shim


MI DESPERTAR
MIGUELJOSE


5 de Septiembre, 2007


MI DESPERTAR - 5.9.2007

Los sueños se componen de vivir al otro lado, de cubrir esas horas donde el cansancio de nuestro cuerpo necesita recuperar ese aliento que necesita para volver al día siguiente a ser un ciudadano más en una ciudad o pueblo donde otros iguales se agrupan para formar lo que denominamos peoople, gente, masa, etc.

Los hay de todos los gustos. Románticos, donde se siente un pequeño amor, un amor que no aparece, un amor sincero que seguimos buscando cada día, o mejor, soñando cada noche con esos paisajes o con aquel callejón donde se nos escapaba, donde desaparecía al sonar el despertador que nos devolvía a la realidad que aún no hemos asumido.

También hay sueños de amor, de un estar en unas nubes blancas, rodeados de jardines, de flores exquisitas, de lugares que aún no han pasado por nuestros ojos, de canciones que inundan nuestra sencillez, de personas que aún no hemos visto, ni mucho menos, sentido.

Hay sueños de sexo, de esa salvaje pasión de encontrarte varios tíos acechándote, de musculosos cuerpos que te envuelven en las más variadas posturas. De chicas haciendo cola en la entrada de esa habitación llena de espejos, para que hagas todas las posturas que no imaginas. De persecuciones de chicas o chicos que quieren poseerte, de unas buenas......vaya, ya es la hora. A trabajar....

Hay sueños imposibles, hay sueños difíciles, hay sueños increíbles, hay sueños que no tienen sentido. Pero son sueños que te hacen vivir una aventura, del tipo que sea, de la manera que sea, de larga o corta duración, de trozos en media hora, pero sueños, al fin y al cabo.

El sueño dicen que nos libera. Yo tengo la creencia arraigada desde niño que si cuento el sueño a los demás no se cumple lo que en él pasa, cuando es bueno. También cuendo es malo, por eso si era malo lo contaba para que no ocurriera en la realidad que llamamos día.

El sueño son aquellos momentos en que nuestra mente se entretiene, en que se libera de la carga pesada del estrés, de lo cotidiano. Sucede muchas veces que soñamos con esos momentos del día que nos atrapan en aquello que no queremos vivir.

Soñamos que nos persigue el jefe, el que por la mañana nos pedía urgente un informe, la señora que había llamado por teléfono y que no podíamos quitarnos de encima. Y encima la soñamos por la noche, la vemos su cara y se incia un sueño sin sentido del que se suele, muchas veces, despertar con sudores y temblores.

Queridos amigos, el sueño son imágenes que se representan, imposibles que casi siempre no vivimos en la realidad, mensajes para comprender lo que nos pasa en nuestras experiencias, y muchas veces, es la forma de pasar el tiempo de nuestra mente. Es su juego cuando nosotros la dejamos en nuestro descanso diario para volver a su trabajo rutinario en cada despertar.

Un beso.....

Miguel José 

Publicado por migueljose54 el 5 de Septiembre, 2007, 9:26 ~ Comentar ~ Referencias (0)


MI DESPERTAR - 17.8.2007

Quererte no es estar pendiente de ti.

Quererte no es estar a tu lado custodiando tus sueños.

Quererte no es saber qué haces y cómo lo haces.

Quererte no es tener que decirte siempre te quiero.

Quererte no es jugar a las mamas ni a los papas.

Quererte no es siempre saber que eres mío o mía.

***

Quererte es dejarte que te equivoques.

Quererte es simplemente saber que estás, bien o mal, pero que estás.

Quererte es saber que estás viviendo ese momento que es solamente tuyo.

Quererte es aprender a no hacerte pensar como yo.

Quererte es sentirte en el lugar que tú vivas, sin necesidad de darte los buenos días.

***

Quererte es aprender a vivir sin ti.

Quererte es saber que no te tengo atrapado o atrapada.

Quererte es conocer que tu momento no es mi momento.

Quererte es saber que algún día no estarás.

Quererte es dejarte vivir y pensar como tú decidas.

Quererte no es obligarte a vivir como yo quiera.

Quererte es aprender a decirte adiós sin que te marches.

***

Quererte es saber que eres así.

Quererte es comenzar un sueño sin ti.

Quererte es comprender que tus horas no son las mías.

Quererte es degustar tu silencio como si me escucharas.

Quererte es hablar el mismo idioma, pero en la distancia de unos lenguajes distintos. Quererte es amarte, pero nunca olvidarte.

***

Quererte es hacerlo porque me apetece.

Quererte es aprender a no depender de ti…ni de mí.

Quererte es saber estar en los brazos del amigo sin pretender engañarme.

Quererte es vivir mi silencio dentro de tu escucha.

