Unos ojos descubrieron un momento simpático, una manera de conocer la realidad de cualquier forma, un sentido de la vida distinto, una especie de persona en un cuerpo de mujer que se movía de un lado a otro en el silencio de aquella silla.
Nació al mundo en un descubrir, esperó a que le tocara su torno en una forma de observar donde las manos tapaban aquellos labios, ese contorno que definía con sus ojos, una mirada de mujer desde el otro lado.
El aspecto femenino es muy fuerte, la manera de conectar es una energía que impacta, la llegada de cada electrón irradia su naturaleza, aquellos ojos que se pretendían quedar fijos, eran la expresión de un sentimiento interior de algo que no está aún muy solidificado.
Sentía que aquello me desbordaba y controlaba la emoción desde un infinito que se hacía corto, desde una llamada que no se escuchaba en aquella sala, desde un lamento que salía en cada instante que podía interpretar cada uno de los actos de que se componía aquella historia.
Historia llamamos a nuestros antepasados, momentos en que decidimos entender que con la mente lo liamos todo, que desde la racionalidad no comprendemos nada, que cuando intentamos dar cabida a la lógica, lo lógico es que nos quedemos mudos.
No escuchaba nada, no veía nada, sólo sentía, era mi alma la que actuaba, la que miraba a través de unos ojos que tenía un filtro que le impedía avanzar más, que era como si alguien me sujetara para no dejar en evidencia un descontrol que llegó a ser muy controlado.
Fueron aquellas palabras las que me transportaron a mi sentimiento, a comprender que ella se transporto en ella, que dejó que sus palabras y sentimientos se introdujeran en aquel cuerpo, que su alma alojó durante unos minutos a la que hoy respeto y quiero por aquello que vivimos juntos.
Es la realidad de lo que ahora voy respetando y amando, es la representación de ese teatro que los cuatro hacemos juntos en lo que es el momento del ahora, de cuando la maquinaria se pudo en funcionamiento para que todo enlazara y me dejara la visión de que estoy seguro de mí mismo.
Se que todo ratificó nuevamente la decisión tomada, que el rumbo es el correcto y quizás la velocidad es algo que no pueda controlar, pues el destino ya está fijado en esa hoja de ruta que día a día va tomando forma en el mundo real.
El sueño se hace realidad, la mirada de una mujer enamorada frente a una playa me despertó de ese sueño que se está construyendo en donde no había cimientos, en donde había un simple solar, en el lugar en que todo se materializará con todo mi amor.
Namasté.
Miguel José
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