Solo alguien muy especial puede hacer brillar un arcoiris en los dias grises. Solo alguien muy especial puede hacer brillar un arcoiris en los días grises. Solo alguien muy especial, solo alguien muy especial, solo alguien, solo alguien, solo, solo...... así nos vamos quedando cuando nos marchamos por la llanura hasta desaparecer en el polvo.
Cuando empezamos a caminar en las rectas nos llegan las curvas, cuando las migas despiertan la mesa que ha quedado vacía, solo, solo aparece un camino que recorremos con quiénes van y vienen, con aquellos que dejaron sus ropas tendidas en la ventana, con las amapolas que continúan en el mismo lugar, con los polluelos que comparten inquilinato en lascopas de árboles que componen el puzzle de cualquier avenida, en cualquier acera, de cualquier tranquila ciudad.
¡¡Quién nos acompaña!!, ¡¡con quiénes volvemos!!, abrazamos la soledad para encontrarnos dentro de la misma botella de diferente bodega, encendemos las velas para que su baile componga la melodía desde la que poder encontrar la salida de estos destinos que vamos decidiendo en pensamientos que acarician estos sueños desde los que no quiero despertar.
Es aquí y ahora cuando van llegando aquellos que encuentran la mirada que ahora nos construye en libertad, la mirada de nuestro alma que resurge después de haber atravesado los bosques, de habernos ahogado en la arena de los desiertos, de entender que dando vueltas se puede uno pasar los montes de arena y las riberas de aromas para descender de nuevo al suelo, sujetarnos fuertemente a él y empezar a construir los cimientos de lo que será el nuevo proyecto.
Proyecto que espera a que volvamos de nuevo a encontrar en silencio las herramientas de escucha y atención, las suavidades de mi propia mirada en este espejo desde el que abro de nuevo la ventana para escuchar mi corazón comentar la fuerza siguiendo adelante hasta traspasar estos miedos que van surgiendo al encontrar una nueva curva en el camino.
Miguel José
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