Agosto del 2012
MI DESPERTAR - 31.8.2012
Marchaba al trabajo por tan bonito paseo cruzando el parque que adorna el lateral de las casas en donde habito, era de mañana antes de abrir los brazos del desayuno cuando caminaba por los paseos solitarios en que las noches dejaron con algunas latas y papeles en sus andenes.
Pasaba por la pequeña plaza en donde la fuente andaba tomando fuerzas para volver a callejear las aguas que ahora duermen y descansan, unos pasos que me hacen degustar la naturaleza en pequeñas dosis antes de llegar al lugar donde disfrutar de la abundancia de trabajar.
Escuchaba por todas partes las melodías de los pequeños inquietos que viajan de rama en rama para empujarse y caer de nuevo en otros vuelos, de las palomas que descansan en los hilos de una electricidad que nos llega a las casas cargadas de la piel de sus patas, veía algunas ardillas pasear al fondo cerca de los árboles donde guardan su pequeño cuerpo y su amplia cola.
Al llegar al gran lago, me colocaba por los caminos que lo rodean y en plena explanada me encontré con un maravilloso regalo, un pequeño sillón de mimbre colocado en un lugar privilegiado, pase a su lado y me pregunté si no era un trono colocado para disfrutar de mi reino, y tras unos pasos pensando me permitía el lujo de sentarme en él unos minutos sintiendo algo diferente sin perderme en la razón.
¡Que lugar! El mismo que todos los días se pierde entre mis pasos, pero al sentarme todo cambió, los brazos se apoyaron en el mimbre que había perdido su tono pero que me acariciaba con la mirada, el sol se escondía entre un pequeño árbol que solo conseguía partirlo en dos, el silencio hizo que nadie apareciera por el lugar, salvo los patos que paseaban y los pájaros que seguían en su cortejo.
Fueron minutos porque después el reloj de pulsera me lo confirmó, pero en realidad fue un sueño vivido en la realidad, veía todo a mi alrededor y sentía que era el rey de mi vida, mirada de derecha a izquierda y saboreaba el olor del verde, el sonido de un riachuelo que me acompañaba con su música, entendía que la razón se había dormido y que el amor transformaba todo pensamiento.
Un regalo muy lindo que no puedo completar porque me faltan tantas palabras que pude distinguir pero que lo imposible de haceros entender los sentimientos hace que podáis viajar entre ellas sin escuchar los sonidos ni los acordes de diferente canción.
Esto ha sido un regalo para mí, y para todos vosotros también existe ese sillón, un lugar que a cada uno le reserva su propio amor, que a mí fue vivir los minutos de una eternidad que siempre merezco y que a todos nos completa cada día en el amanecer de nuestro despertar.
Gracias por escuchar la canción de la vida cada minuto que nos regala aquello que no tiene palabras.
Miguel José Carbajosa Gómez.
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 31 de Agosto, 2012, 13:22
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MI DESPERTAR - 27.8.2012
Hoy despierto desde la luna, esa esfera que se ilumina en el cielo cuando las estrellas salen de nuevo en la oscuridad que deja el sol al marcharse por la raya de cualquier horizonte en el que recoge su luz para descansar de este lado del mundo.
Veo la tierra, otra esfera diferente que se paisajea entre esos territorios vacíos de oxígeno, en el mar inmenso de la calma en que se compone lo que creemos espacio, y me tumbo en la tierra blanca que soñamos tocar con nuestras manos cada vez que nos llaman lunáticos.
La luna me encendió un día, era un amanecer en la insconsciencia de sentirme llamada por una historia y otras muchas llegaron desde diferentes pensamientos para componer este blog y muchos escritos más que se guardan en los ficheros en que he descompuesto la creación de unas palabras que siguen su curso como el río hasta el mar.
Porqué estoy aquí es un misterio, pues encontré la puerta desde la que cruzar el nivel en que vive el satélite en que fue bautizado por encontrarse dando vueltas a esa esfera verde y azul que pasea por mis ojos, y me deslicé hasta este valle en que está situada el sillón que ahora completo con mi cuerpo.
Respiro sin que tenga que alimentar mis pulmones de oxigeno, vuelvo a respirar en la profundidad que el corazón me deja disfrutar de este silencio, escuchando pequeños golpes de pedazos de asteroides que encuentran en blanco perfecto para incrustrar su masa en este lugar.
