MI DESPERTAR

Esto pasa por la mente, esto es encontrado por la mirada del alma, esto es la floración que surge después de que el silencio abra con pequeñas manitas, las ventanas que encienden los hilos que llevan a encontar mensajes guardados desde una niñez que contiene las fotos en donde quedó plasmado el pequeño niño que ahora se siente mucho mejor.

Son tormentas que llegan a encontrar infiernos, son pensamientos que consiguen atravesar la tranquilidad de un pequeño viaje, de una charla coloquial con los amigos, de un instante donde tu mirada entró dejando una imaginación que se desató en todo lo que vino después sin entender porqué.

Hay un niño dentro de mí, un pequeño forastero que en realidad es el dueño, el creador de esta planta que nació semilla en la tripita de una mujer, de una madre que comprendió los deberes de su especie y se encajó en el papel para comprender que era el mejor regalo de su vida, el mejor encuentro con ella misma para ver cómo las pequeñas manitas pudieron dejarla completa en su alma humana.

Ese despertar que amanece en cada aventura es nuevo para mí, es ver la vida de otro color, con otro sabor, con una nueva mirada en el atardecer de cada jornada donde las nubes han oscurecido la fuerza del Sol que ahora camina con los mismos sueños que nos hicieron encontrarnos de nuevo.

Hay países y mundos, escenarios y teatros, hermanos y hermanas, niños y niñas, blancos y negros, asiátiso y caucásicos, del norte y del sur, de oriente y occidente, de las montañas y de la playa, de lo más lejano y de lo más cercano, pero todo es lo mismo, todo se compone de la misma materia, materia que enciende cada nueva palabra que encuentro perdida en mi cabeza.

Son muchas horas viviendo dentro de este cuerpo, muchos dolores que han pasado y que han dejado su huella, muchas alegrías que llenaron tiempos y momentos, muchas miradas que no entendía y otras que me hicieron llorar, muchas escenas desde las que ver a ese pequeño niño que ahora me mira con tranquilidad, porque sabe que las tormentas ya no son tan crueles como hace algunos años.

Pienso más despacio y veo venir al ego como endurece mi corazón, pero la ternura y compasión pueden construir una sólida base para no pasar de todo, para no encontrar un vacío dentro de mí que pueda hacerme llagar (herir) el corazón que ahora bombea con mayor fuerza desde este lugar que es mi momento de poder, el aquí y ahora.

Miguel José

Publicado por Miguel José el 30 de Junio, 2010, 10:12 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 29.6.2010

Enciendes la voz cuando tus ojos escuchan, cuando empiezas en la mañana a dejarte llevar por el torrente de vida que inunda tu cuerpo, cuando los sueños hacen las maletas para marchar a una nueva esencia desde la que poder contemplar, en estado puro, el amor inmenso que completa todo el procedo de haber llegado hasta este camino.

No encuentro hierba a los lados, ni árboles que acojan pequeñas sombras desde las que poder contemplar la maravilla que la tierra nos regala en cada valle, en cada ribera, en cada estampa que abre esa puerta de la mañana y cierra la puerta de los atardeceres.

No encuentro nada que me haga pensar que estoy en este mundo, en el lugar desde el que nuestros ojos ven las escenas que el corazón no entiende, en donde el amor se esconde en soledades y en miradas que no aparecen despiertas hasta que no llega el momento oportuno desde las que poder adentrarnos en ese interior oscuro donde la luz se enciende a medida que olvidamos lo que nos rodea físicamente.

Me siento en el umbral de toda aquella luz, en el explendor que amanece en este nuevo despertar desde el que poder darte las gracias, de dejar en el perdón hacia uno mismo el sello de haber entendido y no escondido un pasado necesario para llegar hasta la cima de una montaña que se convierte en el faro de cuantos encuentro por el encuentro conmigo mismo.

