No pudo ser, aunque hasta el instante en que se materializó era una expectativa, una simple esperanza de algo que el sentimiento guardaba dentro de una cajita, en ese lugar donde siempre dejamos caer algo para luego volver a ello y colocarlo nuevamente en nuestro momento.
Así fue como en el presente no se cumplió. Ahora es pasado y no futuro. Ahora se convirtió aquel sentimiento en desesperanza, en desilusión, en un no tener, en un no poder volver atrás.
En un momento del tiempo, de ese tiempo que nos hizo crear tantos sueños, tantas presencias, tantas fantasías, tantas ilusiones, pasó de aquél futuro a este pasado, todo en un instante de tiempo, todo delante de nuestro pensamiento, todo al fin y al cabo.
Eso es lo que tenemos ahora mismo, porque nuestro pensamiento puede darle vueltas a aquello que no se logró, aquello que no debía de ser, aquello que tantas veces sentíamos ser merecedores de lo que nuestro esfuerzo había hecho durante tantos años, durante tantas jornadas sin descansar, sin poder decir nada.
La vida sigue y nosotros también envueltos en ella. Sin salirnos, sin dejar que nada nos empuje, que nada nos mueva, que nada pueda realmente dejarnos fuera de nuestro lugar. Así es cada momento que vivimos, cada instante que recibimos ese regalo de seguir viviendo aquí, se recibe una experiencia, una enseñanza que hemos de aprender.
Aprender siempre es lo correcto, porque cuando no lo hacemos la prueba nuevamente se vuelve a presentar. Si dejamos una relación, nos llega otra igual, con otra cara, otra forma, pero igual. Si dejamos un trabajo, encontramos otro en donde nos va a suceder lo mismo, en donde nos volveremos a sentir igual, pero con otro decorado, con distintos personajes, pero al fin y al cabo, igual que la anterior.
La solución siempre está en recibir la enseñanza, de darnos cuenta que es positivo, de darnos cuenta que no es negativo, de darnos cuenta que si lo vivimos es para avanzar en nosotros mismos. Y sentir que cuando aprendemos de esa situación, de una forma tan dura, de esas crisis que nos paralizan, es cuando nos damos cuenta que estamos realmente siendo los verdaderos protagonistas de nuestra historia: Aquí y ahora puedo sentir que así es.
Miguel José
|