Septiembre del 2011

MI DESPERTAR - 30.9.2011

En cualquier esquina, en cualquier mirada, en cualquier enfermedad o situación podemos comenzar de nuevo, solo hay que sentirlo y desearlo, para que el camino te encuentre y sigas por donde siempre has de nacer de nuevo. Me encanta la crítica y el agradecimiento, pues la sinceridad abren las puertas de cada día, los sentimoento de tus ojos hacen que una palabra se convierta en un saludo, un saludo en un agradecimiento, un agradecimiento en un sentimiento, y un sentimiento en un beso, beso que te dejo entre estas palabras que hoy amanecen más tranquilas. ¿Te atraves a poner tus palabras? ¿te atreves a encontrarme detrás de las puertas que vas cerrando por temor a que te llegue de nuevo el miedo? ¿Te atreves a que hoy puedas empezar a silenciar tu rostro? ¿Te atraves a despertar en este mundo desde el que todos comenzamos a escuchar aquellas sintonías que nos hacen salir a la calle y correr sin rumbo? Gracias por que dentro del saludo ha habido un momento por tu parte en el que has dejado tus pensamientos, en donde has pasado tranquilamente degustando un café o un sabroso té, y se que tu tiempo es muy valioso por eso te deseo que este momento puedas dedicarlo cada día a escuchar a tu cuerpo cómo te habla desde cualquier punto de tu piel. Un saludo, Miguel José

Publicado por Miguel José el 30 de Septiembre, 2011, 8:56 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 29.9.2011

Yo no se lo que es orar, no salen oraciones desde las que poder sentirme tranquilo esperando que alguién escuche en su mirada lo que mis palabras transmiten en unos segundos de alegría, solo se que puedo buscar las palabras que hagan el murmullo un mar de calma y serenidad. En el el silencio se puede escuchar la voz que nos busca, en el árbol podemos encontrar la quietud de quién no puede moverse, en el agua dejamos que la ira, la rabia, los miedos y culpas se marchen por los meandros que construyen diques y rápidos, para llegar a descargar en el mar todo aquello que ya no nos sirve. En las tormentas veo reflejado el ímpetu de aquellos momentos en que la búsqueda es frenética, de que marchamos por caminos para encontrar una verdad que no aparece, para dejarnos llevar por la fuerza contenida en un cuerpo que se encuentra dentro del mismo mundo que las flores y plantas. En la montaña vemos como la grandeza e inmensidad pueden hacerme recordar que en otro lugar, en otra vida o en otro mundo, somos montaña, somos un mundo maravilloso que encuentra el universo en el sinfín de rincones que nuestra piel esconde para dejarnos vivir la vida en el sencillo movimiento de respirar. Al entrar en la meditación, la oración pierde todo el sentido, si es que hay sentido en orar, para desde el silencio dejar marchar todo lo que hemos recogido en los meandros que han construído nuestra vida, por las diferentes edades y crisis que han llegado para que podamos avanzar en la madurez humanasabiendo que estar en blanco, que darnos cuenta que también somos lo que no nos gusta, hace que lentamente lleguemos a encender una pequeña luz, una luz que nos ilumine la oscuridad que es también nuestra parte que nos completa. El tiempo no es tiempo cuando encontramos que ser felices es la única razón por la que estamos aquí. Se que estas páginas no muestran realmente la profundidad de quiénes se pasean por ellas, pero la sinceridad de un sentimiento se escucha cuando podemos dejarnos vivir en la naturaleza, en los sonidos que tienen el ritmo de la vida, en los cantos de unos pajarillos que nos seducen para encontrar a la divinidad que habita en nosotros, fuera de toda religión y política. Miguel José

Publicado por Miguel José el 29 de Septiembre, 2011, 8:39 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 28.9.2011

Hola, tus ojos me invitan a un silencio, la quietud de tu rostro me hace ver tu brillo, los hombros aparecen desnudos sujetando la forma en que tus labios sienten el frescor de una mirada desde el otro lado. Las manos desaparecen de la escena sujetando un cuerpo que aún se muestra frío y alejado. El torso amanece después de un sueño en el que aparecía en la bandeja de entrada de alguna cita que después llegará a tus mensajes. Son palabras que esculpen la figura que puedo imaginar después de no haberte conocido, después de que tus labios siguieran cerrados a la mirada que paseaba lentamente por cada uno de los trocitos que componían la fotografía que había en aquella pequeña celda desde la que mostrabas un lugar en el cual poder encontrar la felicidad. Soy feliz desde que encontré un camino donde poder desarrollar estas manos, donde comprendí que el cuerpo es el primer escalón de una escalera que me llevará a ninguna parte, soy feliz porque me lo merezco, porque vivo en el mundo después de haber conocido todo aquello que me hacía infeliz, que elegir la alegría es abrir las puertas de par en par por las mañanas y no cerrarlas por la noche. Estamos de acuerdo en que los pensamientos pasan y marchan por un sendero que acaricia el corazón, que cuando son negativos dejan dolor y malestar y que cuando son positivos dejan alegría, paz y amor, elementos esenciales de cualquier receta que podeis encontrar en el menú de un mundo que puede ser aún mejor, pero que está empeñado en seguir por los lugares más escondidos para que una pequeña luz pueda iluminar la oscuridad tan inmensa que jamás se haya podido encontrar. Ser el faro de cada verdad, la pequeña luz que amanece en los días en que parece no amanecer, la pequeña luz que no esconde los miedos ni las miserias, la pequeña luz que llevamos dentro para que algún día pueda encontrar el lugar desde el que poder iluminar como las estrellas nos iluminan en las noches cerradas donde la luna se marchó para volver a empezar de nuevo en el ciclo de la vida. Miguel José

