Hay momentos en que un curso es el aprendizaje de unos hábitos para continuar en ellos hasta el momento de aprender un nuevo curso para poder modificar todo aquello que ahora se vuelve sin sentido.
No todos los cursos tienen una diferente justificación, no todos los modos de modificar conductas tienen que ser necesariamente enseñados en cursos.
En la vida tenemos una asignatura que significa vivir, y en ella hay muchas materias que se clasifican de los modos y formas que cada uno lo percibimos.
Unos se empeñan en hacerse el camino muy duro, otros, en cambio lo intentan de forma más sencilla, algunos se empeñan en que vivir es lo diferente a morir y quizás queden aquellos que se desesperan hasta conseguir no vivir.
Todos tienen cabida en este escenario de sueños, de movimientos en cada minuto de un calendario que nos sigue, que anda corriente detrás nuestro, que le hacemos interminable cuando la existencia nos parece horrible.
Todo juzgar supone no conocer, quizás tampoco experimentar, aunque ya experimentan aquellos que se quitan la vida por no pensar en que ella es la razón de que estemos aquí.
Tal vez, en las próximas horas, ocurra un terremoto, o un maremoto, o un desastre natural de muy graves consecuencias, o mejor ocurra algo inusual, que no haya ninguna noticia en los telediarios de la noche, que no suceda nada que publicar y sobre lo que remover para conseguir una buena exclusiva.
Puede que también todos los humanos, en una gran manifestación, se sitúen en unas calles vacías y dejen sus palabras y sus voces en un silencio que ocupe aquellas noticias que quedaron vacías.
Puede que los telediarios quiebren y dejen de funcionar, que las televisiones emitan noticias sin imágenes, que las radios nos den todos los detalles de un atentado, incluyendo la sangre fresca y los intestinos rodeando al reportero.
Puede que nada de esto tenga sentido, pero quizás el momento en que os escribo tampoco lo tenga, incluso el sentido de algo escrito no nos deje felices ni infelices.
Seguro que el día en que me encuentre delante de mi sombra, de ese oscuro silencio que establece lo que no es, sabré que habré dado un paso de gigante, un grandioso paso hacia la identidad de mi ser.
Os animo a esos puede, a los momentos en que no sentimos aquello que hacemos y nos giramos para comprender que no estábamos en la senda correcta.
Os animo a que miréis vuestra sombra, esos actos o silencios que siempre os dejan a oscuras, que nunca iluminan la verdad que lleváis escondida, los recuerdos que se grabaron para comprender que un día aquello será la liberación de un ser humano en un ser divino.
Soy libre, ...... y vosotros también........Gracias por estar al otro lado.
Namasté.
Miguel José
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