MI DESPERTAR

Están apunto de aparecer las campanas, este año se nos va y quería darle las gracias porque me ha dejado muchísimos regalos, escenas de las que guardaré en la retina personas y situaciones que van escribiendo la experiencia, días en los que cumplo esos sueños que voy dibujando con los colores del arco iris que mi corazón escribe.

Darle las gracias a mis amigos, aquellos que se quedaron en la gran ciudad, aquellos que siguen en algunos episodios esperando un saludo, una llamada en las palabras de un gran cariño, sabiendo que todos emprendemos un camino que se bifurca para muchos lados, incluso cuando la verdad aún no ha llegado a mi fuerza interior, un silencio en el que agradezco las miradas que se quedaron esperando una nueva cita para tomarnos unas cervezas en nuestra cueva.

Encontrar cómo los pensamientos del ayer pudieron escenificar esta rueda que la vida todos los días enciende para adentrarme más en este interior desde el que puedo escribir con la profundidad de mis manos, con la sabiduría de escuchar esos mensajes que se estacionan en su aparcamiento para esperar el turno que les corresponde.

Esas tareas que se van resolviendo por orden de aparición, por ese orden que hay que contener para celebrar el éxito de vivir en el amor, de perdonar y perdonarme por los errores que nos hacen mucho más humanos, por la vida que envuelve cada día de este año que se nos va en una muerte hacia el fondo de la tierra, en una marcha tranquila hacia el pasado.

Agradecer también a las personas con las que me encuentro, las que me esperaban y juegan en la alegría a salir y degustar preciosas sobremesas, unas birras después del trabajo envueltos en la magia de la amistad, una familia que me encuentra y siente dejarme un hueco entre sus sillones, en las fiestas que suceden algún que otro festivo para sentir la calidad del cariño de unos padres y hermanos.

Agradecer la abundancia que todos los días, en todos los segundos que pasan de este año, me hayan proporcionado la confianza en un trabajo, en todos sus descansos, en los viajes y cursos a los que hemos conectado con esa voluntad de seguir adelante con la firme determinación de descubrir mi verdad, la verdad que cada uno contiene en el compartir y sentir esa mirada que ahora dejo entre los renglones para daros las gracias a todos por haberos paseado por estos despertares.

Y a todos os deseo un feliz año 2014, en donde continuar la experiencia que individualmente vamos conectando para conformar el espectro, el puzzle donde no pueda faltar nadie, ya que todos componemos la unidad y la unidad es el todo, un abrazo y que cada café o infusión pueda recordar ese momento mágico que es el reencuentro con uno mismo.

Namaste,

Miguel José Carbajosa Gómez

Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 31 de Diciembre, 2013, 10:47 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 30.12.2013

Después de bañarme en los mas de mil seiscientos despertares encuentro que estoy en el mismo sitio, que he dado vueltas a las palabras para recordar que nací en esta sociedad, que me embarqué en miles de historias, que la creatividad circula por estas venas y que el mar está cada vez más cerca, saliendo desde la fuerza que me da el escuchar en el silencio estas palabras.

Estáis formando un todo aquellos y aquellas que habéis pasado por mi historia, por haber estado en algún momento dentro de la vuestra, agradeciendo que toda esta experiencia sirva para que el amor pueda descubrir los valores que cada uno oculta detrás de cada oscuridad, intentanto que esto que me escribe el alma pueda compartir algún momento de calma detrás de una taza de café, o del aroma de cualquier té.

Este despertar es otra taza más que degustar en los labios que aman, en los que escuchan, en los labios que dibujan una sonrisa, en los labios que encuentran la soledad, en los labios que se pintan antes de cada concierto, de cada música que encuentra la mirada desde la que siempre aparece una nueva aventura, esta aventura de escribir por el placer de sentir el cariño que enciendo en la luz de este pequeño rincón.

