Sois mis amigos y lo entiendo en este momento desde el que puedo escribir estas líneas para dejaros simplemente las gracias por haber estado juntos en el mismo camino, aunque es verdad que estáis cambiando de carril para discurrir por la ladera que cada uno encuentre al bajar la montaña.
Conocía una nueva esencia al llegar al contorno de vuestra relación, al encontrar siempre al otro lado de la mesa la sonrisa y el abrazo que tantas veces hemos dejado nacer para encender la luz de esta amistad que nos va dirigiendo lentamente hacia el final de un principio que todos conocemos pero que deseamos experimentar para ser, para dejarnos ser.
Cada uno comienza a alejarse como las vías de un tren al llegar al cambio de agujas, una ruta que se aleja hacia otro lado, un paisaje distinto, una huella de aquel despertar en donde el vacío encuentra de nuevo la mirada hacia aquellos bonitos años en los que fue añadiendo una gota más de amor a los frascos que ahora rebosan de nuevo para volver a encontrar el líquido que complete una experiencia más.
Sois preciosos, ambos dos sois las vidas que todo humano completa, la feminidad y masculinidad que se interpreta por separado constituyen el todo, al uno desde el que poder continuar la marcha, dejando las mochilas que ya no son nuestras, y alejando del lugar aquellas cosas que nos han dejado ver cómo actuamos y porqué no podemos encontrar la distancia sin mirar hacia los lados.
Estáis en el momento justo en que volveis a nacer, en que vuestro amor ha dejado paso a una nueva esperanza, a veros de nuevo en la intimidad de unos pensamientos que van y vienen sin parar, a la conciencia de comprender si es lo correcto, a dejaros en silencio al cerrar esta puerta y ver la cantidad de ellas que esperaban abiertas.
Daros las gracias y continuar siendo vuestro amigo es la mayor alegría que la amistad produce en nuestros cuerpos, seguir riendo a carcajada cuando volvemos de nuevo a encontrarnos detrás de las mesas, de las fiestas que hacen de este momento el único donde poder vivirnos como somos, como nos creamos, como nos vemos, como hacemos llegar la sonrisa después de haber compartido las lágrimas y los abrazos en este día en que todo vuelve a nacer, a nacer de nuevo.
Un beso,
Miguel José
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