Salió de aquella nube, miró alrededor y se sintió perdida. Sus ojos no se movían, su cara era limpia, su voz no existía, sus labios dirigían aquella manera de volver a su tierra, a aquellos amaneceres que la despertaban de esos sueños que ahora vivía en unos cielos azules.
Era una linda aparición, era una manera de salir distinta, se dejaba salir de aquellos algodones que la hacían parecer otra, que su pelo se agarrotaba con la humedad.
Se sentía segura y decidió acercarse a mi figura. Se colocaba todo el cabello, las manos colocaba en sus caderas, los ojos seguían mi forma de mirarla, aquel momento iniciaba una conversación, unos mensajes que nos hacían entender que estábamos en el lugar indicado en aquel momento en concreto.
- Hola, soy la tristeza y venía a compartir contigo este día.
- Hola, mira hoy no es el momento adecuado, porque la felicidad me visitó antes y ahora caminamos juntos en este lugar, pero de todas formas no creo que hoy hubiera podido ser.
- Verás, podríamos hacer que esa felicidad se quede con nosotros y podamos compartir juntos este caminar.
- Mira, yo decido con quien ir y en este momento no me sienta bien tus consejos, de todas formas estoy encantado que te hayas fijado en mí, pero ahora no puede ser.
- Bien, es verdad, tú decides, pero seguro que yo puedo hacerte encontrar esos momentos en que me necesitas de verdad y no me encuentras.
- Gracias por tus consejos, yo se que muchas veces me has visitado y hemos compartido hermosos momentos, días completos, incluso semanas, pero yo no quiero hoy sentir que estas cerca. Vuelve a tus nubes, vuelve a ese lugar desde donde puedas elegir a otro. Seguro que hay muchos dispuestos a hacerte pasar un gran día.
- Bueno, Miguel José, es un placer haber vuelto nuevamente, y será como tú deseas...un beso me hace recordar cómo tus momentos son importantes en los días que te conocí....Gracias por ser sincero con tu manera de sentir, con las palabras que tu corazón pone siempre en tus labios.
- Nos vemos, gracias y da recuerdos a la melancolía y a la depresión, que compartís tan de cerca las vidas de tantas almas despistadas.
Y el domingo dos de septiembre de este año que suma nueve continuamos juntos por esta playa la felicidad y yo, ambos cogidos de la mano, ambos con la mirada en esa línea que divide el mar y el cielo, el lugar donde la vida es el hoy, donde continúa la luz, donde el amor no cambia de cara y si de momento, donde escribo este cuento que siento compartir.
Que la felicidad siga siempre en vuestros corazones.....
2 de Septiembre de 2007
Miguel José
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