Los sueños se componen de vivir al otro lado, de cubrir esas horas donde el cansancio de nuestro cuerpo necesita recuperar ese aliento que necesita para volver al día siguiente a ser un ciudadano más en una ciudad o pueblo donde otros iguales se agrupan para formar lo que denominamos peoople, gente, masa, etc.
Los hay de todos los gustos. Románticos, donde se siente un pequeño amor, un amor que no aparece, un amor sincero que seguimos buscando cada día, o mejor, soñando cada noche con esos paisajes o con aquel callejón donde se nos escapaba, donde desaparecía al sonar el despertador que nos devolvía a la realidad que aún no hemos asumido.
También hay sueños de amor, de un estar en unas nubes blancas, rodeados de jardines, de flores exquisitas, de lugares que aún no han pasado por nuestros ojos, de canciones que inundan nuestra sencillez, de personas que aún no hemos visto, ni mucho menos, sentido.
Hay sueños de sexo, de esa salvaje pasión de encontrarte varios tíos acechándote, de musculosos cuerpos que te envuelven en las más variadas posturas. De chicas haciendo cola en la entrada de esa habitación llena de espejos, para que hagas todas las posturas que no imaginas. De persecuciones de chicas o chicos que quieren poseerte, de unas buenas......vaya, ya es la hora. A trabajar....
Hay sueños imposibles, hay sueños difíciles, hay sueños increíbles, hay sueños que no tienen sentido. Pero son sueños que te hacen vivir una aventura, del tipo que sea, de la manera que sea, de larga o corta duración, de trozos en media hora, pero sueños, al fin y al cabo.
El sueño dicen que nos libera. Yo tengo la creencia arraigada desde niño que si cuento el sueño a los demás no se cumple lo que en él pasa, cuando es bueno. También cuendo es malo, por eso si era malo lo contaba para que no ocurriera en la realidad que llamamos día.
El sueño son aquellos momentos en que nuestra mente se entretiene, en que se libera de la carga pesada del estrés, de lo cotidiano. Sucede muchas veces que soñamos con esos momentos del día que nos atrapan en aquello que no queremos vivir.
Soñamos que nos persigue el jefe, el que por la mañana nos pedía urgente un informe, la señora que había llamado por teléfono y que no podíamos quitarnos de encima. Y encima la soñamos por la noche, la vemos su cara y se incia un sueño sin sentido del que se suele, muchas veces, despertar con sudores y temblores.
Queridos amigos, el sueño son imágenes que se representan, imposibles que casi siempre no vivimos en la realidad, mensajes para comprender lo que nos pasa en nuestras experiencias, y muchas veces, es la forma de pasar el tiempo de nuestra mente. Es su juego cuando nosotros la dejamos en nuestro descanso diario para volver a su trabajo rutinario en cada despertar.
Un beso.....
Miguel José
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