MI DESPERTAR

Un verde intenso en la coloración de sus hojas despierta cada mañana la sonrisa en estos labios que expanden amor, amistad a los cuatro vientos, sentimientos de felicidad en las manos que circulan por las teclas de este pequeño distribuidor de sueños, enlazando las historias con los sentimientos, los sentimientos con las miradas de quiénes encuentran estas melodías a las primeras horas de un Sol radiante, con un mar en calma experando nuevas aventuras.

Para empezar todo gratis, la primera clase de degustación abre todos los días el manjar que este paraíso original, el gran jardin lleno de regalos está al alcance de quiénes encuentran la melodía de su propio corazón, todos los seres vienen hacia el objetivo que es vivir la vida, con las aventuras que supone enredarse en lo que problemas rellenan los espacios de los silencios que no escuchamos hasta que la crisis, o algún obstáculo prediseñado llega hasta nuestras vitrinas.

Las ventanas se abren de par en par, no sabemos qué nos sucede ni porqué todo lo que rodea a este escenario se cae en el vacío, ni porque el vacío comienza a escucharnos, ni tampoco porqué en el silencio abrimos los oídos que llevamos dentro, así como la mirada desde un corazón que se encuentra en un lugar que no había conocido nunca, quizás el que más sufra y se sienta indefenso es el maravilloso ego, el centro desde el cual hemos dirigido lo aprendido.

Y se cierra la calle, nos encontramos que las vallas nos impiden avanzar por la gran avenida, que los parques se despiertan en sueños que ahora vemos con distintos colores, en tonalidades que aparecen y desaparecen para desfigurar las blancas imágenes que vamos observando de cuando en cuando nos hacían entregarnos a los placeres de los sentidos que los humanos conseguimos extender hasta el más mínimo detalle.

Es la hora de dejar el tiempo, de abandonar los horarios, de dejarnos la prisa en el salón junto al odio y la ira, de tomar la paciencia de la mano para poder acceder a estos caminos desde los cuales no vemos nada, sabiendo que estamos en un desierto, en donde las dunas nos hacen reflexionar de porqué el ser humano tiene que llegar hasta estos alrededores, de ver como desaparece nuestro suelo para cambiar la seguridad por la confianza, el miedo por la fe y así cambiando de coronas para encontrarnos en la realeza sin trono y poder encontrar nuestro ser interior.

He abierto nuevamente los ojos, con las pupilas cerradas, ojos que son del alma, la conciencia de lo que en sueños creemos no existe, la conciencia que me hace escuchar el silencio que me hace perderme en el camino para poder levantarme nuevamente después de haberme caído por experimentar toda la grandeza de la que estamos rodeados en esta vida.

Miguel José

Publicado por Miguel José el 26 de Febrero, 2010, 8:50 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 25.2.2010

Dando vueltas por el álbum te encontré enfundada en aquellas gafas de los ochenta, mirando hacia una cámara que me hacía acercarme lentamente a tu figura, una chica de ciudad que había conseguido hacerse un hueco en el corazón desbocado de una adolescencia que me hizo gritar de un no saber que querer, qué sufrir, que buscar en el cielo azul de aquella mañana en la plaza que guardamos como una cápsula del tiempo sin fecha en el recuerdo de tu nombre.

Mercedes viene a mi memoria, un nombre que abre una mirada a esa etapa adolescente, una chiquilla que se acercó lo suficiente para salir de mi vida rápidamente, para haberme reído de aquella tarde que estuviste en el autocar que nos llevaba a los estudios de una televisión imposible de reconocer, entre aquellas mujeres que esperaban una tranquilidad en las palabras que algunas pudieron escuchar, pero que tú nunca pudiste imaginar que no salieran de mi boca aquella tarde, historias que sucedieron y ahora puedo perdonarme porque son las etapas necesarias para llegar al todo.

Los trajes que me envolvían eran de murcianos, de la huerta del segura, de una rondalla que parecía un ejército revolucionario, unos soldados de bailes en paz que te protegieron hasta que volviste a tu lugar donde los sueños dormían contigo en la cama desde donde cada día que fue pasando sin volver a escuchar las risas y canciones que adornaron tus oídos en la espera desde el otro lado de la cámara, te hicieron encontrar una nueva experiencia que anotabas en tu diario.

No tengo ni idea de tu camino desde aquella tarde, ni tampoco hasta donde alcanzaron tus estudios ni tu amor, solo encuentro en la foto la forma de darte las gracias por haber confiado en mí, por haber encontrado que te gustaba y tuviste la valentía de lanzarte a la piscina, una piscina con un agua muy diferente a la que esperabas, seguramente porque el socorrista no sabía nadar, o porque el destino no estaba escrito en las mismas pieles.

Supe varios años después que vivímos muy cerca, que la carretera de Andalucía nos separaba en unos cuantos cientos de metros, es posible que te mudaras de aquellas casitas bajas desde donde podías escuchar las fiestas de tu barrio, los mozos que siguieron a la mirada que me regalabas cuando con tus votos y tu paciencia consiguieron que fuera nombrado el delegado de curso más simpático, porque entre tú y yo quedó esa foto, esa memoria desde la que puedo volverte a recordar como un ser humano precioso enfundada en aquella bonita falda que mostraban unas piernas firmes que habrás usado para continuar la fe y esperanza de tu vida.