Podría acercarme más pero no encuentro el reflejo, es todavía pronto para que la aurora encuentre el cielo justo donde poder desarrollar su amor, donde el amor en estado puro es algo denso que nos inunda y aleja todo el resplandor de un ego que tuvo su momento estelar cuando más oscuros eran los horizontes que he llegado a encontrar, alcanzando de nuevo la mirada de las montañas lejanas para vivir en pleno la aventura de este corazón maduro.

Maduro como la fruta que una vez fue semilla y otrora nacía de una nada que compuso la partitura para encender los altavoces donde la música fue encontrando el oído perfecto para dejarnos el plano completo de una dirección que no tiene nombre ni tampoco escenario desde el que poder escondernos de nuevo para volver a empezar.

Namaste.

Miguel José

Publicado por Miguel José el 29 de Junio, 2010, 9:54 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 28.6.2010

Mi propósito hoy es recomenzar de nuevo a explorarme, a encontrar los pensamientos circular por mi mente, a escuchar los lamentos que han protagonizado la existencia de estas decenas de años escondido en la cueva, dentro de aquellos signos externos que nos hacen dejar aquellas grandiosas excelencias guardadas para volver a redescrubrirlas.

Se enciende la luz, una luz que no tiene bombilla, ni tampoco incandescencia, es una luz que proviene del corazón, de la contracción y expansión en que nos va dando la vida a cada segundo, en cada mirada que dejamos guardada en los ojos cerrados de cada sueño.

Os miro desde la profundidad de este silencio que me habla nuevamente para poder encender la escucha que me comunica mi propia imagen, ese ser de amor repleto de una mirada sencilla desde la que entender que nada tiene explicación sino para la mente, que hay que salir al mundo, por la puerta grande y dejarnos llevar por las experiencias que nos construyen como hombre o mujer.

Desnudo estas manos para aceptar mi sombra, esos pensamientos que me hacen andar cada día hacia el destino que he construído desde la educación que he recibido por quiénes me aman con su profundidad de padres y madres, con la tranquilidad de escucharles a mi lado a pesar de haber iniciado su particular viaje hacia esas estrellas que completan cada noche nuestra esencia junto a la vida.

Escucho la cinta que me conecta conmigo mismo, esa grabación de amor que sale por las células en todas las direcciones de este cuerpo que hacen de la biología un organismo perfecto, de la salud una cualidad de entender que todos encontramos el camino que hemos de completar para vernos repletos de esa solidaridad, de esa nueva era en la que el ser humano está conectado conscientemente con todos y con todo, esa nueva mirada desde la que poder encontrar el altar que a cada uno espera su forma en la que encontrar su vuelta a casa.

Gracias, os quiero.

Miguel José

Publicado por Miguel José el 28 de Junio, 2010, 11:17 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 22.6.2010

Recuerdo la cara de la foto que se quedó grabada en aquellos días en que mi infancia tornaba su final para comenzar una adolescencia cargada de todo lo que hoy día me hace ser el hombre que ha llegado hasta el momento presente, viendo en los ojos de inocencia la seguridad de haberte querido lo suficiente para poder decirte que nos dejaste la luz que ahora veo encendida en este pequeño escrito.

Como pequeñas eran tus manos, aquellas piernas te trajeron aquel final que ahora recuerdo en el mundo de la historia de nuestra familia, una familia cualquiera para poder encajarme en las ruedas de este molino que ha dado vueltas y vueltas hasta caminar solo por la acera que tantas veces veía vacía.

Las fotos de tu recuerdo se quedaron en casa, colocabas tus manos de forma graciosa sobre tu pequeña cabeza, con aquella voz que guardó mi madre hasta su muerte y que sabía que muchas veces escuchaba las frases que no llegaste a completar de tu cerebro pensante que no llegó a comprender para que servían aquellas palabras que te llegaban cuando comenzabas a pelear con tu propia muerte, en aquella nochebuena que llamó a tu puerta para dejar aquellas escenas que pude contemplar desde una puerta que no tenía que haber abierto.