Quererte es comprender que para ti es de día y para mi es de noche.

***

Quererte no es aprender a ser sincero, sino en practicarlo siempre.

Quererte es jugar con la misma pelota pero desde el otro lado.

Quererte es verte sin negarte.

Quererte es aprender a decir no, sin engañarme.

Quererte es no entender porqué estamos juntos.

***

Quererte es cruzar la orilla sin mojarme.

Quererte es no depender de tus caricias.

Quererte es amarte con las yemas de los dedos.

Quererte es llegar al orgasmo de tu sentimiento.

Quererte es penetrar en ti cada noche que no estas a mi lado.

Quererte es llegar a ser lo que tú sientes cada vez que te das cuenta de que no existo.

***

Quererte es ser humano dentro de mi ángel.

Quererte es dejar que mi interior refleje la luz hacia el exterior.

Quererte es besarte los labios sin necesidad de acercarme a tu cara.

Quererte es saber dejar mis dedos escribir lo que siento.

***

Entonces, ¿qué es quererme?, ¿qué significa quererme a mí mismo?

Lo que puedo escribir en estos momentos es algo muy simple: quererme es dejar estas líneas impresas en esta hoja.

Quererme es permitirme ser yo mismo………………

 

Miguel José

Publicado por migueljose54 el 5 de Septiembre, 2007, 9:10 ~ Comentar ~ Referencias (0)


LA NIÑA DE LA ESTACIÓN

Cuenta la leyenda de una estación de ferrocarril, un pequeño edificio junto a unas vías por donde circulaban trenes que pasaban sin parar, allá por 1925. Trenes de mercancías, largos trenes de pasajeros, trenes de apeadero, y que siempre dejaban al pasar un sonido especial, un momento en aquella velocidad. Dejaban a su paso su beso particular, un toque de silbato, tras el viento veloz que envolvía el paso por unos andenes que levantaban la arena y los llenaban de polvo.

Todo comenzó en un matrimonio de un pequeño pueblo de Burgos, llamado Villasandino, que tenían once hijos. En aquella época era normal hacer tratos o convenios con tíos o matrimonios de familiares, que no tenían hijos, para dejarles los hijos pequeños en custodia durante algunos años, hasta que les llegaba la mayoría de edad, para volver nuevamente con los padres. Era la época del hambre, que dejaba muy parecidas situaciones en muchos otros hogares, en muchos otros pueblos, en muchas otras ciudades de esta gran España.

No tenían por aquella época dinero, ni casi comida, para poder atender a todos, para que la crianza fuera buena. Bueno para que la crianza fuera. Los recursos en esos momentos no eran suficientes para tantas bocas, por lo que les pareció una buena idea aquello de que si los dejaban con familiares que pudieran mantener una boca más, aliviarían la carga de la citada prole, a la vez que resolvían su futuro, casi siempre incierto.

Fue así como una pequeña niña, de nombre Consuelo, comenzó a ser un consuelo con aquellos tíos, con esos nuevos seres que llegarían a quererla como a una hija. Un jefe de estación muy querido en aquel lugar y una esposa sincera y amorosa, con la que compartía aquella casa, la estación y aquellas vías en un diario sonido de un jugar a los trenes, pero con trenes de verdad.

Esa leyenda afirmaba que aquella niña, de otros padres educada, dejada al cuidado de aquél matrimonio, de aquellas personas que la acogieron, la criaron y la veían en cada despertar, en cada desayuno, como aquel regalo que la naturaleza parecía haberles dejado sin ocultar y que cada mañana regaba con alegría infantil.

A todas horas cantaba, gritaba, reía, en ocasiones lloraba y todas las noches componía aquellas oraciones que la hacían recoger esa corona de virgen niña, de aquel proyecto de mujer que más tarde bordaría.

La chiquilla, poco a poco iba creciendo. Llenaba aquellos pasillos, aquellas habitaciones, aquellos momentos con su simpatía, con aquellos ojitos tiernos, con esas miradas de luna llena, con esos juegos y aprendizajes por las cercanías de aquellas vías, por los cambios de agujas, por aquellos momentos en que veía el paso de los trenes desde su juego con la goma, con esos pequeños ojos de chiquilla ilusionada.

Los pitidos de cada máquina de tren, de cada uno de aquellos hombres que pasaban por aquel lugar, casi siempre eran, como decía, ese pequeño beso hacia la niña chica, hacia el tiempo que se desenvolvía en cada nuevo mes el milagro de aquella nueva vida. Su afán de pulular por los lugares donde los pasajeros esperaban, donde compraban ese billete que les permitía viajar en aquellos vagones, su risa contagiosa que arrancaba a los silencios de aquél lugar, volvía a llenar aquellos pasillos de fiesta y diversión.