Allí pudimos ver las huellas de los primeros que llegaron en la nave tierra, allí nos contaron que dejaron una bandera, allí tomaron muestras para ver si todo está compuesto por el mismo mineral, allí perdieron el miedo por la inmensidad de un universo que aún está por descubrir con nuestros medios mecánicos.
Estoy ahora mirando lentamente a unos círculos que son tormentas, y siento que aquí puede llover de forma diferente, que este lugar compone lluvias y sequedades como en otros países construyen su sociedad con diferentes idiomas.
Soy un estralunar en esta esfera, un ser de otro planeta, que pulula por unos caminos que solo el viento estelar puede modificar, que vivo despierto por estos ojos que calman mi ansiedad de verme lejos de mi tierra, para sentirme satélite de aquellos que miran la luna cuando se llena en cada ciclo.
Aquí y ahora vuelvo a despertar dentro de la misma colmena en donde la miel se derrite entre estas manos que te dejan el sabor dulce que haberte encontrado con esta página en las mañanas o tardes en que degustar un buen aperitivo, dándote las gracias por tan feliz paseo.
Miguel José Carbajosa Gómez.
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 27 de Agosto, 2012, 8:59
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MI DESPERTAR - 24.8.2012
La responsabilidad comienza cuando decido por mí mismo, en el momento en que veo la situación, analizo el problema, encuentro en el silencio la mirada desde la que poder escuchar las mismas palabras de siempre, el descubrir que estoy metido en un sinsentido entre el no poder y el no emprender el cambio.
Todo comienza por vernos atrapados entre el miedo y la culpa, dejando la responsabilidad en que los otros son los culpables, en que me hacen daño con sus palabras, en que realmente me alejan de esa felicidad que es solo calma, para acelerar el momento en que llego al borde del precipicio y desde ahí es cuando quiero volver atrás y seguir caminando por la misma senda de tranquilidad.
Cuando abordamos un problema, y le damos una solución de entre todas las posibles, nos estamos arriesgando a cambiar, nos estamos enfrentando a la cobardía que nos mide a todas las horas posibles, nos estamos regalando ese presente que encuentra en el pasar la frontera el lugar adecuado desde el que cambiar, desde el que seguir el camino de mejor persona.
No es ser ni más ni menos, sino lo justo, eso que nos hace equilibrar la mente, eso que nos hace ver amor en donde el odio y la ira tienen sujeto a las almas, eso que tu y yo vemos como diferente e imposible es acceder al interior, al misterio que nos sujeta, a la oscuridad que nos deja de iluminar como faro de nuestra vida.
Aquí y ahora es posible llegar al borde, encontrar el horizonte y mirarlo desde el amor, un amor que no es posible si no nos hacemos responsables de todo lo que sucede, de vernos en todas las situaciones posibles y elegir, porque tenemos el maravilloso regalo de elegir.
Y cuando elegimos encontramos unas palabras que son las que nos hacen sentir, "todo está bien" y desde ahí caminamos en el ancho mundo que cada día nos regala una nueva experiencia como abrir esta página, desayunar frente a la ventana, mirar al otro, encender una vela, escuchar una música que nos lleva a ninguna parte, dejarte un gracias, encontrar al niño esperando esa caricia que le haga sentir que vive en la felicidad de uno mismo.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 25 de Agosto, 2012, 9:43
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MI DESPERTAR - 23.8.2012
Unas manos que flotan en un gas que encontramos en el lecho de aquellos humedales, entre la maleza de los hombres y el silencio de los dioses, justo donde tu vida y la mía se embarcan en la marea en donde nuestros cuerpos comienzan a dedicarnos diferentes melodías.
Te encuentras entre los brazos del destino, en la mirada de aquellos labios que te encontraron dormida en muchos de tus pensamientos, en los contornos de algunos sueños desde los que inicibas unos pasos que te fueron llevando al final de un ciclo que envolvía en nubes tu pasado, unas vidas que acontecieron en diferentes universos para llegar de nuevo a vivir en un presente.