Siento que todo aquello fue invención mía, que hubo cosas que pude guardar que no se correspondieron con la realidad, porque mi forma de maquillar los recuerdos se encierran el paradigmas que aún no se descifrar, pero te veo en aquella camilla sin ningún tubo ni aparato que cubriera tu pequeña forma, de la forma tan intensa en como sentí mucho aquellos momentos, que durante el resto de la vida de tus padres no se les fue de su cerebro, así como tampoco el año y medio que disfrutaron de tus juegos y risas.

Con estas palabras no quiero olvidarte pues ocupas el primer lugar en la tumba donde está toda la familia que formó los Carbajosa Gómez, y por eso creo que llegó el momento de poderte dar las gracias por aquellos pocos momentos en que coincidimos, por la alegría que supuso para mi hermano y mis padres tu llegada, y que en aquellas reuniones familiares te pudiera haber tenido algo de celos porque ya no era el pequeño, quizás no te enteraste de ello y ahora me entero yo al escribir estas líneas.

Decirte también desde los cielos en que estés descansando, que estuviste dentro de un pequeño cuerpo precioso para encender la luz que se apagó para aprender algo importante para algunos y para que me hicieras ver la profundidad de lo que representa vivir y adentrarme en mi vida y tomar conciencia de lo que quería decirte y pedirte perdón por todo lo que no supe hacer para acercarme más a ti, para ver lo que ahora es un pasado en la oscuridad e iluminarlo en un gracias por todo lo que me dejaste, por tu mirada de ángel que entregó el mensaje y por el amor que siento desde estas palabras para recordar que eres parte de un universo que me completa y que me hace dejar fuera de esta mochila pues ya no me corresponde llevar por el resto de los siglos.

Te quiero mucho Elena, que la inmensidad de tu alma siga viviendo en la grandeza de los cielos pues en la tierra entregaste la semilla del amor, de un amor infantil que solo pretendía ver la alegría y felicidad en quiénes te conocimos y disfrutamos con la música que quedó guardada en los corazones.

Miguel José

Publicado por Miguel José Carbajosa Gómez el 22 de Junio, 2010, 8:43 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 21.6.2010

Una primavera sin Sol amanece en el futuro de una mente especial, en los límites impuestos por la conciencia que acaricia unos sentimientos de haber perdido una batalla, de encontrarse en el borde de dos mundos donde la muerte y el nacimiento aparecen juntos y perdidos detrás de las colinas que van apareciendo en cada secuencia.

Son dos personajes en uno, el hombre y el niño, la inocencia y la experiencia, el uno descubre que al final no hay vida, pero hay que mantener la experanza de ese niño que espera pacientemente secundar el infinito que no ha conocido dentro de los pequeños años en que desarrolla sus propias imágenes.

El paisaje es desolador, fuego y lluvia, unos bosques quemados enrollados en pequeños terremotos que van deshaciendo lo único que estaba completo, los animales habían marchado sin entender porqué todo se había precipitado, sin darnos cuenta de que la masa del planeta estaba transformando su vida para poder volver a nacer de nuevo.

Las condiciones aparecen troqueladas, no hay problema en hacer desaparecer las especies para dejar que de nuevo vuelva a brotar el Sol por encima de unas nubes infernales, por los pequeños recodos en que vuelve a esconder de nuevo la fiereza que puede esconden dentro de las piedras aquella mirada sorda que todos los días nos entrega la belleza de su despertar.

Son muchos estudios los que pronostican el fin del mundo, que no es otro que el final de la vida animal sobre este planeta, pero que no es el fin del universo, sino un simple momento en que una de sus estrellas vuelve a regenerarse, quizás porque la especie que llegó a dominar el suelo y el cielo del mismo, se ha excedido en no respetar los estándares que han de cumplir para seguir disfrutando de los regalos que el propio universo nos va acercando a las estrellas que encendemos en cada cielo.

Hoy es la primera vez que nos despertamos sin sentido, sin dejar que la magia de la luz nos envuelva, porque hay momentos en que no entiendo porqué no somos conscientes de que todo puede desaparecer, que todo se termina para que en algún lugar vuelva de nuevo a encender la luz que ilumine las tinieblas que se descubrieron al nacer en otro nuevo cuerpo.

Miguel José