Era una salón con dos ventanas el lugar desde el que comenzaba a descubriros mi historia, esos personajes que es siempre el mismo, cubierto de diferente ropa, de momentos en los que el enredarme en soliloquios me hacen ver la forma en como se teje la aventura de vivir cada día, y recostándome en el sillón después de haber escuchado alguna palabras que dejábais siempre al otro lado de esta pantalla.

Estamos acabando un nuevo año y el tiempo desaparece cuando me siento delante de un ordenador que me encuentra siempre despierto, siempre con ganas de contarle mis lágrimas, mis risas, mis experiencias en los labios que puedo ver, en los que siento sin que están a mi lado, en los que aquella madre impregnó de su cariño después de haberme dado la oportunidad de nacer en este lugar.

Gracias a todos y a todo porque sigo al frente de mi nave, soy el capitan de mi destino y siempre estaré con todos y conmigo mismo en la fuerza de este seguir adelante, de este ser un todo con el amor universal, el amor incondicional que es mi verdad y en la que tengo la confianza de saber que después de navegar por este gran mar de despertares, despierto una vez más en esta mañana de invierno junto al mar al que siempre encuentro bañando mi corazón.

Miguel José Carbajosa Gómez

Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 30 de Diciembre, 2013, 9:37 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 28.12.2013

Me baño en el mar de tus lágrimas, en la desesperanza de tus pensamientos, en la dulzura de esa mirada que no comprende porque has llegado hasta la cima de un monte inmenso, sin escuchar las sonrisas que te esperaban en lo más largo de tu camino, en los bordes que ahora recorres con tus dedos sin entender que la vida haga contigo lo que hace con todos los demás.

Meriendas en las tardes de calor con la mirada puesta en la sombra, te deshaces del calor del sol colocandote en el chorro fresco del aire acondicionado, subes la persiana para entender el color claro de algo que brilla a lo lejos, como si te escucharan desde el fondo de un corazón que llega tranquilo al final de su latido, siempre para comenzar de nuevo un nuevo latido.

Eres la sangre que te baña por dentro, estoy metido en la pisina de tus lamentos y me siento tranquilo a bucear en aquellos días en que pretendo recordar lo que ya se marchó, es como si quisiera acercarte a mi vida para que entiendas por las veredas dibujadas que pasaron por mis ojos, imposible de alejarte de lo que ahora sientes porque es la primera piedra a colocar para resurgir de nuevo de las cenizas.

Esas cenizas que nos hacen ser fuertes, no con la fuerza de las manos, sino con la fuerza de la confianza, de esa fe que mueve todo lo que se pone por delante, de esa mirada que espanta los miedos y desmorona la desconfianza, ese castillo que se construye piedra a piedra colocando una base imposible de que los vientos y mareas puedan dañarlo.

Somos seres humanos encontrando un nuevo capítulo, una serie en la que no importan los decorados, sino las palabras que nos hacen morir, los lamentos que nos hacen retorcernos en ese fuego que algunos crearon como infiernos de los cuales siempre se sale, siempre podemos ver que la salida estaba justo frente a nosotros, y que ahora vuelves a recordar en este final de los tiempos.

Tiempos que esperan en ese espacio no tiempo de los que siempre nos vemos reflejados........

Miguel José Carbajosa Gómez

Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 28 de Diciembre, 2013, 13:08 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 27.12.2013

Encuentro palabras de dolor, de no comprender todo lo que está ocurriendo como energía, de seguir encerrado en el pensamiento, algo que vamos pasando etapa tras etapa para acariciar esa mirada desde la que encontrar la siguiente estación, no es que sea un tren lo que nos ocurre sino que es el viaje lo importante, el sentir los asientos ocupados con personas que nos preocupan y a las que nos apegamos.

No es algo que todos tengamos que ver pero el cuerpo es el primer indicio de que algo va de una manera diferente, no es que sea malo el pasar por esas nuevas rutas sino que es comprensible el escuchar los lenguajes que utiliza el camino, los mensajes que nos llegan en una palabra o junto a un dolor, todo ya estudiado por una inteligencia muy superior que nos contiene.

