"Deseándote el Cielo en tu corazón, la luz de las estrellas en tu alma y milagros en tu vida, en esta época tan maravillosa", cita con que se despide una amiga, comienza, en este caso, con la llegada del Sol, un nuevo día lleno de ilusión y experiencia.
Dentro de cada uno de nosotros tenemos integrado intenso mundo de pensamientos que nos inundan a la velocidad de la luz. Cuando encendemos el cerebro al abrir nuestros sentidos, se pone en marcha la fábrica jamás soñada. Un lugar donde la producción comienza sin necesidad de abrir ninguna fábrica ni ninguna estadística para cumplir unos objetivos empresariales.
La apertura que sucede con el despertar es la forma sencilla de poder comenzar a desarrollar nuestras experiencias. Vivimos solo de aquello que pensamos. Sentimos solo aquello que queremos que llegue a nuestra vida. Nos encontramos con las situaciones que vamos creando en cada momento.
El pensamiento es la forma que utilizamos para poder abrir la puerta a nuevas experiencias, así sentimos que cuando vivimos una nueva aventura estamos inmersos en el guión que hemos confeccionado en un momento de nuestra mañana, tarde o quizás noche.
Los lugares que visitamos ya los teníamos señalados, ya habíamos soñado con ellos, por eso cuando llegamos solemos dar comienzo a esos instantes en que nos parece conocido, o simplemente sentimos una energía diferente, un modo nuevo pero instintivamente conocido que nos hace de aquel lugar un momento perfecto para descubrir aquello que ya teníamos programado.
Nuestra mente recoge los momentos y los guarda celosamente, es el recuerdo el que nos lleva nuevamente a aquello vivido. Si aquella situación no es aprendida, entonces comenzamos nuevamente a repetirla con otros personajes, en un nuevo escenario, y con otros modos diferentes para que al final la situación sea exactamente la misma.
El miedo, el odio, la ira, las sensaciones negativas, los diálogos que dejamos siempre abiertos pero sin sentido, lo que no llegamos a entender que nos pase a nosotros, la mala suerte que manifestamos, el juicio, la negatividad, todo ello metido en la coctelera de aquello que queremos vivir.
Hoy comienza un nuevo sistema de dejar estos pensamientos, de olvidarme ya del folio para poder comenzar a desarrollar lo que en mi interior desea salir, el empuje que día a día van haciendo las palabras que se agolpan en mi cerebro, pero que a mis manos no le da tiempo a soltarlas.
Hoy es otro principio nuevo, la aventura comienza y se veía venir de aquellos pensamientos que cada día iba sembrando en la tierra ya abonada de mi sendero. Del lugar tantas veces buscado y que al encontrar no te das cuenta hasta que ya vas por el mismo cayéndote y volviendo a levantarte.
Gracias a todo lo que tengo, a todo lo que me rodea, gracias a aquellas cosas pequeñas que todos los días me sirven para hacer de mi vida el camino que tantas veces había soñado y que desde mi interior sabía que existía.
Gracias al universo por hacer de cada momento una experiencia de aquello que en un día muy lejano será la sabiduría que me hará conocer casi todo lo conocido y todo aquello que no tendré que volver a estudiar porque habré sacado buenas notas en esta escuela que nos da el vivir en un cuerpo humano en este planeta.
A todos los hombres y mujeres de todos los países del mundo, a todos los seres humanos, quería dejarles este momento único de algo que acabo de soñar. El Amor conlleva libertad. Es la frase que llevo grabada dentro desde que un día dejé de dirigirme por el cerebro y pasé a dejarme gobernar por el corazón.....
Miguel José
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