Teníamos un momento durante un domingo cualquiera, en una habitación cualquiera y no precisamente con cualquiera. Eran unos instantes en que sentíamos que nuestra sinceridad se grababa en los corazones de quienes pueden soportar tal aventura.
Me mirabas a los ojos, yo te miraba a los tuyos. Ambos sentíamos que el silencio todavía nos cubría. Que esos momentos de las noches anteriores llegaban a cada respiración que salía de tu boca o de la mía.
Sabíamos quienes somos y sabemos quienes hemos podido ser. Lo importante es no dar vueltas a lo que queremos conocer, lo importante es darnos cuenta de las vueltas que damos a lo que no tiene importancia.
Porque lo verdaderamente importante parece que lo ocultamos, y no es un parecer sino una realidad que escondemos lo que nos da miedo, lo que creemos que no podemos controlar, lo que sentimos que va a hacernos daño y por eso metemos todo ese polvo debajo de la alfombra.
Gracias por esos pequeños momentos de una vida que se quedan grabados en el corazón del sentimiento y gracias por esas verdades que sabemos decir cuando sentimos que el amor es más grande que nosotros, porque nosotros somos todo el amor que cada uno no sea capaz de llegar a imaginar.
Miguel José.
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