Enero del 2009
MI DESPERTAR - 31.1.2009
Se termina un mes, un período de treinta y un días que abre todo año, cuatro semanas y media en la vida de todo ser humano, en la mirada de quiénes han pasado de un estado a otro, en quiénes han cambiado de serenidad a desconcierto, a los que esperan encontrar lo perdido en el bosque de una jungla que todos hacemos sin darnos cuenta.
Pasamos de un mes a otro sin ver que los colores han cambiado, sin encontrar que la noche se torno distinta que la anterior, sin ver ninguna frontera que nos haga parar para enseñar nuestra personalidad, sin poder escuchar cómo en la fecha tenemos que adelantar no sólo el número del día sino también el del mes.
El mundo gira alrededor de un Sol que un mes significa un nada casi de cero a cero, pero en el desarrollo de una pequeña mosca puede ser un tercio de su vida, incluso haya especies que treinta días sea toda su vida encaramados en la experiencia que van sacando día a día en el vivir las veinticuatro horas de los humanos en toda su intensidad, en el aquí y ahora que solo comprenden.
Para nosotros, en cambio supone que podemos recoger la liquidación de la empresa en forma de un dinero que hemos sudado en las horas en que hemos estado trabajando, incluso aquellos que ya no lo hacen, en la fortuna de volver a conseguirlo, para terminar de entender el trabajo como aquello que se decía que trabajarás con el sudor de tu frente, o algo parecido.
El caso es que viene el segundo mes, siempre el más corto de este calendario gregoriano, el que el 2009 trae con veintiocho días, un nuevo mes que dejará a los que nacieron en veintinueve, no pudiendo celebrarlo cuando corresponde, pero que comienza el frío fuerte, los hielos que derriten el calor, y se asemeja al hibernar de las especies que duermen, que cierran su pelaje para evitar la muerte.
Nosotros seguimos metidos en el año que tenemos por delante, en los acontecimientos que nos van contando los que entienden de noticias, las experiencias que nos van llegando en todos los ámbitos de nuestra vida, los esfuerzos por continuar en la vida para tener una presencia que nos haga comunicarnos en la esencia de quienes completamos.
Han pasado simplemente los sucesos que nos tienen colocados en el aquí y el ahora, en el presente que nos deja la imagen que cada mañana aparece en el espejo que nos aloja en un baño para limpiarnos de todo lo que ya no nos sirve, incluso de aquéllos que en su transformación pueden contemplar el pequeño avance que supone su propio esfuerzo por ser simplemente humanos.
Llegados a este punto, entre las líneas que van dejando la sencillez de narrar este trocito de historia, puedo comentar la ilusión que ha sido el poder vivir estos días que han compuesto el mes, dentro de la felicidad que mi vida contempla en el silencio que me acompaña en cada nuevo día, en las noches donde la luna nueva comienza a tupir el cielo de nuevos horizontes que nos harán avanzar hasta nuestro retorno, que cada día está más cerca.
Gracias a todos y a todas por estos momentos, y por supuesto, por los que aún están por llegar.
Namaste.
Miguel José
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Publicado por Miguel José el 31 de Enero, 2009, 14:55
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MI DESPERTAR - 30.1.2009
Un piso en las alturas, una terraza de película de Almodóvar, una pareja tranquila en el sueño que acaban de comenzar al trazar las líneas de unas paredes que han nacido en la blancura de una experiencia maravillosa que les ha dejado una habitación desde donde poder comenzar en un futuro que ya es presente.
La escalera nos lleva al cielo de unos metros sorprendentemente divididos en las estancias que inundan su vida diaria, junto a un sillón de ensueño, donde sus mañanas comienzan siempre a medianoche, en la luz que penetra entre las ramas de aquellas incipientes macetas que alumbran el primer germen de vida que nace en la frontera de una calle tranquila.
Las mareas de un viento que penetran por las ventanas descubren las miradas de quiénes profesan el amor desde la sinceridad de un camino emprendido en la abundancia de la escasez de recursos, donde el bolsillo se vacía para llenar los diálogos que se pronuncian en aquel salón semivacío, con unas pequeñas ventanas a la oscuridad de un pequeño patio de vecinos.
La llegada al portal no aventura que se puede disfrutar en la altura de quiénes esperan descansando en las dos butacas de una cocina el regalo de un nuevo desayuno en las miradas de un sueño que va dejando las primeras letras ya completadas en un banco que les deja el día a día disfrutar de aquellos manjares que encuentran en cada silencio que aparece entre aquellas paredes.
Es la primera entrega de una serie de muchos capítulos en donde los pequeños metros que ahora encuentran más vacíos pueden completar la ilusión de dos personas, de dos seres unidos en la sentimentalidad de un futuro lleno de pasión, de entrega, de amor sincero en quiénes nunca han podido atravesar la frontera que en este país les fue impuesta por las mentes que nacieron para morir en aquellas guerras que dejaron la paz de unos destinos tranquilos.
