Jueves de semana no santa, día en que los preparativos del nuevo fin de semana se nos anuncian en las páginas de los periódicos, en esos carteles que indican los restaurantes, cines y demás lugares para disfrutar de un merecido descanso.
Descanso en este momento, durante una pequeña pausa entre los paréntesis de un tiempo, que aquí se mide en minutos, para dejar escrito el sentimiento que me llena detrás de esta pantalla.
Cada uno lo leerá en un sitio distinto, quizás algunos en New York, otros en Elche, puede que en Caracas lo relean de nuevo, quizás en Sydney lo compartan unos estudiantes que aprenden el castellano.
El sentimiento de cada cual no es el mismo que ahora mismo desprenden estas líneas, el tiempo meteorológico tampoco es parecido, aunque unas nubes en México son diferentes a unas nubes en Gaza o Cisjordania.
Los ojos que nos ayudan a integrar en nuestra mente estas líneas son de colores muy distintos, además de que el prisma de la cultura y de la sociedad también ayuda a no entender muchas veces lo que cada uno queremos expresar desde unas líneas cargadas de un lenguaje sencillo.
Sencillamente estoy aquí porque descanso de un trabajo, porque son los minutos que yo no cuento, los instantes en que mi cuerpo descansa de la atención puesta a un montón de papeles que siempre vienen a decir lo mismo.
Presiono con delicadeza cada tecla y al momento la letra es grabada en esta pequeña pantalla, miro detenidamente su colocación y representa lo que el corazón dicta tranquilamente, escucho el teclear de mis dedos y el cuerpo responde enviándome la mecánica para que pueda dejar plasmado este momento.
Me para una llamada, es de trabajo, despacho el momento y vuelvo a dejar mi mente en blanco, el corazón vuelve nuevamente a coger el mando y desde esta profundidad os deseo que tengáis un feliz día, que la abundancia y la paz os inunden enormemente y que descanséis en el amor en cada momento en que hacéis un simple descanso.
Llega a su fin este momento, y comienza la despedida, por lo que os doy las gracias por haber tenido, también, unos minutos de descanso en vuestra, nuestra, vida.
Os amo desde el corazón de luz que no me cabe en el pecho, Os mando mucho amor incondicional y mucha abundancia. Sed felices, por favor, y un beso muy fuerte....
Miguel José Miguel José
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