Cada movimiento que hacemos es un juego en el que nos enredamos, hace unos minutos compraba una bandeja para desayunar los tres bollos que contenía y de repente alguien ha aparecido pidiendo si le podía ayudar con algo de comer y le entregaba sin dudarlo la bandeja, un gesto que no se creía la persona, pero que realmente lo había comprado para ella.

Así van sucediendo los múltiples movimientos que llevamos a cabo durante las veinticuatro horas que nos regala la vida, no sabemos cual es el final de algo que nos llega, ni tampoco si lo que nos gusta es realmente lo que tenemos que hacer en una cita, ni tampoco si salimos contentos y la alegría se torna en dolor, si la emoción nos supera y nos encontramos en una dinámica diferente a la que pretendíamos descubrir.

Es como estas palabras que van naciendo y si las vuelvo a leer es probable que no entienda porqué se han ido componiendo en párrafos, quizás alguien tiene que leerlas o incluso deben de estar ahí para que en algún tiempo presente puedan dar la razón o simplemente hacer de puente entre un pensamiento y otro o entre alguna afirmación o mensaje que se queda por ese silencio que ahora escuchas.

Lo importante es disfrutar del ahora, de este presente que te regala el viento, las nubes, el sol, la luna, las estrellas que componen tu almohada desde la que cada noche te recuestas para iniciar el viaje alrededor de un silencio, dentro de una nave que no puedes ver con los sentidos y dejarte llevar lentamente hasta el despertar.

Miguel José Carbajosa Gómez

Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 27 de Diciembre, 2013, 11:05 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 25.12.2013

Son tus gestos los que me indican la esperanza, la mirada que fluye desde el fondo de las rocas, unas rocas que se endurecen cada vez que se asientan en la rabia, unos labios que quieren hablar pero dentro de un fuego infernal, una rudeza que es imposible de poder acariciar, por eso pasamos todos, algunos antes que otros,seguro que es la forma que toma la sabiduría.

Sabemos aunque miramos al cielo y no comprendemos la magnitud de la creación, esperamos que un folio nos diga lo que tenemos que hacer, una voz nos encienda una emisora para escuchar los relatos que vamos a vivir, una secuencia que es imposible de poder guardar en la retina, en los orificios que inundan el sonido, todo alegría que fluye emergiendo de una parte irreconocible por los sentidos.

Tomo de la mano a quien me alegra, a quien encuentro como energía que me acompaña, puedo besarla y sentir sus labios, tengo que esperar a que hable para escucharla, que se mueva para sentirla, de oler su rostro sin necesidad de abrir el frasco de la colonia, fundirme entre sus pliegues para dormir durante unas horas entrelazados.

Es un sueño eterno el que nos acontece cada noche, cada vez que cerramos los ojos de ver y encontramos el rincón de esos ojos que pululan toda la madrugada por diferentes caminos, por rostros que nos antojan desconocidos, por siluetas que aparecen entre el fuego y descansan en la muerte, por historias que nos hacen despertar en el sudor de un caminar interminable.

Dormimos o estamos despiertos, cuantas veces se escribe, cuantas palabras hacen juego para poder encontrar las respuestas, pero al no encontrar la respuesta estamos rozando la sabiduría, esa sabiduría que nos enciende cada día, que nos hace encontrar en la salud el punto de equilibrio durante los momentos en que degustamos el presente.

Un presente que aparece y desaparece después de haber estado todo unido, de ser todo, un todo que completa la imagen, que aparece al escuchar la lluvia, al beber el agua de los ríos, al escuchar cómo las olas de un mar golpean tranquilamente a escasos centímetros de esta playa desde la que vuelvo a encontrarme con esa fuerza interior que me hace seguir adelante.

Miguel José Carbajosa Gómez