Se mueven lentamente hacia la ventana en la que ahora esperas, en un viento que mueve tus párpados, agita la melena que sigue descansando de aquellas caricias que aparecieron en donde no buscabas, para entender que la cabeza solo da dolores y en cambio bajas tranquilamente a la relajación en donde aparece una suave brisa que inicia de nuevo tu morada.
Me preguntas sin palabras como poder encontrarme y deseas que pueda acomodarte junto a tus brazos, pero el camino me hace girar en otro dolor y sentir que la llamada enciende otro bosque, un fuego que ahora cubre toda esa parte que ayer estaba fría, el lado que nunca conoces cuando pides que el mundo camine en silencio.
Llegamos a la otra orilla y cada uno se marchó a otra montaña, nos saludamos desde las alturas en el amor que nuestro silencio escucha la distancia, unos lugares que no existen cuando abrimos la puerta y podemos encontrar que tus manos y las mías caminan en la muralla que construíamos después de que la pubertad nos hiciera mucho más niños.
Es la hora de encender de nuevo la escena, de colorear los rostros que seguiran despiertos ante los amaneceres en donde los soles se convierten en uno, después que la luna nos dijera con su blancura que todo esta bien, que todo es como debe de ser y que no hay pregunta sin respuesta ni primero sin segundo, pues al final comienza el principio y el principio nos hace dirigirnos hasta el final.
Miguel José Carbajosa Gómez
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 24 de Agosto, 2012, 18:15
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MI DESPERTAR - 20.8.2012
Tu padre te llamó para que escucharas los motivos que hacen diferenciar tus palabras de las mías, una mirada que pudiste comprobar después que los años nos hayan envejecido en los años, sintiendo que estamos en el mismo universo pero con diferentes papeles.
Tu siempre serás el mismo hijo de tu padre, eso que se registra en los controles que los estados llaman registros, para que tengamos una identidad que nos defina ante las leyes, y así poder construir los imperios personales que llegamos a dejar nuevamente en el mundo de la vida.
Tu nombre es el regalo que te contenía en aquella pequeña bolsa, seguro que en los escritos de unos dioses que encendieron la luz en que te envolvías para llegar a esconderte en el cuerpo que ahora disfrutas, en la gracia de una mujer que te construyó con los mismos materiales que a ella la hicieron para que la especie siga teniendo su lugar en cada tierra.
Tu palabra se perdía en la ironía cuando llegabas a encontrar en mi rostro durezas que te traían dolor, pero ahora sientes que hay amor escondido dentro de las semejanzas que el hombre y la mujer pueden construir para seguir adelante en las rutas que esa verdad que nos contiene aparece y desangra la ruina en que tenemos que convertirnos para aniquilar la paz que nos envuelve.
Tu es la segunda persona que los verbos utilizan para designar al segundo, aunque en unos años puedes ascender al yo, pasando por el aprendizaje de seguir actuando dentro de los marcos que los asesores nos dibujan en la escala de estas sociedades del siglo veintiuno de la fecha cristiana.
Tu pasaste por mi vida para quedarte en ella y así convertirme en padre, en un pelo que se va colocando gris, en una mirada que encuentra la tranquilidad en el silencio, en unos viajes que puedo comprar por la gracia de mi propio dios, dios que no encontraba salvo en las oraciones y que de verdad existe escondido dándonos un inmenso amor por estar en este lugar esperando en la oscuridad de las pasiones.
Tu no eres malo, ni tampoco bueno, pues son los dos extremos en que miden las balanzas que nos enseñaron en las escuelas, pues somos que es el término medio en que se equilibra el gran amor y el gran odio, aquello que nos hace juzgar y sentirnos heridos por lo que otros cuentan.
Tu escribes la historia desde tu figura, como otros lo hicieron desde sus tribunas, con padres desaparecidos, muertos en batallas que perdieron o ganaron, padres que se escondieron tras el alcohol o las drogas, padres que siguieron su ruta hasta desaparecer con los años tras las cortinas que no podemos ver por la niebla de la muerte.
Muerte que es el miedo que no educa para no sentir lo que somos, tu y yo, el y nosotros, vosotros y ellos que componen los tiempos verbales en que vivimos, crecemos, nos desarrollamos, seguimos y desaparecemos.
Miguel José Carbajosa Gómez.
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Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 20 de Agosto, 2012, 13:11
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