Un beso muy fuerte guapísima, un regalo que encontré en un momento de mi vida y un regalo maravilloso el poder encontrarte de nuevo entre las fotos de aquella adolescencia sin la cual no hubiera podido llegar hasta esta cima desde la que puedo observar el gran valle que aún me queda para acercarme a este corazón desde el cual vuelvo nuevamente a despertar.

Miguel José

Publicado por Miguel José el 25 de Febrero, 2010, 8:33 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 24.2.2010

Voy a volverte a llamar de nuevo para esperar en tu respuesta que te falta tiempo, que pasas el dia literalmente ocupada en buscar tu vida, que desentrañas las mismas escenas para encender una nueva mirada sin escuchar lo que has de entregarte en la soledad de tu cueva, caminando despierta por el lado donde la energía te encuentra fácil, por donde sabes desenvolverte mejor desde que paseas por los caminos que te han llevado hasta este altar.

Sabes que soy tu amigo, que los fines de semana se llenan en la felicidad de poder vivir los mismos pensamientos que me acercaron un día a tu lado para esforzarme en mostrarte el campo de batalla, un lugar en donde pude ganar mi propia lucha y adelantar a los pensamientos que me derrotaban sin la tregua que había merecido, cabalgando desde aquella orilla en los silencios de aquellos masajes que nos dejaban hasta la madrugada la sinceridad de silenciar las almas escuchando el sentimiento que llevamos guardado dentro de nosotros.

Han pasado muchas aventuras, quien participó en que nos conociéramos terminó un buen trabajo para continuar en su misma historia, pasó aquel momento para llegar otros nuevos que han colmado de experiencias tu historia de mujer, la belleza de ser tú misma, la tranquila piedad que desconozco cuando habla desde el otro mundo, desde el querer vivir en la tristeza sabiendo que la alegría camina más adelante, pero compartiendo con mucha ilusión las lágrimas que encuentro como perlas en el ancho mar que tanto saboreas.

Hoy te escribo porque te encuentro en la distancia de las escaleras de embajadores, porque te veo en los correos que abro cada mañana, porque me da la gana dejarte estas líneas aunque algún párrafo no se ajuste a tu mirada, de acuerdo siempre al gran cariño y amor que siento cada vez que nuestras sonrisas se convierten en bromas, cuando nos quedamos como los colegas que se traspasan en cada abrazo cuando la mañana despierta el canto que nos produce la amistad.

Soy uno mas en tu lista, uno de tantos a los que das de lado por no tener fuerza para avanzar hacia tu cita, por estar cansada de una pereza que te embriaga sin escuchar las palabras que salen desde dentro para irte despertando en los sueños de princesa en los que te pierdes cuando escuchas fuera de tus sentidos, y ahí vuelven nuevamente los miedos y señales de que aún te queda mucho por llegar a tu felicidad, que la distancia que no existe la amplías con los susurros que te atrapan, pero eres la inmensidad en la nada, guardada en el precioso altar de tus sueños, y empeñada en dejar que tu cama vuelva nuevamente a encenderse cuando tu luz la da el poder de ser tú misma.

Si te quiero no te cabe ninguna duda, si te empujo hacia el abismo ya me gustaría muy mucho, si puedo al menos que te veas en el espejo, el imaginario que aparece en nuestras conversaciones, para mi es un placer, porque en la sinceridad de tus ojos encuentro la verdad de lo que vives, la verdad de lo que estás dispuesta a empeñar para saber de una vez por todas porqué estas en este mundo, porqué volviste a dejar las alas de ángel para meterte en la piel de una pequeña demonia que cruza muchas veces por los lugares prohibidos para atajar la enseñanza para la que te has registrado en este portal de nuestro internet universal.

Es hora de darte las gracias, de brindar con la tacita de cada una de nuestras miradas para desearte todo lo mejor que quieras vivir, pues lo mejor de lo mejor lo tienes tú misma y solamente cuando te quites la máscara, cuando llegues a la estación de destino volverás nuevamente a empezar a degustar la experiencia que llevas atrasando desde hace muchos momentos en que no puedes escuchar las sombras que aparecen y desaparecen para llevarte a caminar los pasos que escondes en la sonrisa que abre cada día tu sentimiento.

Con estas palabras puedo ver en el espejo que vivimos situaciones muy parecidas porque el camino es el mismo aunque con muchos desvíos y cuando encuentras la intución que te dice como ayudar a los demás es cuando comienzas a ayudarte a tí mismo. Me enseñas mucho y siempre seguiré aprendiendo de tí, de tus formas, de tus silencios, de las llamadas que como las nuestras no pueden mandarnos más lejos que la sonrisa con la que termino este nuevo despertar en los brazos de una preciosa amiga de esta humanidad que componemos todos.

Un beso preciosa.