Me asombré de aquel palacio, de las torres de un castillo que se abre de par en par en los tejados de la ciudad de los dátiles, en las lagunas de un calor seco cercano a las laderas de un mar que baña los costados de solares y tiendas que aparecen en las márgenes del amor experimental de unas preciosas almas en la amistad tan sincera que podemos reconocernos.
Gracias a los dos, a vosotros muchachos que entendéis de tantas experiencias, que dejáis en la sencillez de vuestro rostro pasados que aumentan la sensación de libertad que ahora podéis apreciar en quiénes viven el amor desde otro sendero, pero con la profundidad y honestidad como lo hacéis vosotros, encontrando las miradas de quienes os quieren siempre vuestro sencillo viaje.
Un abrazo muy fuerte en el beso que siempre encontramos en unos labios que pueden divertirse y gozar de una noche tranquila y templada en aquella cocina que nos abrió el hambre de esa amistad que he podido degustar junto a vuestra maravilla de ático en un barrio que es fiel reflejo de la hermosura que hay dentro de vosotros.
Para ti Alejandro y para ti también Isaac, compañeros en este destino a una vida en la que podemos componer nuestras propias sinfonías con quiénes aparecen cada día en la lista de amigos que reciben y entregan los mensajes de unas palomas que vuelan por la terraza que habéis construido con los pensamientos de aquellos momentos en que la mano compartían vuestras miradas.
Miguel José
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Publicado por Miguel José el 30 de Enero, 2009, 16:04
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MI DESPERTAR - 29.1.2009
Suena el teléfono y eres tú, un bello gorrión que se completa con el plumaje que guardabas en aquel polluelo revoloteando en un nido dentro del engranaje de aquellos árboles distanciados de las grandes casas que rodeaban los valles de la gran ciudad.
Mirabas por encima de las hojas como la vida se desarrollaba en aquellos pequeños bordes de ramas y plumas que encerraban su pequeño cuerpo junto a los de sus hermanos que removían con empujones la llegada de aquellos grandes padres cargados en su pico con el desayuno que habían recogido de unos suelos abundantes de la cosecha ya cocinada.
Esperabas tranquilo el momento en que tu altura pudiera abrir nuevos horizontes, en que la profundidad de tu pequeño cuerpo pudiera emprender la aventura de un vuelo con las alas que cuidabas tiernamente en los silencios que dejabas pasar junto a los que dejarías de ver en la cercanía de aquella infancia sin nombre ni apellidos.
Gorrión figura en tu identidad, en el color de aquellas plumas que irás perdiendo con el paso de aquellos días en que tus vuelos sean continuos, en que sientas las miradas de quienes te acompañan en las bandadas que cruzáis por los cielos empujados por la aventura de cambiar de vivienda, de completar nuevos alimentos en los campos por donde dejáis descansar los pequeños cuerpos que son empujados por las mareas de unas temperaturas que os hacen madurar en el aquí y ahora de vuestra corta vida.
Vida que los humanos no entendemos, en la que no podemos seguiros en vuestro vuelo por que nuestras alas no se han desarrollado, por no haber nacido en ningún nido vacío que dejáis cada año para completar unas olas entre aquellas nubes de una música que vais entregando en los viajes de vuestro mundo feliz, empezando siempre con la ternura de vuestra mirada.
Dejo que la llamada siga encendiendo la pasión de poder encontrarte al otro lado de aquel micrófono que puedo silenciar con las manos para entender que tu mirada seguirá dando las vueltas necesarias para encender el amor que tantas veces nos hemos entregado en aquellos parques donde te acercas peligrosamente a quiénes alguna vez te incomodaron para recoger en tu vientre las miguitas que harán de ti un ser que crece como la miga de los panes que unas manos te han regalado.
Regalos que devuelves con la figura que portas en la imagen que emerge de unas ramas nerviosas en la espera de aquellos que no volverán porque quedaron atrapados en las trampas de un destino que estaba escrito para quienes debían dejar su alma para completar la nueva figura que su próxima vida hará entrega a un nuevo ser, a un nuevo gorrión de esta nueva era.
Miguel José
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Publicado por Miguel José el 29 de Enero, 2009, 9:22
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MI DESPERTAR - 28.1.2009
Un temporal sin agua envuelto en un viento de más de cien kilómetros por hora, unas ráfagas de un aire templado que hacían vivir hacia el escondite de unos plásticos que no podían contener la furia de aquel estruendo invisible, encontrando al vuelo todo lo que a su paso dejaba intrnquilo y con un movimiento impreciso.