Publicado por Miguel José el 28 de Septiembre, 2011, 9:42 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 27.9.2011

El alma habla a través de las palabras envueltas en el sentimiento de nacer, de crecer, de seguir adelante, de llorar, de reir, de amar, de caer en la profundidad, de elevarse como el águila en los cielos, de permanecer en la oscuridad para iluminar la mirada que encuentro frente a mí. Vivo el presente después de pasar años en el pasado y esperar futuros como resultado de entregarme a la razón, al pensamiento, para entender que no se nada y que de la nada es de donde escuchamos el silencio que nos habla. Me gusta escribir cuando las manos escuchan los sonidos del corazón, un corazón que traduce la esencia del alma, eterna e inmensa, que no somos capaces de percibir cuando nos perdemos en los sentidos, en la rutina diaria, en el dinero, en el lujo, en la pobreza, en el miedo o en la culpa, en los callejones que nos hacen construir infiernos de los que no somos capaces de ver la luz, luz que encontramos cuando llegamos al final para comenzar de nuevo. Detrás de la personalidad, del hombreque día a día camina por las aceras de las calles recién construídas, por los cielos recién iluminados, por avenidas desde las que lanzar la mirada hacia el ser humano que un día ascendió a los cielos para después descender a los infiernos, como el Ave Fénix, encontrando el equilibrio en el silencio, como una nueva escucha, adentrándome en la felicidad que todos llevamos dentro, felicidad que es nuestro derecho de nacimiento, la poseemos en abundancia y depende de cada uno sujetarla o dejarnos perder en mundos diversos.   "Son ojos lejanos que aparecen en un horizonte desde el que cada mañana abren las puertas de un corazón, corazón que late sin prisas, pero sin pausas, para encontrar en cada gesto tu propia realidad, la realidad de que donde está tu cuerpo, está tu vida". Miguel José

Publicado por Miguel José el 27 de Septiembre, 2011, 8:43 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 26.9.2011

Al abrir la puerta pude comprobar que no había nadie esperando, que todos los sentimientos que habían pasado por mi ventana, no se habían parado en la acera, ni tan siquiera vieron el portal por el que ascender, a través de los pendaños, al lugar donde el descanso me permite encontrar la llave que abre el mundo interior donde mis pasos son privativos de mi intimidad. La luz de la escalera permanecía dormida, las bombillas se habían enfriado después de que el último vecino hubiera caminado por los pasos comunes donde los seres que habitan el edificio comparten en el silencio de las noches, como en las luces de los días, donde las pequeñas plantas en la escalera animan a escuchar el momento en que vuelven o se marchan de sus nidos. Son puertas iguales, de la misma forma y madera, con los mismos huecos por los que atravesar la soledad y la alegría, el silencio y la música, las flores y los libros que humean tranquilamente después de haber trabajado en la sesión de noche, junto a la cama donde escucha los sueños sin abrir ninguna de sus hojas para escribir lo que haya podido entender. Los peldaños siguen en su sitio aguantando el peso que transita por su espesor, los carritos de la compra, los de los muchachos cargados de deberes, las suelas de innumerables zapatos, tacones de quiénes marchan a la fiesta, zapatillas en quiénes se escapan para airear los músculos y depositar la basura en los contenedores que esperan su fiesta. Las botoneras donde encender historias y oscurecer escapadas a lo largo de una jornada que nació de un gesto para transformar los pensamientos en un quehacer desde el tránsito de una escalera, a las puertas de quiénes cierran sus fronteras para degustar unos momentos de café o té, en la comida o cena junto a un televisor que espera pacientemente al compañero que le cambia de risa o de llanto, de miedo o de intriga y sigue adelante dejando que los sueños continúen los guiones que nacieron de las manos de quiénes están al otro lado. Miguel José

Publicado por Miguel José el 26 de Septiembre, 2011, 8:24 ~ Comentar ~ Referencias (0)