Miguel José

Publicado por Miguel José el 24 de Febrero, 2010, 8:46 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 23.2.2010

El fuego arde mi vida, quema mis nubes para buscar tus manos, deja las cenizas de unos labios que han llamado a mi puerta nuevamente para esperar que tu mirada vuelva nuevamente a escanear la piel que ha envejecido lo suficiente para que la plata aumente en los cabellos que se posan en tu pecho nervioso.

Los destellos del fuego de la vela que baila sin ritmo en el alrededor de esta estancia donde tus palabras quedaron grabadas sin ningún dibujo ni contraseña que poder rebuscar para volver a centellear los pensamientos que te llevabas a esa mañana desde la que partieron tus huesos completando la despedida de un ayer que ahora tratas de transformar en el principio.

Veo ciegos los murmullos que salen entre los pequeños besos que tratan de volver a navegar por la estancia que estuvo abierta mucho tiempo esperando las maletas de tu cuerpo, las ropas que ahora ya no tienen el mismo color ni aroma pues han pasado muchas miradas desde que me recordabas sin saber como viajabas por el cuello que ahora tiene nuevas cicatrices.

Llamas a la puerta equivocando el apellido, el color lila de aquellas rosas que vieron tus ojos cristalinos, tu fragancia en las noches en donde pasabas desfilando con las puntillas que rodeaban tu cintura, las gomas que apretaban el contorno de aquellos montes donde besaba el pico más alto que hubiera jamás podido conquistas sin necesidad de colocar ninguna bandera ni rodear laderas inaccesibles.

Recuerdo tus meandos en la fina cabellera que colocas en mi pecho cuando esperas que llegue nuevamente el calor que nos inundaba al caer los silencios, en la habitación donde aún quedan tus gemidos en las noches en que no querías dormir sin acariciar mis ojos con la ternura de tus movimientos de cadera que hablaban de un viaje a las profundidades de un contacto que se derretía como el hielo sobre un candil.

Ha llegado otro momento, otra historia, otros personajes que han dejado tu huella perdida en el tiempo que me ha dejado existir en otra comedia, en otro drama desde el que poder partir a un nuevo viaje, a un nuevo destino en la mirada que ahora vuelves nuevamente a descorchar para emborracharme de aquel licor que ya no tiene el mismo sabor que cuando un día nació el corazón que solemos dibujar en la pared donde la pintura perdió el color de nuestra sencilla primavera.

Miguel José

Publicado por Miguel José el 23 de Febrero, 2010, 8:44 ~ Comentar ~ Referencias (0)

MI DESPERTAR - 22.2.2010

Una ventana abierta al mar, a la claridad de un azul claro junto a otro más oscuro que cubre la lejanía de un horizonte colgando las pequeñas nubes como pinceladas blancas que adornan la mirada en una sonrisa desde la que encontrar la aventura, secando las lágrimas de este pasado que balancea cada sensación de haber conseguido superar el amor que puedo encender sin la mecha de ninguna vela.

Son velas las que se extienden por toda la costa como mariposas que nadan por las aguas de la ciudad que enciende la luz de unas extrellas para distinguir las fugaces de las que habitan noche tras noche para dejar el camino completo en los brazos que se extienden en la oscuridad de las finas arenas que inundan los pasos al viajar por la ladera de unas olas que van y vienen en cada despedida.

Miro al fondo, en donde el pequeño bosque se pierde detrás de la playa, en el sueño que me acerca a vivir la realidad de mi produndidad, ese silencio que abre la conciencia para poder observarme, acariciarme con la fragancia de las pestañas, con el bello de punta que se congela en las caricias que hablan del amor a este angelical cuerpo en donde la piel traspasa los abrazos que componemos en las postales que recibimos sin esperar que nadie nos abra ninguna puerta.

Son las personas las que han colocado las palabras cuando empiezan a desarrollar las historias que irrumpen del manantial de fantasía, de la cascada de imaginación en que nos atrapamos para poder destilar el licor que nos embriaga cada vez que sentimos que hemos llegado a la felicidad, y entonces nos encontramos etiquetando cada una de las experiencias para poder sacar de la estantería el sentido de los días y noches que hemos catalogado para creer que somos más humanos.

Me envuelvo en las alas y dejo lo pasado en su lugar, no vuelvo a ascender a la misma montaña ni besar los mismos labios, ni desear el cuerpo que pasó por mis dedos para empezar nuevamente a sentir la pasión de entregarme a los sentidos que completan mi ego, así siento que puedo marchar para volver a empezar de nuevo, para contar en las nubes las miradas que van y vienen desde el infinito hasta cualquiera de los límites desde donde vuelvo nuevamente a atraparme para enredarme en la tela de añara de mis miedos y culpas.

Soy libre y desde esta ventana abierta puedo salir de mi cuerpo, entrar en lo absoluto, completar el todo y compartir desde las venas la misma sangre que riega el campo de las células que se entregan nuevamente a completar la escena desde la que me siento tranquilo eligiendo la feliciad y la calma para empezar de nuevo a vivir la tempestad y la locura de este momento que acaba de terminar después de haberlo publicado de nuevo.

Miguel José