Andába por los suelos como los papeles que volaban por el aire, los trozos de un metal que hacía nacer un nuevo tipo de voladores, distintas alturas de movimiento dejaban la tierra entrelazada en lugares que no podían contener tanta fuerza, incluso brazos de aquellos grandiosos árboles caídos en las calzadas en donde los conductores no entendían recogerlos para no cortar aquellas rutas que oscilaban ante la tempestad.
Unos a cada lado de un cristal se miraban incrédulos de no poder abrir una pequeña puerta por donde podríantrar las fauces de un aire empujado por una fuerza invisible que le hacía doblar aquellos hierros que no soportaban el camino invisible que redondeaba en círculos en cualquier lugar que bajaba hasta la tierra para terminar su aventura en algún desastre sin calificar.
Es misterioso ver cómo empuja a las personas que intentan mantener un equilibrio imposible de sostener en unas manos que no enseña, en un cuerpo que no tiene estructura, en una agresividad que no ha nacido de ningún cerebro, empañando de todo aquello que recoge a su paso para trasladarlo contra su voluntad a los lugares que luego amanecen distintos tras aquel sueño.
Estaba despierto cuando el sueño apareció por aquella ventana, cuando la relajación de nuestros cuerpos esperaban una hora más de tranquilidad en el resplandor de un Sol que espiaba aquellos momentos desde la mirada de su altar, allá en los cielos, para comprobar como la Tierra dejaba de temblar en la espera de que calmara las olas gigantes que hacía atravesar una fina arena que se estrechaba en cada intento de llegar a la otra orilla.
Hoy siento aquellos momentos con un miedo escondido, un miedo que se alojó en mi espalda en la espera de que mi sombra no volara por aquellos campos, por las carreteras que veían cruzar ramas y hojas, bolsas y trozos de una batalla librada entre aquel que tiene la fuerza en su voz y quién escribe los segundos de un nuevo resplandor en aquellos minutos que hicieron horas la llegada de la calma.
Miguel José
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Publicado por Miguel José el 28 de Enero, 2009, 5:51
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MI DESPERTAR - 27.1.2009
Respirar en cada flor, recibir el color de sus pétalos, encontrar el perfume que silencia los pensamientos, encender un sentimiento de tranquilidad, relajar la mirada ante el espectáculo más inmenso que nos puede dejar esta tierra donde su alimento es capaz de conseguir millones de especies en los lugares donde nadie es capaz de poder interpretar su lenguaje.
Un paseo por las flores es un viaje alrededor del mundo, entrando en cada una de ellas como un país grandioso, unos centímetros capaces de entregarnos las aventuras más inesperadas, unas fronteras sin aduanas en los bordes de una felicidad en silencio.
Siento la necesidad de quedarme contemplando una a una, sin color que pueda completar toda la acuarela que se despliega ante la luz de un día que amanece en la intimidad de quiénes se desperezan en cualquier montaña o pradera, en algún parque perdido en la marea de unos mares de especies que dibujan un paisaje completo en el viaje que no aparece en ninguna agencia de nuestras ciudades.
Se componen de unas simples caras, de unos tallos firmes sobre las raíces que se introducen en la tierra que ha sido sembrada, entre rocas perfectas que dejan su unión algo delgada para que el caminar de aquellos milagros puedan contornearse en las fotos que se empapan los recuerdos de aquella espesa andadura por los valles que dejaron limpios de un algodón que ya vuela alto.
Podemos encerrarlas en una maceta, dejarlas tranquilas en un trozo de esa gran tierra que se encuentra en las bolsas con las que encendemos la mecha de una nueva especie, troceamos el campo para embotellarlo en los lugares donde se envasan sin vacío, sin conservantes ni colorantes, aunque los fertilizantes les ayuden a montar su espeso zapato que le ata a cualquier lugar donde abran la vida de quiénes disfrutan de un bello espectáculo.
Hoy ha nacido una flor, aunque miles mueran, y es el cielo el que ha abierto la estela de aquellas semillas que viajan por el viento, por la marea de unas nubes que se acercaron a acariciar aquellos caminos de colores como un arco iris nacido de una tierra que aprieta con fuerza los pies de quiénes quedaron atrapadas para ser la alfombra de unos caminos que esperan llegar con firmeza la vida de los lugares donde no aparecen los carteles de cerrado.
Cierro estas palabras presenciando la desnudez de sus hojas, la calma que me desenfrena en una mirada que hace el silencio completo en la espesura de aquella estampa que ahora puedo tocar con mis manos, con la calidez de unos dedos recorriendo su contorno en este despertar hacia el nuevo día que se abre en la ventana de unos ojos que cierran los sueños que comienzo a vivir junto a vosotros.
Namaste.
Miguel José
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Publicado por Miguel José el 27 de Enero, 2009, 17:56
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