haber dormido como oruga, salgo del capullo para volar lo que el viento disponga, lo que mi pequeño cuerpo ocupe en el espacio inmenso donde todos cabemos, donde todo esta completo con el amor infinito, así escucho a mi corazón desayunar tranquilamente entre las palabras que inundan mi vida.
Una vida a la que le agradezco respirar, encontrarme con el Sol de frente cada mañana, donde poder ir a dormir bajo la blanca luz de la luna, estirarme entre las estrellas y descubrir que encuentro siempre en el camino aquellas personas que aparecen y desaparecen para completar una historia, un cuento que luego pasea por tu mente y descubre que también estás aquí para escribir tu propia vida.
Vida que da paso a la muerte, esa muerte que nos coloca de nuevo en otro lugar, en otra escena, entre otros brazos durmiendo en la nueva fecha que supone estar junto a vosotros, estar dentro de esta apocalipsis que inunda nuestra certeza, saber que la mente nos acompaña para aproximar en el cuerpo las experiencias que luego nos angustian o nos hacen encontrar la felicidad.
Felicidad que es el principio de esta historia, felicidad que inunda nuestros sentidos, esos sentidos que recibimos para ampliar el concepto que no podemos encontrar cuando esperamos el turno para llegar de nuevo a la gran pantalla, cuando esperamos en los camerinos a recibir el papel que interpretaremos en la película de la que seremos los ganadores de nuestro propio oscar.
Ganadores siempre pues estamos fuera de las competiciones, porque todos salimos a la vez y llegamos a la vez, porque ninguno trata de llegar antes ni dejar a los demás detrás, simplemente es una marcha hacia adelante en donde todos los caminos van paralelos y ninguno está por delante ni por detrás, somos uno y esa unidad es la que nos hace ser seres de este universo.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 29 de Enero, 2014, 8:07
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MI DESPERTAR - 24.1.2014
Silencio entre tus palabras, escucho ese momento en que no has querido dejarme aquella mirada que tantas veces repetías para acoger el instante en que podías encontrarme delante de tus pensamientos, cuando andabas tranquila por mi piel después de haber adornado con tus manos el maquillaje que encendía nuestro paseo en la penumbra de la soledad compartida.
Es ahora cuando vuelven a mis páginas en esta memoria los sencillos pasos que te alejaban de la pena, aquellos pasos que me hacían llegar a tu lado para abrazarte, para degustar el calor de tu piel en el frío del salón, para seguir con el sonido tu caminar descalzo hasta llegar al pie de la habitación, para subir las escaleras y encender esa luz que nos hacía encontrar la oscuridad.
Solo puedes volver a escribirme con el idioma que conocemos desde niños, esas manos moviendo el viento, dejando que el aire traspase entre tus dedos esa mirada, ese pelo que encuentro más libre, esa sonrisa que impregnaba los minutos que parecían inmensos en la mañana al despertar entre los sueños, sueños que nos compartían las almohadas que luego quedaban comentando aquellas noches intensas.
Estamos volviendo a resolver nuestros problemas, coincidiendo en esos puntos que nos hacen subir muchas montañas, esas puntuaciones que al principio no queremos entender para luego convencernos que realmente es el mejor pacto, la mejor estrategia para ganar los dos, para que el final pueda dar origen a los principios que están abiertos desde que tus manos se marcharon de las mías.
Veo en el futuro que ambos podemos seguir en la distancia encontrando visiones en las que parecemos distintos, en las que entendemos todo el pasado y lo aceptamos, nos perdonamos por haber seguido unos patrones que cada uno desea cambiar, o por lo menos entender que hay algo nuevo que experimentar y proponer que todo pueda ser mejor escuchado.
Es maravilloso dejar las culpas, que se laven las manchas que no parecían desaparecer de aquellas discusiones, de aquellas opiniones que nos hacían oscurecer las sonrisas, que nos dejaban días y días en una mirada diferente, en una actitud imposible de poder conectar, de ver que el amor se nos escurría lentamente por entre los rotos que intentábamos coser con unos hilos muy frágiles.
Llegó el momento en que era imposible poder hacer resurgir todo el entramado de cariños, de palabras que nos hacían llegar al momento en que dormir entre los brazos completaba un nuevo día, en que cada uno encendía su luz para poder leer tranquilamente ese libro que luego paseaba en nuestros pensamientos, en nuestras miradas en las que cada uno entendía su contenido y lo desarrollaba con los trucos que el inconsciente nos hacía trabajar en cada entrevista.
Darte las gracias por comprender que debíamos girar, que todo estaba preparado para volver a comenzar, para descubrir que somos un todo dentro de cada individualidad, de que la energía estaba cambiando para acceder al interior que nos hace ver con esos ojos que el corazón nos abre para iluminar este camino que nos persigue desde antes que naciéramos en este precioso cuerpo humano.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 24 de Enero, 2014, 17:49
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MI DESPERTAR - 23.1.2014
Que siento dentro de mi piel, porque siento en el silencio de los labios, cuanto tiempo permanece la sensación entre las venas, jugando a moverse por entre los hilos conductores de los nervios, hasta que fondo se puede conocer escuchando lentamente aquello que viene y se hace presencia, palabras, mensajes, sensaciones, dolores, miedos, cualquier cosa que aparezca sin entender el porqué ni tampoco el para qué
Son los sonidos del cuerpo, unos tonos que hablan sin palabras, que dejan salir una emoción que se encontró perdida en algún momento, algo que se quedó grabado en la mente y que ahora desde el inconsciente se puede ver con los ojos del alma, en los ojos del silencio imaginando colores o cualquier sensación que me pueda llevar a un pequeño camino desde el que escuchar.
La escucha es importante siempre que nos detengamos, siempre que estemos presente en la respiración, cuando el aire entra y sale de los pulmones, cuando el aire se convierte en alimento para alejar lo que las células desprenden en ese azul que nos pintan como sangre sucia, una sangre que devuelve los deshechos de los pequeños habitantes que circulan y completan todo una masa impresionante en que se componen los órganos y demás estructuras que habitan bajo la piel.
Hay momentos en que una pequeña molestia puede ser escuchada, puede ser seguida tranquilamente hasta el lugar desde donde quiera llevarnos, es como seguir en la oscuridad un camino que nos lleva a ese problema o miedo que un día se grabó entre la experiencia y la parte física, como si de un todo se compusiera todo el mecano que construye esa emoción.
Podemos deternos sin mirar con los ojos cerrados, sintiendo lentamente cómo el aire penetra entre nuestros pulmones, como la comida baja por el tubo digestivo hasta encontrar el fondo donde descansará para la digestión, como unas burbujas suenan en nuestro estómago, como vemos correr la sangre al colocar los dedos en la piel.
Todo un milagro que se produce dentro, en el interior de la piel que nos recubre, en los sonidos que producen al seguir en la vida, al descansar o ejercitarnos en la carrera, al subir las escaleras con las manos ocupadas, al saltar de una pared al suelo, al mirar al otro lado después de haber esuchado algún sonido, el levantarnos de la cama después de dormir, el duchar nuestra piel cuando la mañana empieza a florecer, todo un inmenso universo dentro de cada uno.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 23 de Enero, 2014, 8:15
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