No tenían hijos, no podían pensar que aquel ser tan pequeño, de aquellos mofletes redondeados, de esa sonrisa abierta, de risas y carcajadas, de tardes soleadas tomando una merienda, de noches en aquella pequeña mesa redonda, o de amaneceres donde con su carita de sueño agradecía un nuevo despertar.

Sentía aquel jefe de estación como aquella chiquilla ponía en marcha aquel altavoz, aquellos mensajes para dar salida a un tren o para indicar no acercarse a las vías pues el rápido de la Coruña estaba a punto de pasar. Momentos inolvidables.....

La noche abría el tarro de la alegría de esa carita de muñeca, de esos ojos tan abiertos como el lugar que ella recorría con esas carreras rápidas para llamar al jefe de la estación, para recordarle que cambiara las agujas, porque tenía que dejar descansar un tren ligero que debía de esperar.

Los que por allí pasaban la conocían y soltaban siempre una sonrisa abierta, eran conscientes del el amor que se tiene a una chiquilla despierta, a un personajillo de estos que te calan muy dentro y que no sabes porqué se hace querer tanto ese pequeño trasto de niña.

Sabían quienes la tenían despierta, quienes la enseñaban a ser una mocita, quienes la daban ese tierno amor, esa entrega perfecta, que un día volverían aquellos padres que un día sintieron dejarla en aquel lugar. Pero cada noche o cada día que la veían crecer ese regalo que a la vida iban a dejar partir, pero que en esas noches que iban sumando, agradecían la buenaaventuranza de seguir durmiendo bajo el mismo techo.

El cuento de aquella princesa seguía, los días y las noches eran diferentes. En los lugares que aquel tornado de nueva mujer pisaba, nacían nuevas flores, cantaban las campanillas al sonido del viento, salían de sus escondites conejillos salvajes, alguna liebre la miraba en su pequeño silencio. Los pajarillos revoloteaban en un cuadro improvisado mientras en la fresca mañana, la cara lavaba la niña con alguna nueva entonación, con aquella canción que se llamaba "La niña de la estación".

Creo recordar que muchos conductores de aquellas sucias máquinas de carbón, de aquellos enormes trenes que circulaban por aquellos raíles, llegaban muchas veces a parar para dejar un regalo, una pequeña cajita…. para aquella chiquilla, para esa luz que cada vez al pasar iluminaba de color verde su camino, verde dando vía libre para circular, verde para hacerla soñar con aquellos que le daban un simple gracias por estar ahí.

Todo aquello era un sueño para aquella chiquilla, todo aquello fue su gran cuento, todo aquello fue un momento de su vida donde se sentía plena, todo aquello un buen día se derrumbaba cuando en una mañana los vio aparecer junto a aquellas personas que ya creía viviría durante muchos más años.

Llegaron al lugar quejosos, sintiendo que aquella moza, antes pequeña en su antiguo hogar, ahora necesitaban y por ello acudían a aquel lugar, para tratar de explicar a quienes no podían entender, que aquella mocita, crecidita por la edad, estaba lista para poder trabajar.

La leyenda recordará para siempre, en aquella pequeña estación, en aquel viejo lugar a la chiquilla, a la pequeña princesa. Que se vivó mozuela, que se no pudo terminar aquel cuento, pero donde su figura sigue viva, como la alegría de aquella estación, donde siempre se recordará el paso de un alma sincera, .......de aquella niña de la estación.

                    Madrid, 6 de junio de 2007

Miguel José

  PD. Este cuento es para ti......mamá.

Publicado por migueljose54 el 5 de Septiembre, 2007, 9:06 ~ Comentar ~ Referencias (0)


