Sincero soy cuando me miro al espejo y veo esa figura de un ser que sabe lo que quiere hacer. Sincero soy cuando salgo a la calle y miro alrededor sabiendo lo que quiero descubrir. Sincero soy cuando me doy cuenta de mi engaño y dejo de jugar. Sincero soy cuando me quito la máscara, cuando tiro de la goma que envuelve mi cara, y en ese instante veo el ser que llevo dentro.
Soy un ser de amor, soy un ser lleno de mucho amor. En cada momento de mi vida reparto todo ese cariño, todo ese amor entre las personas que rodean los instantes mas cercanos, los momentos más escondidos, esos besos o simplemente esas caricias en manos de alguien que siente esa cercanía.
Quiero agradecer que haya seres que sientan que los demás estamos ciegos, que no veamos en nuestras narices lo que verdaderamente somos. Ese agradecimiento es porque en realidad en mis juegos de esta vida, en esos momentos en que ciego de vida no se acercarme a lo que yo mismo me hablo desde adentro.
Ceguera que me nubla y eclipsa, lo que un día fui y no veo, lo que un día sentí y ahora no escucho, lo que un día llegué y no dejé parar. El amor es la fuerza que mueve al mundo, el amor es la energía universal que hace que todo lo que se encuentra a su paso, sea sanado.
Yo ahora mismo muero de amor, muero de ese acercamiento al ser mas querido, muero porque no puedo llegar, porque hay un velo oscuro que me impide ver, porque hay un muro de hormigón que día a día he ido construyendo para apartarme de él. Y es ahí donde ahora empieza un trabajo duro, un trabajo honesto, un trabajo sincero.
Confío en ti, confío en que te darás cuenta de que ahora ya no hay excusas, de que o avanzas o te quedas fuera de ese tren. Ese tren tiene un horario de salida, y cuando llega su hora no espera, no se detiene, tiene un itinerario que recorrer y un hora de llegada que cumplir.
Súbete si quieres llegar a ese destino, deja todo ese absurdo equipaje que tienes y no es tuyo y encontraras esas respuestas que andas buscando. En cambio, siéntate a esperar como podrás subir a él con todas esas maletas y lo perderás.
Miguel José.
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