 
Blog
-
-
Inicio
-
-
Sobre Mí
-
-
Mis fotos
-
-
Escribeme
-
-
-
-
-
Categorías
-
-
Cuentos [7] Sindicar categoría
-
-
Escritos procedentes de otras webs [10] Sindicar categoría
-
-
Humor [4] Sindicar categoría
-
-
Mi Despertar [2375] Sindicar categoría
-
-
Mi Despertar en el recuerdo [28] Sindicar categoría
-
-
Mi forma de hacer poesía [13] Sindicar categoría
-
-
Pensamientos [53] Sindicar categoría
-
-
Reflexiones [31] Sindicar categoría
-
-
Calendario
-
-
<<   Septiembre 2007  >>
LMMiJVSD
          1 2
3 4 5 6 7 8 9
10 11 12 13 14 15 16
17 18 19 20 21 22 23
24 25 26 27 28 29 30
-
-
Archivo
-
-
Marzo 2023 [2]
Enero 2023 [1]
Septiembre 2022 [2]
Marzo 2022 [3]
Enero 2022 [1]
Diciembre 2021 [1]
Noviembre 2021 [2]
Octubre 2021 [1]
Agosto 2021 [2]
Julio 2021 [1]
Junio 2021 [8]
Abril 2021 [1]
Marzo 2021 [5]
Febrero 2021 [6]
Enero 2021 [4]
Marzo 2020 [2]
Enero 2020 [3]
Diciembre 2019 [3]
Noviembre 2019 [1]
Octubre 2019 [1]
Septiembre 2019 [2]
Agosto 2019 [2]
Julio 2019 [2]
Junio 2019 [3]
Marzo 2019 [1]
Febrero 2019 [1]
Enero 2019 [1]
Diciembre 2018 [2]
Noviembre 2018 [1]
Octubre 2018 [3]
Septiembre 2018 [6]
Agosto 2018 [5]
Julio 2018 [1]
Junio 2018 [2]
Mayo 2018 [2]
Abril 2018 [3]
Marzo 2018 [3]
Febrero 2018 [2]
Enero 2018 [5]
Diciembre 2017 [2]
Noviembre 2017 [3]
Octubre 2017 [7]
Septiembre 2017 [5]
Agosto 2017 [1]
Julio 2017 [6]
Junio 2017 [1]
Mayo 2017 [6]
Abril 2017 [1]
Marzo 2017 [8]
Febrero 2017 [2]
Enero 2017 [7]
Diciembre 2016 [6]
Noviembre 2016 [5]
Octubre 2016 [1]
Septiembre 2016 [5]
Agosto 2016 [8]
Julio 2016 [8]
Junio 2016 [8]
Mayo 2016 [6]
Abril 2016 [2]
Marzo 2016 [4]
Febrero 2016 [5]
Enero 2016 [7]
Diciembre 2015 [7]
Noviembre 2015 [8]
Octubre 2015 [8]
Septiembre 2015 [16]
Agosto 2015 [7]
Julio 2015 [3]
Mayo 2015 [3]
Abril 2015 [11]
Marzo 2015 [15]
Febrero 2015 [16]
Enero 2015 [12]
Diciembre 2014 [12]
Noviembre 2014 [3]
Octubre 2014 [13]
Agosto 2014 [11]
Julio 2014 [11]
Junio 2014 [5]
Abril 2014 [4]
Marzo 2014 [5]
Enero 2014 [8]
Diciembre 2013 [11]
Noviembre 2013 [8]
Octubre 2013 [7]
Septiembre 2013 [3]
Agosto 2013 [9]
Julio 2013 [9]
Junio 2013 [1]
Mayo 2013 [7]
Abril 2013 [6]
Marzo 2013 [2]
Diciembre 2012 [7]
Noviembre 2012 [3]
Septiembre 2012 [8]
Agosto 2012 [9]
Julio 2012 [2]
Junio 2012 [11]
Abril 2012 [7]
Marzo 2012 [3]
Febrero 2012 [1]
Enero 2012 [3]
Noviembre 2011 [6]
Octubre 2011 [4]
Agosto 2011 [6]
Julio 2011 [7]
Junio 2011 [5]
Mayo 2011 [12]
Marzo 2011 [2]
Febrero 2011 [4]
Enero 2011 [19]
Diciembre 2010 [6]
Noviembre 2010 [5]
Octubre 2010 [12]
Septiembre 2010 [12]
Agosto 2010 [6]
Julio 2010 [3]
Junio 2010 [18]
Mayo 2010 [16]
Abril 2010 [17]
Marzo 2010 [14]
Febrero 2010 [10]
Enero 2010 [18]
Diciembre 2009 [12]
Noviembre 2009 [15]
Octubre 2009 [2]
Septiembre 2009 [5]
Agosto 2009 [15]
Julio 2009 [9]
Junio 2009 [18]
Mayo 2009 [13]
Abril 2009 [17]
Marzo 2009 [11]
Febrero 2009 [1]
Enero 2009 [6]
Diciembre 2008 [17]
Noviembre 2008 [10]
Septiembre 2008 [19]
Agosto 2008 [11]
Julio 2008 [5]
Junio 2008 [6]
Mayo 2008 [13]
Abril 2008 [9]
Marzo 2008 [22]
Febrero 2008 [25]
Enero 2008 [24]
Diciembre 2007 [18]
Noviembre 2007 [28]
Octubre 2007 [34]
Septiembre 2007 [39]
Agosto 2007 [11]
-
-
Sindicación
-
-
Artículos
Comentarios
-
-
MIS BLOGS
-
-
MI DESPERTAR EN FOTOS
-
-
Web amigas
-
-
WEB ESCRITORES
-
-

Blog alojado en ZoomBlog.com